En 2008, la India entraba en el selecto club de países capaces de colocar un satélite en órbita alrededor de la Luna: el Chandrayaan-1. Pero aquello no fue suficiente para la pujante potencia asiática: su objetivo era aterrizar sobre la propia superficie lunar, como décadas antes lo habían hecho las misiones Apolo.
Para ello, la agencia espacial hindú ISRO se unió en un primer momento con los rusos para iniciar una misión conjunta que permitiera realizar un alunizaje no tripulado. Pero los rusos se retiraron del proyecto tras el fracaso en 2011 de su misión Phobos-Grunt, y los hindúes decidieron seguir adelante en solitario.
Tras varios aplazamientos de la misión, que originalmente tendría que haberse llevado a cabo en 2018 (en el décimo aniversario del lanzamiento de la Chandrayaan-1), el pasado mes de julio se lanzaba la misión Chandrayaan-2. Esta sonda portaba un módulo lunar llamado Vikram (en honor al fundador del programa espacial hindú Vikram Sarabhai, ya fallecido).
¿Qué ha pasado hoy?
El descenso de la nave Vikram (de 1500 kg, más los 27 kg del rover Pragyan) se inició pocos minutos después de las 22 h., desde una altitud de 30 km sobre la superficie de nuestro satélite (en las misiones Apolo esta distancia era de sólo 15 km).
La zona de alunizaje prevista para la Vikram se situaba entre los cráteres Simpelius N y Manzinus C, cerca del Polo Sur lunar. Pero al poco de comenzar la segunda fase del descenso, al alcanzar los 2,1 km de altura (en torno a las 22:20 h.), la trayectoria prevista del Vikram se veía alterada:
En ese momento se perdía también la señal de la nave. Por sí sola, esta incidencia no habría sido preocupante, porque el procedimiento de alunizaje está programado, no requiriendo de conexión con la Tierra. Pero no se llegó a recuperar en ningún momento y, a estas horas, se da a la Vikram por perdida, considerándosela estrellada contra la superficie lunar. Las razones de este desenlace aún tardarán en conocerse varios días.
Este fracaso representa un duro golpe para las arcas públicas de la India (a pesar de que haya invertido en esta misión una cantidad menor que el presupuesto de 'Interestellar') y para su reputación como potencia espacial, pero también para la ciencia, por las pruebas científicas que la Vikram y el Pragyan habría realizado en la zona polar de la Luna.
Se da además la circunstancia de que este año han tenido lugar otros dos intentos de alunizaje llevados a cabo por sendas naciones asiáticas: China (que el pasado mes de enero lograba aterrizar exitosamente en el lado oculto de nuestro satélite con su misión Chang'e 4) e Israel (en este caso la Beresheet, como ahora la Vikram, se estrelló durante el aterrizaje).
Imagen | ISRO
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