Hace apenas una semana, Google volvía a protagonizar portadas anunciando una nueva ronda con más de 1.000 despidos que afectarían a divisiones que otrora fueran importantes dentro de la compañía. Entre los más afectados por los despidos estaban los equipos de desarrollo de los wearables de Fitbit, los dispositivos conectados de Nest, el Asistente de Google o la división de móviles Pixel entre otros.
Estos despidos no se deben a una mala situación financiera de Google, que ha seguido ejecutando rondas de despidos incluso tras haber firmado balances con más 2.800 millones de dólares de beneficios. La responsable es la reestructuración estratégica que están haciendo todas las empresas tecnológicas para competir por la inteligencia artificial.
Las amenazas de Google. Con las cartas de despidos de sus empleados todavía calientes sobre la mesa, el CEO de Google ha enviado a sus empleados un memorando interno bajo el título ‘Prioridades para 2024 y el año venidero’ anunciando que los recientes despidos no van a ser los últimos.
“Tenemos objetivos ambiciosos e invertiremos en nuestras grandes prioridades este año”, aseguraba Sundar Pichai en el memorando al que ha tenido acceso The Verge, “La realidad es que, para crear la capacidad para esta inversión, tenemos que tomar decisiones difíciles y eliminar capas para simplificar la ejecución e impulsar la velocidad”. Lo que en román paladino viene a significar nuevos despidos para la plantilla.
Las amenazas de despido y recorte de privilegios en Google se remontan a enero de 2023, cuando la compañía anunció el despido de más de 12.000 empleados y comenzó a orquestar la vuelta a la oficina para la mayoría de sus empleados ante la amenaza de peores valoraciones de desempeño si no lo hacían y el cambio en la política de uso de las oficinas.
El “giro” de Meta sirve como guía. Los motivos de Google para afrontar la restructuración de la que habla Sundar Pichai en su memorando tiene dos detonadores: la sobrecontratación de personal que se produjo entre 2020 y 2022, y el desarrollo inmediato de la IA.
Son los síntomas de una enfermedad que Mark Zuckerberg detectó en Meta a principios de 2023, desechando su macroproyecto de metaverso y sometiendo a la empresa a un severo proceso de reorganización interna. Ahora Google va a seguir los mismos pasos.
Mark Zuckerberg declaró 2023 como ‘El año de la eficiencia de Meta’, poniendo como objetivo prioritario reducir su volumen y reorganizar toda su estructura y procesos para centrar sus recursos en el desarrollo de la inteligencia artificial. Un año más tarde, Meta vuelve a estar en la carrera de la IA.
Google no puede permitirse el lujo de ceder su posición a OpenAI. El buscador de Google supuso toda una revolución en su día. Fue la herramienta clave que permitió conectar al usuario con los contenidos que se estaban generando en Internet. Con la llegada de modelos de inteligencia artificial generativa como ChatGPT, el uso del buscador corre el riesgo de quedar obsoleto porque es el propio modelo quien te da las respuestas a tus preguntas.
Por eso, en Google se han puesto las pilas con el desarrollo de Bard primero, y de una IA que use la plataforma Android como “Caballo de Troya” para llegar al mayor número de usuarios posible, como la que Samsung presentaba junto a sus Galaxy S24.
Google se ve obligada a colocar a la IA en el centro de todos sus productos y reorganizar toda su infraestructura para centrar todos los esfuerzos en impulsar esos proyectos. Por lo tanto, en ese proceso muchos departamentos que no estén relacionados con ese esfuerzo central, desaparecerán o se reducirán a su mínima expresión, tal y como sucedió en la Meta de Zuckerberg durante 2023.
Las empresas afrontan su “Operación Bikini” en 2024. Google y Meta no son las únicas que se han puesto manos a la obra con esta “Operación Bikini” empresarial destinada a reducir el tamaño de sus plantillas tras años de sobrecontratación.
El portal Layoff.fyi, que monitoriza los planes de despido de las compañías tecnológicas, ya ha registrado 10.433 despidos en lo que llevamos de 2024. Empresas como Spotify anunciaba el despido del 17% de su plantilla y Duolingo, Discord o Unity también anunciaron su intención por reducir la plantilla de cara a 2024. Sus motivos se repiten: previsión en la bajada de ventas y reestructurar la empresa para poner el enfoque en las distintas tecnologías clave para su sector.
Imagen | Wikimedia Commons (eesan1969), Dall-E
Ver 8 comentarios
8 comentarios
sygurd
Ahora serán muchos más desde su casa y con muchísimo tiempo libre a la semana, tal como querían y como se veía venir.
adlopez
Hasta donde dejarán que esto suceda?
Hoy son unos miles, mañana serán millones y millones...
No pinta para nada bien este tema de la IA.
rafamexdorian2990
Hay ternuras aun no saben que así funciona el capitalismo, para una empresa x cualquiera no son personas son recursos humanos, son un activo mas en la empresa y altamente desechable no se por que se sorprenden de los despidos y antes la ley los medio protegía por que no podías hacer despidos injustificado y te jubiladas cosi sin problema, pero la ley cambia a favor de las empresas, la empresa ya no te tiene que jubilar ahora es a tu manera dependiendo de los años de trabajo y tu ahorro, una carga fiscal menos para la empresa que obio se embolsa una lanita
pocust
Es una vergüenza todas estas empresas que aún teniendo cada vez más beneficios, despiden a tantos trabajadores. El que no vea que es algo moralmente despreciable tiene un problema muy gordo. Todo se ha convertido en exprimir al máximo al trabajador para que los beneficios se lo lleven los CEOs y los accionistas. El capitalismo se ha deshumanizado tanto que los trabajadores ya no son personas, son números con sueldos que hay que recortar a la mínima oportunidad.
A demasiadas empresas se les está olvidando que juegan un papel muy importante en la estabilidad y el bienestar de la sociedad, y que la vida de mucha gente depende de ellas. El empresario clásico tenía cierta responsabilidad con sus empleados, era consciente de que tenía a personas a su cargo, ahora todo es un proceso burocrático e impersonal donde (quitando contadas empresas pequeñas) la empatía ha desaparecido por completo. Sólo hay que ver cómo la desigualdad es cada vez mayor, los ricos más ricos y los pobres más pobres. El modelo actual no funciona, todo se basa en pisar al otro; y si no pisas, te pisan a ti. Seguir actuando con el único objetivo de buscar ganar el máximo dinero posible a toda costa no nos trae nada bueno.