Europa está contra las cuerdas. El enorme encarecimiento que están experimentando la electricidad y el gas durante los últimos meses, y que los consumidores estamos percibiendo con tanta claridad, refleja la magnitud de la crisis energética en la que está sumida toda Europa. Además, esta situación es especialmente peliaguda en el contexto actual de emergencia climática en el que nos encontramos.
Reino Unido, y, sobre todo, Francia, son dos de los países de nuestro vecindario que abogan por la energía nuclear como un ingrediente fundamental en la receta que persigue dar respuesta a nuestras necesidades energéticas, y, a la par, reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Aun así, la energía nuclear lleva varias décadas en el centro del debate que mantienen no solo los expertos, sino también la opinión pública.
Y es positivo que sea así debido a que una discusión bien fundamentada y respetuosa por parte de ambas posturas es una herramienta muy valiosa en la búsqueda de un modelo energético que resuelva las necesidades que tenemos los ciudadanos. La energía nuclear está en el punto de mira permanentemente, pero durante los últimos días está acaparando la atención con un ímpetu renovado debido a lo que está sucediendo en Francia.
Nuestro vecino transpirenaico es el segundo país del mundo que tiene más reactores nucleares solo por detrás de Estados Unidos, y se ha visto obligado recientemente a recortar sus previsiones de generación de energía de origen nuclear a corto plazo. Esta decisión acarrea una consecuencia que no podemos pasar por alto: se va a ver obligado a quemar más carbón del que tenía previsto para paliar ese déficit energético, lo que ha instigado a los detractores de la energía nuclear a alzar de nuevo su voz.
Las centrales nucleares no son intermitentes, pero requieren un mantenimiento
El apagado progresivo de sus centrales nucleares en el que se ha embarcado Alemania (y que también tiene planificado España) ha obligado a este país centroeuropeo a incrementar la utilización de los combustibles fósiles (gas y carbón) para resolver sus necesidades energéticas. La situación de Francia es muy diferente a la de Alemania porque, como acabamos de ver, su apuesta a favor de la energía nuclear es muy sólida, pero esto es, precisamente, lo que está provocando que arrecien las críticas contra la estrategia francesa.
Y es que EDF (Électricité de France), que es la empresa pública francesa que más electricidad produce en toda Europa, y la segunda de todo el planeta solo por detrás de la asiática China Energy Investment, ha confirmado hace unas horas que se ha visto obligada a revisar a la baja su producción de electricidad de origen nuclear para 2022. Esta decisión se debe a que cinco de los reactores de su parque nuclear que actualmente están en fase de parada para llevar a cabo tareas de mantenimiento van a ser revisados durante más tiempo del que esta empresa había previsto inicialmente para garantizar que pueden continuar operando con seguridad.
Las centrales nucleares producen electricidad de forma constante, pero, como es lógico, requieren llevar a cabo tareas de mantenimiento preventivo y correctivo periódicas, como nos explicó Alfredo García, más conocido en Twitter como Operador Nuclear, durante la conversación que mantuvimos con él hace varios meses:
«Una central nuclear funciona durante dieciocho meses como media sin parar, y durante este periodo de tiempo también se lleva a cabo un mantenimiento. La mayoría de los equipos están duplicados, triplicados o cuadruplicados, por lo que mientras uno de ellos está funcionando llevamos a cabo la revisión y el mantenimiento preventivo o correctivo de uno de sus reservas».
Otro motivo importante por el que las centrales nucleares deben detener su actividad cada año y medio aproximadamente es que una parte de su combustible debe ser renovado. Estas paradas de recarga y mantenimiento duran habitualmente entre un mes y medio y dos meses, pero cuando es necesario llevar a cabo algún tipo de mantenimiento correctivo, como le ha pasado a EDF, este tiempo se puede incrementar. Y en el contexto de crisis energética en el que nos encontramos no queda más remedio que recurrir a otras fuentes de energía. Idealmente deberían ser renovables, pero esto no siempre es posible. El debate continúa encima de la mesa.
Imagen de portada | Foro Nuclear
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