Después de que el pasado 25 de mayo el presidente Trump anunciara una especie de indulto a ZTE, quien había sido condenada a no poder usar tecnología y componentes estadounidenses durante los próximos siete años. Hoy, Wilbur Ross, secretario de comercio de Estados Unidos, confirmó que se había llegado a un acuerdo para emitir una nueva sanción a ZTE a cambio de terminar con el bloqueo.
Si ZTE desea poder comprar nuevamente componentes de compañías estadounidenses y así volver a arrancar con sus operaciones, primero deberá cumplir, en un plazo no mayor a 30 días, con las condiciones que le impone el gobierno de Trump. Es decir, ZTE tiene dos opciones: ceder ante Estados Unidos o dejar morir a la compañía.
Trump "rescatando" compañías chinas
Hay que recordar que ZTE había sido declarada culpable de violar las sanciones de Estados Unidos al vender tecnología de telecomunicaciones a Irán y Corea del Norte. Esto provocó que la compañía china se hiciera acreedora a una sanción económica por 1.190 millones de dólares y una prohibición para exportar componentes de origen estadounidense.
Lo anterior fue un golpe certero a ZTE, quien mencionó que entre el 20 y 30 % de sus componentes críticos provienen de Estados Unidos. Lo que los llevó a tomar la decisión de parar sus operaciones en lo que negociaban con el gobierno de Trump, tratando de buscar una salida a todo esto.
Y sí, la salida llegó en forma de tweets de Trump, quien mencionó que había instruido al Departamento de Comercio para que tratara de llegar a un acuerdo que ofreciera "una forma rápida" para que ZTE volviera al negocio. Algo que no fue bien visto dentro del Congreso de los Estados Unidos.
Después de algunos rumores y confirmaciones vía Twitter, hoy el finalmente el secretario de comercio estadounidense confirmó el acuerdo y dio todos los detalles. ZTE deberá pagar una multa de 1.000 millones de dólares (que es menor a los 1.190 millones de un inicio) y además, tendrán que hacer cambios en su junta directiva, ya que deberán expulsar a uno de sus miembros que pertenece al Partido Comunista.
Pero eso no es todo, ya que también tendrán que dejar un depósito en garantía de 400 millones de dólares, el cual, según Ross, servirá "para pagar futuras multas". Por último, ZTE deberá colocar a algunos funcionarios de Estados Unidos dentro de la compañía, quienes se encargarán de monitorizar las actividades comerciales de los chinos y reportar todo de forma directa al gobierno estadounidense.
El Congreso vs Trump
Ante esta decisión "inesperada" de Trump, el presidente se ha enfrentado a una reacción profundamente hostil por parte de Congreso, quien se niega rotundamente a cualquier acuerdo que reanude las operaciones de ZTE. Chuck Schumer, senador demócrata, fue energético al mencionar que "ambos partidos en el Congreso deberían unirse para detener este acuerdo". Mientras que el senador Marco Rubio, republicano y uno de los más críticos, presentó una propuesta para bloquear este tipo de negociaciones.
De hecho, la Cámara de Representantes acaba de aprobar un proyecto de ley que impediría que los EEUU llegue a un acuerdo con ZTE, el cual está siendo apoyado por este grupo bipartidista de senadores, quienes dicen que el mantener la prohibición era lo mejor para las fuerzas del orden y la seguridad del país.
Pero lo realmente interesante de todo esto, es que esta propuesta cuenta con apoyo bipartidista al haber sido presentada formalmente por el senador republicano Tom Cotton y el demócrata Chris Van Hollen, la cual consiste en una enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), que obligaría a que todas las decisiones relacionadas con defensa y seguridad tengan que ser aprobadas por el Congreso.
Como vemos, la situación aún no se resuelve del todo para ZTE, ya que a pesar de que Trump ha dado el visto el bueno, los movimientos en el interior del Congreso apuntan a un posible bloqueo a este acuerdo.
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