El año pasado las imágenes se hicieron virales. Entonces, se daba luz verde para las operaciones madereras y mineras en Indonesia penetrando la selva tropical del pueblo aislado Hongana Manyawa. Lo que impactó no fue tanto la llegada de las máquinas, fue la aparente lucha de dos indígenas con el excavador, agitando sus armas para expresar que su presencia no era bienvenida. Las últimas imágenes arrojan más polémica sobre la situación en la zona. De fondo: la búsqueda de níquel.
La tribu pide ayuda. El clip muestra a varios Hongana Manyawa acercándose a los mineros que están deforestando sus tierras. En este caso, no para detenerles, sino para pedirles ayuda. Según Survival International, la ONG que compartió el video, pedían comida. “No sabemos si sobrevivirán después del encuentro ni durante cuánto tiempo. Podrían haber contraído cualquier cantidad de enfermedades que les resultarían mortales. O pueden morir de hambre; la razón por la que salieron de su territorio es porque su territorio cada vez más reducido no puede alimentarlos”, asegura la ONG.
De hecho, Survival afirma haberse puesto en contacto con una persona de los Hongana Manyawa que le expresó que su pueblo está muriendo de hambre como resultado de la tala de su selva tropical ancestral para la minería.
Los Hongana Manyawa. Hasta hace poco, era una de las pocas tribus aisladas. Viven en la isla de Halmahera y son una de las últimas tribus nómadas de cazadores-recolectores de Indonesia. Se estima que hay entre 300 y 500 miembros aislados por su propia voluntad, así como 3.000 hongana manyawa que fueron contactados en la década de 1980 y mantienen algún contacto con el resto del mundo.
El problema: níquel. La llegada de las máquinas y de diferentes empresas de minería a la zona no es ninguna sorpresa. El enclave se encuentra sobre una de las reservas de níquel más grandes del mundo, y en los últimos años, la demanda del mineral se ha disparado debido a su uso en baterías de automóviles eléctricos, lo que ha atraído la atención de las corporaciones mineras internacionales sobre la isla.
Weda Bay Nickel. Es una de las empresas clave en la zona. Una compañía de propiedad parcial de la minera francesa Eramet que inició operaciones mineras en la isla en 2019 y que tiene importantes planes para intensificar sus esfuerzos en las próximas décadas. Según Survival, la empresa química alemana BASF busca asociarse con ellos en Halmahera para realizar un gran proyecto de fundición desde la zona. En esencia, convertir el níquel en un grado que pueda usarse para baterías de automóviles eléctricos.
Por su parte, Weda Bay Nickel ha argumentado que sus concesiones mineras no están cerca de las tierras habitadas por los pueblos aislados. Sin embargo, Survival afirma que han filtrado documentos internos que muestran que la empresa contrató a antropólogos que advirtieron sobre la presencia de personas aisladas de Hongana Manyawa en la zona y sus alrededores.
Tesla. La compañía ha invertido 5.000 millones de dólares con el gobierno indonesio hasta ahora, al tiempo que se ha asociado con varias empresas conectadas a la minera Weda Bay que se encuentra en la isla. El acuerdo de la compañía de Musk es para comprar níquel y cobalto, aunque cuando se le ha preguntado sobre la situación, la respuesta se dirige al código deontológico interno, el cual establece unas garantías que no siempre se cumplen para la extracción y procesamiento de las materias primas de sus productos, al fin y al cabo, el níquel es esencial para la producción de baterías.
Sea como fuere, Tesla ha expresado que “esperan” que sus proveedores de la industria minera se “comprometan con los representantes legítimos de las comunidades indígenas e incluyan el derecho de consentimiento libre e informado en sus operaciones”. Aún así, a la compañía estadounidense también se le relacionan negocios con otras empresas menos "dialogantes" de la isla, como las chinas Huayou Cobalt o CNGR Advanced Material.
La clave, una concesión. Si te estás preguntando cómo empezó todo, debemos remontarnos a 1998, momento en que se produce una concesión de aproximadamente 45.000 hectáreas a Weda Bay Nickel otorgada por el entonces dictador militar de Indonesia, Suharto. Durante varios años y debido a la caída del mercado del níquel, el proyecto se estancó, pero se reanudó con intensidad después de que el conglomerado chino Tsingshan Holding Group se uniera con una participación mayoritaria a través de una filial en 2017.
La paradoja de los coches “sostenibles”. Aunque se considera que el consumo de coches eléctricos es mejor para el planeta que los de motor, sigue teniendo externalidades, de ahí que se produzcan paradojas como que su cadena de suministro lleve a una escasez de materiales y termine asociada de alguna forma con la destrucción de selvas y pueblos indígenas.
Para Survival, “tampoco es respetuoso con el clima arrasar la selva de los hingana manyawas, de la destrucción de vastas zonas selváticas del interior de Halmahera por empresas que buscan proyectar una imagen ecológica y que dicen defender un estilo de vida sostenible para personas que viven a miles de kilómetros de distancia”, zanjan.
Imagen | Survival
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