El Gobierno japonés está decidido a conseguir que Japón se mida de tú a tú con las principales potencias de la industria de los semiconductores. Y desde luego no es una ambición inalcanzable. De hecho, algunas de las compañías con mayor peso específico en la industria de los equipos de litografía, como Tokyo Electron, Canon o Nikon, son japonesas. En cualquier caso, para incrementar su presencia en la industria de los chips la Administración nipona tiene que afrontar grandes inversiones, y es justo lo que está haciendo.
Actualmente Japón está invirtiendo más dinero en su sector de los circuitos integrados que EEUU, Alemania, Francia o Reino Unido. No en términos de valor neto, pero su esfuerzo es mayor si ponderamos la inversión de estos países sobre su producto interior bruto (PIB). EEUU dedica el 0,21% de su PIB a su industria de los semiconductores, y Alemania el 0,41%. Francia, según Nikkei Asia, el 0,2%, y, por último, Reino Unido el 0,04%. La diferencia es muy significativa y pone encima de la mesa el esfuerzo que está haciendo Japón con un 0,71% de su PIB.
El idilio de Japón y TSMC va a más
La reciente alianza que han pactado el Gobierno japonés y la cúpula directiva de TSMC, la compañía taiwanesa que lidera la industria de los circuitos integrados con una suficiencia abrumadora, avala la ambición de Japón en materia de semiconductores. Y es que la Administración japonesa ha allanado el camino a TSMC con subvenciones jugosas para que dé luz verde a la construcción de varias plantas de fabricación de chips de vanguardia en la isla de Kyushu. De hecho, la primera de ellas va viento en popa e iniciará la producción este mismo año.
Morris Chang asegura que Japón está preparado para resurgir como un actor crucial en la industria de los semiconductores global
Morris Chang, el fundador de TSMC, se ha deshecho en halagos hacia Japón. Ha valorado muy positivamente la rapidez con la que el Gobierno japonés aprobó en su momento la subvención que acordó con TSMC para dar luz verde a la construcción de esta fábrica. No obstante, esto no es lo único que Chang ha elogiado de Japón. También ha apreciado la rapidez con la que las empresas japonesas involucradas en la construcción de la planta han llevado a cabo su cometido.
No debemos pasar por alto que la premura con la que está saliendo adelante la planta de Kumamoto contrasta claramente con los retrasos que están lastrando la puesta a punto de la nueva fábrica de TSMC en Arizona (EEUU). Como colofón este ejecutivo ha pronosticado que Japón está preparado para resurgir como un actor crucial en la industria de los semiconductores global. De eso se trata precisamente. Y es que Morris Chang no da puntada sin hilo.
Esta no es ni mucho menos la primera vez que este experimentado ejecutivo insinúa con bastante claridad su predilección por Japón en detrimento de EEUU. Durante los últimos meses ha ensalzado en varias ocasiones la similitud que tienen las culturas de trabajo de Taiwán y Japón. Y, además, es evidente que conoce muy bien el empeño del Gobierno nipón en recuperar una posición preeminente en la industria global de los semiconductores. Tiene a su favor una baza fundamental: una cadena de suministro muy robusta en la que brillan con luz propia compañías tan importantes como Tokyo Electron o Canon.
Imagen | TSMC
Más información | Nikkei Asia
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