Amazon ha dejado de contratar y ha puesto en marcha el mayor recorte de personal de su historia. Se espera que en las próximas semanas unos 10.000 empleados sean despedidos. El plan de ajuste, sin embargo, no afectará a todas las divisiones por igual. La compañía seguirá apostando por Amazon Web Services (AWS), contratando a más personas e invirtiendo en la construcción de nuevos centros de datos.
El movimiento, según Bloomberg, ha sido revelado por Matt Garman, el jefe de ventas y marketing de AWS. “Nuestro negocio sigue creciendo rápidamente”, dice el ejecutivo que se prepara para liderar la próxima ola de contrataciones del gigante tecnológico. La empresa ya había contratado a una gran parte de nuevos empleados en los últimos dos años, pero se prepara para atraer a más talento en 2023.
La importancia de AWS para Amazon
Amazon ha crecido tanto que la etiqueta de “gigante de comercio electrónico” se le queda pequeña. De hecho, separa sus resultados financieros en tres segmentos: América del Note, Internacional y AWS. Los dos primeros comprenden el desglose geográfico de la facturación de su comercio minorista, servicios de suscripción y dispositivos. El último se centra en su servicio de computación en la nube.
Precisamente, AWS ha sido durante mucho tiempo el motor de las ganancias de Amazon. Su relevancia es tal que en ciertos trimestres ha representado todos los ingresos operativos de la empresa, y este último trimestre no ha sido la excepción. En los resultados del tercer trimestre que finalizó el 30 de septiembre, la compañía facturó 127.100 millones de dólares, un 15% más en relación al mismo período de 2021.
No obstante, la rentabilidad de la compañía cayó y el beneficio neto retrocedió un 9% hasta los 2.872 millones de dólares, impulsando el plan de reestructuración ideado por Andy Jassy. El gran salvador de los números en rojo fue el segmento AWS, cuya facturación fue de 20.500 millones de dólares y los ingresos operativos se situaron en los 5.400 millones de dólares, frente a los 4.900 millones interanuales.
Pero, ¿por qué crece AWS cuando el resto de los segmentos retroceden? La respuesta puede estar en sus servicios y reputación. Se trata de una plataforma elegida por millones de clientes en todo el mundo que necesitan servicios de computación en la nube. En lugar de invertir en su propia infraestructura, pueden optar por pagar para utilizar la de AWS y, lo que es más importante, de forma escalable.
Amazon ha distribuido su infraestructura de AWS por distintas partes del mundo para que el servicio alcance una buena prestación en los más distantes puntos geográficos. Es decir, AWS está a la vanguardia de la computación en la nube y posee más del 34% del mercado. Entre sus principales competidores encontramos a Microsoft Azure, con un 21% del mercado, y Google Cloud, con un 11%.
Pese a este lugar de privilegio en la industria, la computación en la nube es uno de los segmentos que suele ponerse en la mira a la hora de recortar gastos. Netflix, por ejemplo, habría considerado gastar menos en la nube después de la pérdida de suscriptores registrada a principios de este año. El Twitter de Elon Musk también habría seguido ese camino para ahorrar 1.000 millones de dólares anuales.
Garman, sin embargo, no ve en este panorama una amenaza para su negocio. “Moderaremos el crecimiento de nuestro centro de datos cuando la demanda se modere”, dijo en una llamada con los inversionistas el pasado mes de octubre. Además, señaló que tienen muchos indicadores que les dan razones para seguir invirtiendo y construyendo centros de datos, así que, según el ejecutivo, eso es lo que harán.
Imágenes: Amazon | Tanner Boriack
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