El aterrizaje de Elon Musk en las oficinas de Twitter a finales de octubre, lavabo en brazos y entre rumores de recortes de personal y tuits que proclamaban una nueva era de libertad en la plataforma, generó casi más incógnitas que certezas. Incógnitas sobre cómo afectaría a la política editorial de la red, incógnitas sobre las verificaciones de Blue Twitter, incógnitas sobre cómo afectaría a la plantilla e incógnitas sobre qué pasaría con las cuentas que habían sido suspendidas antes de que él tomase las riendas de la empresa. No en vano, se especulaba, el propio Musk se ha encargado de proyectarse a sí mismo como un “absolutista de la libertad de expresión”.
La mayoría de esas incógnitas han ido despejándose o, como mínimo, perfilándose a lo largo de las últimas semanas. Quedaba sin embargo una de las mayores y desde luego más espinosas: ¿Y las cuentas suspendidas? El sábado el magnate dio un primer paso al anunciar el restablecimiento de tres perfiles que habían sido congelados a lo largo de los últimos meses: los de la humorista Kathie Griffin, el polémico escritor Jordan Peterson y la publicación satírica y conservadora ‘The Babylon Bee’, los dos últimos por los comentarios que habían lanzado sobre personas trans.
Quedaba la duda de las dudas, quizás no la de mayor calado para la dinámica de la plataforma, pero desde luego sí una de las que más expectativas generaba y con un valor casi simbólico en la política editorial de la compañía: ¿Qué pasaría con la cuenta de Donald Trump, suspendida en enero de 2021 después del asalto al Capitolio de EEUU y ante el riesgo de “incitación a la violencia”?
"Vox Populi, Vox Dei"
Hasta ahora Musk había esquivado esa patata caliente. Hasta ahora. En las últimas horas el nuevo dueño de Twitter lanzó una encuesta desde su propio perfil con una premisa muy directa: “Reintegrar al expresidente Trump”. Sobre la mesa puso solo dos opciones: sí o no. La consulta acabó recibiendo 15.085.458 votos, un volumen de participación que ha sorprendido al propio Musk, y la respuesta, aunque reñida, es clara: el sí, en cabeza desde el principio, se impuso con el 51,8% de los apoyos.
¿Conclusión? Musk ha readmitido a Trump en Twitter.
“El pueblo ha hablado. Trump será reintegrado. Vox Populi, Vox Dei”, tuiteaba en las últimas horas Musk, que justifica así el psao —a diferencia de lo que ocurrió con Kathie Griffin o J. Peterson— en una decisión directa de los usuarios. A lo largo de las últimas horas el propio empresario se había ido encargando de desgranar información para reforzar la validez de la consulta. En uno de sus últimos mensajes explicaba, por ejemplo, que si bien recibió 15,08 millones de votos, la encuesta la habían visto 134 millones de personas, lo que equivaldría a un porcentaje considerable de la base de usuarios activos de la plataforma. “Twitter is ALIVE”, tecleaba poco después Musk.
Una de las grandes dudas que deja la encuesta es si se vio afectada por bots y, de ser así, en qué medida y sentido han influido. Horas después de lanzar la consulta, el empresario aseguraba que había registrado "ataques" de este tipo de cuentas. "Es impresionante verlo", deslizó.
The people have spoken.
— Elon Musk (@elonmusk) November 20, 2022
Trump will be reinstated.
Vox Populi, Vox Dei. https://t.co/jmkhFuyfkv
Reinstate former President Trump
— Elon Musk (@elonmusk) November 19, 2022
En la red ya se puede ver la cuenta del expresidente republicano, @realDonaldTrump, con un número creciente de seguidores: si a primera hora del domingo sumaban 9,4 millones, poco antes de las 13.00 h (GMT+1). rondaba ya 52,2. El último mensaje es del 8 de enero de 2021. Ese mismo día, lejos aún de "la era Musk", Twitter lanzó un comunicado con sus argumentos para suspender el perfil: "Tras una revisión minuciosa de los tuits recientes de la cuenta @realDonaldTrump y el contexto que los rodea, en concreto cómo se reciben e interpretan dentro y fuera de Twitter, hemos suspendido la cuenta de forma permanente debido al riesgo de una mayor incitación a la violencia".
A finales de octubre Elon Musk había anunciado la creación de “un consejo de moderación de contenidos” que integraría “puntos de vista muy diversos” y al que, aseguró, escucharía antes de adoptar decisiones relevantes, como la recuperación de perfiles. Su nuevo paso lo sustenta sin embargo en los resultados de una encuesta lanzada desde su perfil personal de Twitter.
La medida está en sintonía en cualquier caso con los mensajes que el empresario ha ido desgranando a lo largo de los últimos meses, antes incluso de tomar las riendas de Twitter. En mayo, poco después de anunciar sus planes de comprar Twitter, Musk ya había asegurado estar dispuesto a “revertir la prohibición” y en las últimas semanas ha dejado reflexiones como la que compartía poco después de su desembarco en las oficinas de la empresa con la hija de Jordan Peterson: “Cualquier persona suspendida por razones menores y dudosas será liberada de la cárcel de Twitter”.
Tampoco Trump ha permanecido en silencio.
“Estoy muy feliz de que Twitter esté ahora en buenas manos y ya no esté dirigido por lunáticos y maníacos de la izquierda radical que realmente odian a nuestro país”, apuntaba el líder republicano a finales de octubre. Queda la incógnita de cuál será su reacción ahora que Twitter lo ha readmitido
El expresidente dispone ahora de su propia plataforma, Truth Social, con la que se habría comprometido a tener un trato preferente, y ya ha mostrado sus planes de mantenerse en ella. La plataforma pertenece a Trump Media & Technology Gropu (TMTG), compañía de la que Trump es presidente y fundador. Con los resultados de las elecciones de medio mandato de EEUU muy recientes aún, Twitter le ofrece sin embargo un altavoz muy superior al de Truth Social.
El contexto es tan o más relevante que la propia decisión: Trump ve desbloqueada su visibilidad en Twitter solo unos días después de anunciar su candidatura presidencial para 2024.
Horas antes de que se cerra la encuesta, con resultados provisionales aún sobre la mesa, Trump dejó ver que no le entusiasma la idea de regresar a Twitter. “He oído que hay una gran votación para volver a Twitter. No lo veo porque no veo ninguna razón para ello”, explicó en Las Vegas: “Puede que lo consiga, puede que no lo consiga”. Lo que sí ha recalcado en los últimos días es su compromiso con Truth Social: “Ha sido muy, muy poderosa, muy, muy fuerte, y me quedaré allí”.
Imagen de portada: Jon Tyson (Unsplash)
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