Las invasiones alienígenas son un plato frecuente en las narraciones de ciencia ficción. Sin embargo es poco probable que vengan a conquistarnos. Eso no quiere decir que esta potencial visita alienígena deba ser sencilla.
Una invasión improbable. En un artículo reciente en el diario El Confidencial, el polémico astrofísico Avi Loeb ha hecho un repaso de la posibilidad de una invasión alienígena. Pese a también partir de la idea de que la vida extraterrestre efectivamente existe, su veredicto es que la probabilidad de una invasión es ínfima o inexistente.
Para empezar porque es poco probable que los alienígenas sepan que estamos aquí. Imaginemos una civilización que nos mira con un telescopio ahora mismo. Si la civilización se encuentra a 100 años luz la imagen que verá de la Tierra será la de finales de 1922. Si nos mira desde una distancia de un millón de años luz, la imagen que verá los humanos ni siquiera estaríamos presentes.
Una odisea en el espacio. Quizá sea más probable que estos hipotéticos vecinos nos detecten a través de nuestras ondas de radio. Como indica Loeb, no comenzamos a emitirlas hasta finales del siglo XIX. Esto limita nuestra trazabilidad a civilizaciones que pudieran encontrarse a 126 años luz de nosotros. Teniendo en cuenta que la Vía Láctea se expande a lo largo de 100.000 años luz, la cifra resulta ínfima.
Pero además estos alienígenas tendrían que llegar hasta nosotros. Esta es otra aventura. Podemos asumir de nuevo el límite de la velocidad de la luz para su desplazamiento. Eso reduciría aún más el radio al que una potencial especie invasora podría detectarnos, preparar su ataque, enviar naves…
Mars Attacks? Pero más allá de que exista la posibilidad, la pregunta clave es ¿y por qué iban a hacerlo? Nuestro planeta no es especial en cuanto a recursos ni tenemos por qué sospechar que pueda tener algún otro valor para las potenciales civilizaciones alienígenas. Quizá como motivo de estudio, al fin y al cabo Loeb fue uno de los expertos que veían en Oumuamua la posibilidad de tener procedencia alienígena.
Por todo eso podemos esperar que, si existe una civilización alienígena esta es poco probable que nos invada. Tampoco es necesario que nos llegue a visitar. Al igual que hacemos los humanos intentando interferir lo mínimo con civilizaciones aisladas o con la naturaleza que examinamos, los alienígenas podrían decidir dejarnos estar. También podrían visitarnos “en son de paz”.
Contacto. La primera cuestión es cómo contactarían los alienígenas con nosotros. ¿Nos mandarían un mensaje o se presentarían en nuestra puerta? Si es la primera opción ¿debemos contestar? El problema de crear un protocolo de primer contacto es que no sabemos cómo podría suceder éste. Muchos comparten opinión con Ste Stephen Hawking, que se mostraba receloso del envío al espacio interestelar de señales y mensajes que pudieran servir a otras civilizaciones para detectarnos. Y exterminarnos.
Si es que vienen tampoco podemos estar seguros de cómo. El propio Loeb señala que si una civilización extraterrestre decide hacernos una visita lo más probable es que no acuda “en persona” sino que envíe para ello alguna forma de robots o inteligencia artificial. El motivo sería que, dado el tiempo que requieren los viajes interestelares esto sería más práctico que enviar a un ser vivo.
La llegada. la visita de otras civilizaciones nuestro principal quebradero de cabeza no va a ser defendernos: va a ser comunicarnos.
En algunas obras de ciencia ficción como La llegada esta dificultad es el eje central de la obra. Pero comunicarnos con los extraterrestres puede llegar a ser mucho más difícil. Al fin y al cabo se trataría de una especie con la que no tenemos un marco común. Por continuar con la analogía de ciencia ficción, podría decirse que la situación se parecería más a Solaris que a La llegada.
Actualmente algunos expertos se esfuerzan en crear un protocolo de actuación en caso de que se de este contacto. Se trata más bien de la actualización de un protocolo de unos 35 años de antigüedad, que debemos al programa SETI. Habrá que esperar aún para conocer las conclusiones de este nuevo protocolo y los escenarios que contempla.
Sin noticias de Gurb. Resulta en cualquier caso, poco probable que recibamos una visita a corto plazo basándonos en vuestras emisiones de radio. Con tecnologías semejantes a las humanas una civilización alienígena podría tardar miles de años en alcanzarnos a pesar de estar a “solo” unas decenas de años luz de nosotros.
Para cuando ese momento llegue es probable que la humanidad haya cambiado mucho. Es posible que nos hayamos convertido en una civilización multiplanetaria, en cuyo caso es menos probable que puedan exterminarnos. También es posible que nos hayamos exterminado ya los unos a los otros, otra opción que el mismo Loeb tampoco descarta.
Imagen | kai Stachowiak
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