A priori todo parece estupendo y fantástico en el llamado GeForce Partner Program (GPP), una iniciativa que NVIDIA ha puesto en marcha con el objetivo de "ayudar a los gamers a saber lo que compran". El problema es que ese programa comercial podría ir mucho más allá, y algunos lo tachan de estrategia anticompetitiva para eliminar la competencia en un mercado, el de las GPUs, que domina desde hace tiempo NVIDIA.
Es lo que apuntaron hace unas semanas en HardOCP, donde revelaban como el GPP plantea un peligroso quid pro quo. Si te apuntas serás un socio privilegiado de NVIDIA, pero no podrás comercializar productos de otros fabricantes bajo el mismo paraguas. Varios fabricantes están ya afectados, y podréis encontrar por ejemplo las "AORUS GTX 1080 Gaming Box" de Gigabyte, pero la alternativa de AMD no forma parte de esa familia, y se llama "RX 580 Gaming Box" a secas.
NVIDIA y su inquietante programa de partners
AMD fue la que se puso en contacto con los editores de HardOCP y otros medios para exponer el problema, pero fueron los editores de este medio los que analizaron el problema con mayor profundidad.
El origen del problema está en el llamado GeForce Partner Program, que los propios responsables de NVIDIA presentaban el pasado 1 de marzo de 2018. En un post en el blog oficial de NVIDIA John Teeple, director de marketing en la empresa, explicaba en qué consistía:
El GeForce Partners Program está diseñado para garantizar que los jugadores dispongan de total transparencia en la plataforma de la GPU y en el software que venden, y que puedan seleccionar con confianza productos que cumplan la promesa de NVIDIA GeForce.
Esta transparencia sólo es posible cuando las marcas de NVIDIA y sus partners son coherentes. Por lo tanto, el nuevo programa significa que promocionaremos nuestras marcas asociadas de GPP a través de la web, en medios sociales, en eventos y mucho más. Y los socios de GPP tendrán acceso temprano a nuestras últimas innovaciones, y trabajarán en estrecha colaboración con nuestro equipo de ingeniería para llevar las últimas tecnologías a los jugadores.
El programa no es exclusivo. Los socios siguen teniendo la capacidad de vender y promocionar productos de cualquier persona. Los socios deciden inscribirse en el programa y pueden dejar de participar en cualquier momento. No hay compromiso de hacer ningún pago monetario o descuentos en productos por ser parte del programa.
El último párrafo es importante porque destaca cómo ser parte de ese programa no parece tener desventaja alguna. Los socios pueden seguir comercializando productos basados en otras plataformas, de modo que todo hace pensar que podrían seguir trabajando con chips de AMD o Intel libremente.
Si quieres trabajar conmigo, cuidado con trabajar con otros
Parece que eso no es así. En HardOCP hablaron con varios OEMs (Original Equipment Manufacturer) y AIBs (Add In Board), pero ninguno de los siete fabricantes con los que contactaron quisieron dar nombres ni hablar oficialmente. Todos los que lo hicieron, indican en HardOCP, comparten la opinión de que estos términos son probablemente ilegales, que el GPP daña las opciones para los consumidores y pone en peligro sus negocios con empresas con las que también trabajan como AMD e Intel.
Eso se debe a un requisito claro indicado en documentos no públicos que han sido consultados por estos editores: si eres miembro del GPP, debes tener "una marca de videojuegos alineada exclusivamente con GeForce". En HardOCP ponían el ejemplo hipotético —no está confirmado si la firma es o no miembro de GPP— de ASUS y su célebre marca de productos para gamers, RoG, Republic of Gamers.
Si ASUS fuera un socio del GPP y quisiera comercialziar GPUs de NVIDIA en productos de la familia RoG como tarjetas gráficas, ordenadores o portátiles, no podría dedicar esa marca a vender productos basados en tarjetas de AMD o Intel. La marca RoG estaría de facto reservada a productos de NVIDIA. Repetimos: esto es una hipótesis de HardOCP, pero una que permite entender cuál es el planteamiento del GeForce Partner Program.
Semanas después de ese descubrimiento no hay más que un inquietante silencio por parte de NVIDIA, que sigue sin pronunciarse al respecto. En Forbes y en Seeking Alpha analizaban la situación y daban dos ejemplos en los que esas prácticas competitivas parecían haber tenido ya efecto.
La primera, la de la familia "Gaming X" de MSI, que en Forbes descubrían que solo estaba formada por productos basados en soluciones de NVIDIA: las AMD Radeon Vega han desaparecido de esa familia de buenas a primeras. La segunda, la de las soluciones eGPU de Gigabyte de las que hablábamos, y que ahora solo pertenecen a la familia AORUS cuando están basadas en gráficas de gama alta de NVIDIA.
En la opción con las RX 580 han eliminado esa marca porque según Gigabyte "no están comercializándola para gamers", algo que provoca confusión cuando uno ve las imágenes de esta caja eGPU en la publicidad de su página web, que ciertamente parece orientarla a este público.
El problema que plantean este tipo de prácticas es inquietante y según estos análisis limita, complica y dificulta la decisión de compra de los usuarios finales, que se ven enfrentados a familias de producto diferentes porque los fabricantes que formen parte del GPP tienen que diferenciarlas.
La práctica afecta a todos los ámbitos, y no solo a esas tarjetas gráficas con la marca de cada fabricante (las AIB que compramos al adquirir una gráfica dedicada para montar o actualizar nuestro PC). También afecta a los fabricantes de equipos de sobremesa y portátiles que usan estos componentes, y por ejemplo haría que no pudiéramos encontrar un HP Omen o un Dell XPS con gráficas dedicadas de AMD si estos fabricantes estuvieran adheridos a ese programa de NVIDIA —y no sabemos si lo están—.
Intel ya fue multada por prácticas similares
Todos los analistas están de acuerdo en que NVIDIA debería aclarar una situación que a priori parece perjudicial para fabricantes y usuarios, y que además tiene tintes peligrosos.
Tan peligrosos como los que obligaron hace unos años a Intel a pagar una multa multimillonaria de 1.060 millones de euros. La Unión Europea le abrió expediente a Intel en 2007 por abuso de posición dominante: el gigante de los semiconductores ofreció descuentos a fabricantes como Dell, Lenovo, HP o NEC entre los años 2002 y 2007 a cambio de que comprasen sus CPUs casi en exclusiva.
No solo eso: también llegaron a acuerdos con grandes cadenas como MediaMarkt para que solo vendieran equipos con Intel, algo que según la entonces comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, "perjudicó a millones de consumidores europeos al actuar deliberadamente durante muchos años para excluir a sus competidores".
Aquella investigación acabó con una sentencia firme y esa multa millonaria. Intel apeló el caso, y de hecho hace unos meses el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) anulaba la sentencia del Tribunal General que confirmó la multa: eso significa que había que reexaminar el caso para establecer qué tipo de descuentos se produjeron y el impacto que tuvieron. Será difícil que Intel esquive la multa, pero puede que finalmente no sea tan alta.
De confirmarse las prácticas de NVIDIA, la firma podría encontrarse ante una situación similar a aquella a la que Intel se enfrentó hace casi una década, y es especialmente importante saber cómo aclara la situación esta empresa.
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