La picaresca forma parte del ADN ibérico, pero en algunos casos se manifiesta como un talento innato con recursos que, aunque por su ingenio y astucia no queda otra que reconocerle el mérito, no deja de ser un abuso. Es el caso de una teleoperadora de Vigo que ha recogido el diario La Voz de Galicia. Estuvo atendiendo sus propias llamadas durante siete meses para así poder descansar durante más tiempo.
Un plan sin fisuras. El trabajo de teleoperadora es el de recibir llamadas y solucionar los problemas del cliente. Pero si eres tú misma quien llama, pues el tiempo que se mantiene la línea ocupada no es trabajo, sino descanso. Es lo que una teleoperadora gallega hizo durante siete meses sin que sus jefes lo detectaran.
La empleada, que trabajaba en remoto, realizaba con permiso de su supervisor lo que en términos de atención al cliente se conoce como Callback, que no es otra cosa que devolver una llamada a un cliente que no ha podido ser atendido para solucionar su problema. El único detalle es que el número al que llamaba era en realidad el suyo. De ese modo, su registro horario indicaba que estaba atendiendo clientes, cuando en realidad aprovechaba ese tiempo para descansar.
Se destapó el engaño. La empleada repitió su jugada durante siete meses a lo largo de 2022 con el fin de estirar un poco más sus descansos, hasta que su coordinador detectó que un número de teléfono aparecía repetidamente en los registros de llamadas de la operadora. Al comprobar de qué se trataba descubrió el ardid de la operadora: se había estado llamando a sí misma simulando ser un cliente.
Una empleada ejemplar. La sorpresa del gerente fue mayúscula porque, según se recoge en el diario gallego, el supervisor confiaba en ella porque “estaba aupada en el ranking de los mejores trabajadores”, y además cobraba incentivos desde que comenzó a trabajar en la empresa en 2021 con contratos eventuales.
Durante todo ese tiempo, la operadora había atendido consultas sobre fidelización y promociones, y durante los últimos meses había estado solucionando consultas sobre tarjetas bancarias. Por lo que contaban con la máxima confianza de la empresa.
Despido avalado por la justicia. La reacción de la empresa fue el despido inmediato de la empleada, que llevó el despido ante un juzgado de Vigo en 2023 que lo dio por válido. No conforme, la empleada recurrió esa primera sentencia a la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) alegando que las llamadas tenían una duración de segundos y lo hacía para tomarse un respiro y aliviar una crisis de ansiedad. En su recurso, la empleada argumentó que las llamadas se producían en sus tiempos de descanso y que eran “solo cinco o siete al mes y de escasos minutos de duración”.
La sala del alto tribunal gallego ha validado esa sentencia por despido disciplinario, ya que considera probado por la documentación de la sentencia que existió una intención de “eludir el tiempo de prestación de servicio cuando no se encontraba disfrutando de tiempos de descanso, y transgrediendo la buena fe contractual, abuso de confianza, deslealtad y disminución del rendimiento”.
Ver 17 comentarios