Varios son los países que están haciendo la transición a billetes fabricados con un polímero plástico, y de hecho en el Reino Unido comenzaron a utilizarse en 2016 en aquel billete de 5 libras que tenía una "función secreta" como reproductor de vinilos.
Ahora llegan los billetes de 50 libras, y lo hacen con nuevas medidas antifalsificación y con un protagonista muy especial: el científico Alan Turing, considerado padre de la informática moderna.
Un merecido homenaje a un científico que cambio el mundo
El mátemático que "ganó una guerra" fue el principal responsable de lograr que se descifrase Enigma en la Segunda Guerra Mundial, pero esa hazaña no le libró de los terribles prejuicios que existían contra la homosexualidad en aquella época: fue condenado por lo que entonces era un delito y se tuvo que someter a una castración química para evitar la cárcel. Dos años después se suicidaría con cianuro.
Esta tragedia tardó más de 60 años en ser reparada. Turing recibió el perdón real de la Reina Isabel II en 2013 —su leyenda ya era patente desde hacía mucho—, ya hora este país le ha rendido un homenaje claro al usar su imagen para el nuevo billete de polímero de 50 libras que se estrenará el próximo 23 de junio de 2023, el día que nació Turing. La fecha de su nacimiento (23 de junio de 1912), por cierto, estará incluida en cada billete en forma de números binarios.
Los billetes de polímero son más duraderos que los de papel y se mantienen en mejores condiciones durante su uso, además de integrar una característica táctil para que las personas ciegas puedan diferenciarlos más fácilmente.
Este billete completará la transición total al polímero que se ha realizado con los billetes de 5 libras (Churchill), de 10 (Austen) y de 20 (Turner). Se seguirán usando los billetes de 50 libras de papel como de costumbre, y el Gobierno del Reino Unido notificará su retirada con seis meses de antelación cuando se decida hacer la transición completa a los nuevos billetes.
Son, casi sin quererlo, más difíciles de falsificar que nunca
Aunque los billetes de polímero son más difíciles de falsificar, han aparecido desde luego intentos de hacerlo por ejemplo en Australia, que lleva usando este tipo de billetes más tiempo.
Cada uno de los nuevos billetes cuenta además de otras medidas de seguridad con una "huella dactilar" única que lo valida como legítimo. Un grupo de investigadores de la Universidad de Warwick ha descubierto que de hecho esa huella dactilar es involuntaria porque es un pequeño defecto introducido durante el proceso de fabricación de estos billetes de polímero.
Al fabricar cada billete, la aplicación de una capa crítica del proceso llamado recuprimiento de opacidad hace que surjan pequeñas impurezas en la tinta, que se dispersa de forma aleatoria produciendo patrones traslúcidos que se pueden revelar cuando se los expone a una fuente de luz brillante.
Aunque esas imperfecciones parecen no tener demasiada relevancia en conjunto con el resto de elementos que forman el billete, acaban creando una especie de huella dactilar que es única y que permite diferenciar un billete legítimo de uno falsificado.
El problema es que para identificarlos hay que crear algo así como una base de datos con todas esas las huellas dactilares relacionadas con el número de serie de cada billete, algo que permitiría localizar falsificaciones.
Los científicos que han descubierto esta curiosa característica creen que ese proceso no sería tan complejo como parece, y todas las "huellas" podrían almacenarse como vectores de 256 bytes por cada una y ocuparían tan solo 1 terabyte de almacenamiento.
Más información | Bank of England
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