La empresa que revolucionó por completo las búsquedas online, el correo electrónico y la telefonía móvil lleva casi dos años viendo la mayor amenaza que ha enfrentado al núcleo de su negocio. Y no parece terminar de saber cómo reaccionar a ella.
Por qué es importante. La mayoría de los ingresos de Google provienen de los anuncios que muestra en su buscador. ChatGPT y sus rivales ofrecen respuestas directas en lugar de una lista de enlaces, y cada vez más gente está trasladando ciertos tipos de consultas a él en lugar de a Google.
Con menos anuncios que mostrar, el modelo de negocio de Google se tambalea, como apunta en un estupendo artículo Om Malik.
El contexto. ChatGPT llegó hace veinte meses y cambió las reglas del juego, con una oleada inicial y a partir de ahí un avance paulatino. En este tiempo Google lanzó Bard, luego expandido con el nombre de Gemini. También anunció respuestas sintéticas para las búsquedas, y tras un accidentado debut, parece en barbecho.
Google ha inventado una buena parte de la tecnología que impulsa la IA actual. Y su CEO dijo hace seis años que el potencial de la IA sería equiparable en impacto global a la electricidad o el fuego. Sin embargo, el auge de OpenAI parece haberle pillado a pie cambiado, sobre todo de cara al consumidor final.
Entre bambalinas. Clayton Christensen, experto en innovación y autor de libros como 'El dilema de los innovadores', ha descrito una situación típica entre empresas con este adjetivo:
- Se enfocan demasiado en su modelo de negocio actual.
- Temen que cambie el statu quo que le asegura ese negocio.
- Prioriza mejoras incrementales sobre innovaciones radicales.
Es algo que hemos visto en líderes tecnológicos del pasado.
En perspectiva. Estamos en medio de una transición en torno a cómo interactuamos con la información online.
- Venimos de una larga etapa en la que buscamos palabras clave y obtenemos diez enlaces azules relacionados rodeados de publicidad.
- Estamos pasando progresivamente a un escenario en el que hacemos consultas en lenguaje natural y obtenemos respuestas concretas a ellas.
- Internet es cada vez más personalizado y la Web está en la fase post-navegador.
El negocio de Google sigue siendo totalmente dependiente de que los usuarios vean la lista de enlaces azules y algunos pulsen los resultados patrocinados.
La gran pregunta. ¿Podrá Google reinventarse a tiempo? Estaba claro que era muy complicado que alguien pudiese conseguir que Google dejase de ser el buscador mayoritario, y solo algo que trascendiese al modelo, en lugar de imitarlo, podría lograrlo. ChatGPT (y el futuro SearchGPT), o quien venga después trasciende al modelo, no lo imita.
IBM con los ordenadores personales, Microsoft con el tren del móvil o Yahoo con los servicios de búsqueda y correos electrónicos se vieron en situaciones similares, con final infeliz. Google tiene talento, recursos y tecnología para contraatacar, pero necesita hacerlo a tiempo. Y quizás también necesite romper con su propio legado.
Imagen destacada | Greg Bulla en Unsplash, OpenAI, Xataka
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