Siguiendo un poco con la línea de entradas como la del Día de la Tierra o las pilas de combustible basadas en el hidrógeno, esta mañana os queremos hablar de unos nanogeneradores de energía que vienen a cumplir la máxima de que la energía ni se crea no se destruye, si no que se transforma.
Y ya que tanta energía tenemos a nuestro alrededor e incluso nosotros la generamos, ¿por qué no evitar que se pierda? ¿por qué no recanalizarla a nuestros gadgets? Nos vale tanto nuestro movimiento como las ondas que nos rodean o incluso la circulación de nuestra propia sangre.
Esta idea, llevada a cabo por investigadores del Georgia Institute of Technology, no es nueva, pero parece que el asunto va avanzando y esperemos que en no mucho tiempo podamos ir recargando el teléfono móvil con la sola ayuda de nuestros zapatos al caminar.
Vía | livescience. (gracias Suriv)
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