Un reactor de fusión de tamaño reducido para España: el ambicioso proyecto de la Universidad de Sevilla

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Poco a poco vamos observando como la eterna promesa de la fusión nuclear va materializándose. Un nuevo ejemplo de ello es el reactor presentado ayer por la Universidad de Sevilla en el puerto de la capital hispalense. SMART Tokamak es el nombre del aparato en desarrollo por un consorcio internacional de investigadores dentro del proyecto Fusion2Grid.

Un proyecto colosal en miniatura. El miércoles tuvo lugar en el Centro de Innovación Universitaria Andalucía-Algarve-Alentejo (CIU3A), un centro de investigación hispano-luso situado en el puerto de Sevilla, la presentación del proyecto para la creación de un reactor de fusión SMall Aspect Ratio Tokamak o SMART.

“Small Aspect Ratio” hace referencia a lo que hace a este proyecto de reactor de fusión único: su tamaño. El proyecto abanderado por la Universidad de Sevilla espera poder desarrollar un reactor nuclear más pequeño y eficiente con el objetivo de poder ser conectado a la red eléctrica en aproximadamente una década.

Tokamak hace referencia a la tecnología empleada para acercar los núcleos atómicos lo suficiente como para que éstos se fusionen. Los tokamak son reactores de confinamiento magnético cuyo nombre un acrónimo ruso para “cámara toroidal con bobinas magnéticas”. Curiosamente, SMART no tiene forma toroidal (de rosquilla) sino esférica.

Más pequeño, más eficiente. Como cualquier reactor de fusión, SMART “estrujará” átomos de deuterio y tritio, cuya fusión dejará tras de sí un nuevo átomo de helio y una enorme cantidad de energía, unos 17,6 megaelectronvoltios (MeV). Más allá de eso, SMART se trata

SMART es un reactor de alto confinamiento (H-mode), gracias a lo cual permitirá dar más estabilidad al plasma que conforma el núcleo del reactor. Se trata de un reactor de triangularidad invertida y sus responsables esperan bata un récord de temperatura en su clase, alcanzando los 100.000.000ºC.

Una década por delante. El proyecto ya cuenta con una inversión inicial de más de cinco millones de euros, pero se estima que la inversión necesaria a lo largo de los 10 años que sus responsables estiman será de unos 500 millones.

La iniciativa en la que se enmarca el proyecto, Fusion2Grid, cuenta con la participación de instituciones como la Universidad de Princeton, el Centro para Energía de Fusión de Culham o la Universidad de Seúl y fue presentado en las instalaciones del CIU3A.

Un plan muy ambicioso. En una industria caracterizada por mantenerse a tres décadas de su objetivo, situar la conexión a la red en la próxima década parece optimista y situaría a España en la vanguardia de la tecnología de fusión (aunque no es el único proyecto que busca esto mismo).

Y es que la conexión a la red implica la necesidad de sobrepasar por mucho la “ignición”, el momento en el que el reactor emite más energía de la que recibe, puesto que este punto de ignición no tiene en cuenta otros consumos energéticos fijos o los que se realizan ajenos al funcionamiento del reactor.

Habrá que esperar por tanto antes de saber hasta qué punto los plazos son realistas. Los últimos avances (logrados en reactores de confinamiento inercial, no magnético) invitan al optimismo pero deben ser entendidos en este contexto. Todavía estamos lejos de este punto break-even en el que logremos crear un reactor eficiente y escalable para conectar a nuestras redes eléctricas. Eso sí, cada día estamos más cerca.



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