Apple se encuentra envuelta en un caso de infracción de patentes que no ha pasado desapercibido. La compañía más valiosa del mundo por capitalización bursátil ha sido acusada de utilizar indebidamente en sus relojes inteligentes la tecnología de medición de oxígeno en sangre registrada por un fabricante de equipos médicos llamado Masimo.
Esta semana presenciamos como la Comisión de Comercio Internacional (ITC) prohibía los Apple Watch Series 9 y Apple Watch Ultra 2 en Estados Unidos, obligando a la firma de Cupertino a suspender las ventas de estos dispositivos en plena temporada navideña. Así que nos preguntamos qué ha sucedido exactamente para llegar hasta aquí.
Un problema con raíces profundas
Si bien los productos alcanzados por la medida de la ITC (suspendida temporalmente por un tribunal de apelaciones) fueron lanzados recientemente, el origen del conflicto se remonta a un pasado más o menos lejano en el que Apple ni siquiera tenía presencia en el jugoso mercado de los relojes inteligentes, al menos según recoge Bloomberg.
Como sabemos, la mayoría de las decisiones estratégicas de la tecnológicas se mantienen bajo absoluto secreto, pero los procesos judiciales obligan a revelar ciertos datos hasta ese momento habían permanecido guardados bajo llave. Ya lo hemos visto con el juicio de Apple y Epic Games, y ahora lo vemos con este encabezado por Masimo.
Según documentos judiciales, el 2 de octubre de 2013 a las 12:54 de la madrugada, Tim Cook recibió un correo electrónico de un investigador que le proponía desarrollar una tecnología que situaría a la compañía a la vanguardia de los mercados de la salud, el fitness y el bienestar. Una hora más tarde, un reclutador de Apple se puso en contacto con él.
Ciertamente, no se trataba de un auténtico desconocido que tenía la dirección de mail de Cook, sino de un talento que anteriormente había sido codiciado por Apple, pero que había rechazado ser parte de la compañía. Después de un año, no obstante, parecía estar preparado para sumarse a la tecnológica en un puesto técnico senior.
Y aquí es donde empiezan a aparecer datos interesantes. Como Apple sabía que este especialista llamado Marcelo Lamego había trabajado en dos firmas de equipos médicos, en concreto, Cercacor Laboratories Inc. y Masimo Corp., el candidato señaló que su incorporación no provocaría un conflicto de propiedad intelectual con sus antiguos empleadores.
En cualquier caso, Lamego empezó a trabajar en Apple una semana más tarde. Y, por si esto fuera poco, meses después solicitó que la compañía presentara varias patentes relacionadas con sistemas móviles de detección de oxígeno en sangre. Pero la estadía del especialista dentro de la multinacional fue tan veloz como su contratación.
Al cabo de un año, el hombre que aparentemente había sentado las bases de una importantísima tecnología para Apple elegía un nuevo destino. Según Steve Hotelling de Apple, el investigador no encajaba en la compañía y se retiró luego de exigir presupuestos millonarios y la capacidad de dirigir equipos a su antojo.
El primer Apple Watch fue anunciado en 2015, pero todavía sin la capacidad de medir oxígeno en sangre. Apple siguió trabajando internamente en la tecnología hasta que finalmente la llevó a su dispositivo comercial, el Apple Watch Series 6, lanzado en 2020. Ese mismo año, Masimo demandó al fabricante del iPhone.
La firma de dispositivos médicos alegó robo de secretos comerciales relacionados a una variedad de tecnologías, entre ellas la de oximetría de pulso. Los abogados de Masimo señalaron que Lamego le dio a Apple todo lo que necesitaba. Sin embargo, el tribunal involucrado declaró nulo el caso.
En paralelo, Masimo lanzó el W1, su propio reloj inteligente. Lo que ocurrió a continuación es muy fácil de adivinar: Apple demandó a Masimo y le acusó de copiar su tecnología y de haberle demandado previamente para obtener una ventaja de mercado. Masimo contrademandó que Apple y alegó infracciones de leyes antimonopolio y competencia desleal.
Masimo también denunció a Apple ante la ITC por infracción de patentes. A todo esto, la agencia dictaminó que los relojes de Apple tienen tecnología perteneciente a Masimo y determinó la prohibición de los Apple Watch Series 9 y Apple Watch Ultra 2. El veto, no obstante, ha sido suspendido por un tribunal de apelaciones por pedido de Apple.
La gran pregunta es cómo resolverán estas dos firmas sus diferencias. Apple ha estado trabajando para modificar el software de los relojes vendidos con el fin de abordar las preocupaciones del demandante. Masimo, sin embargo, insiste en que las infracciones también alcanzan el hardware de los dispositivos.
Un punto a tener en cuenta es que Masimo Corp. y Cercacor Laboratories Inc. tienen el mismo CEO, Joe Kiani. De hecho, la segunda se escindió de la primera en 1998 y ambas comparten muchas de sus tecnologías bajo un esquema de licencias. ¿Llegarán a un acuerdo? Kiani dice que está dispuesto a resolver el conflicto.
Imágenes: Apple | Masimo
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