Hubo un tiempo hace no más de tres años en el que las empresas contrataban directores y cargos intermedios como si no hubiese un mañana. En un contexto de contención del gasto y previsiones de ventas a la baja, los despidos y el estancamiento en los roles se está convirtiendo en la tónica general. Demos la bienvenida a lo que algunos ya denominan: "El Gran estancamiento".
La Gran renuncia mejoró los salarios. El mercado laboral viene de unos años en los que, la escasez de mano de obra especializada, ha dado a los empleados un gran poder de negociación en sus salarios. De hecho, la rotación para escalar en rango salarial se ha convertido en una práctica habitual entre los miembros de la generación Z.
Sin embargo, el incremento en el número de despidos y la ralentización en las nuevas contrataciones ha puesto freno a la Gran Renuncia, devolviendo parte de ese poder de negociación a las empresas.
Menos ascensos internos. Según los datos recopilados por el estudio Workday Hiring and Talent Trends de la consultora laboral Workday, las empresas de todos los sectores industriales redujeron el número de ascensos de sus empleados durante el último año. Esta ralentización se ha acentuado especialmente en el sector tecnológico, con un descenso del 25% en el número de ascensos en el último año.
Según datos de la Encuesta de Compensación Total de la consultora Mercer confirman esta tendencia. Las empresas consultadas afirmaron que, durante 2024, esperan ascender solo al 8% de los empleados, frente al 10,3% que ascendió el año pasado.
Las empresas se aplanan. El comportamiento de las grandes empresas tecnológicas de Estados Unidos, como Meta, ha dejado constancia del aplanamiento de sus estructuras, reduciendo el número de cargos intermedios. La eliminación de esos roles hace que las opciones de promociones se compliquen.
En 2020, las empresas más potentes sobredimensionaron sus plantillas con el doble objetivo de dar respuesta a sus planes de expansión, al tiempo que atraían al mejor talento de las plantillas de sus rivales. A finales de 2023, con unas expectativas financieras mucho menos favorables, las empresas comenzaron a despedir a gran parte de sus plantillas, reduciendo la jerarquía interna para hacerlas más ágiles.
Mismo salario, más responsabilidades. Una de las causas que ha provocado la renuncia masiva de cargos intermedios ha sido el incremento de sus responsabilidades, sin que se vea recompensado por un incremento salarial acorde.
Según datos del informe Evolución Salarial 2007-2023 elaborado por EADA Business School y la consultora ICSA, el salario de los cargos intermedios bajó un 3,8% en España en 2023, situándose en el rango de los 43.062 euros. Por su parte, el de los directivos se incrementaba en un 3,29% quedando de media en 88.347 euros anuales. Es decir, los empleados tienen más impedimentos para ascender y, cuando lo hacen, no siempre van acompañados de mejoras salariales, pero sí de más responsabilidades.
Imagen | Unsplash (Headway)
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