El 15 de julio, la India estaba preparada para enviar una nave a la superficie de la Luna y convertirse en el cuarto país en conseguirlo. Pero a falta de 56 minutos para el lanzamiento del cohete, todo se torció y un “obstáculo técnico” obligó a la agencia espacial india (ISRO) a abortar la misión.
Una semana después, en menos de una hora, la India vuelve a la carga y, si todo va bien, el proyecto más ambicioso de la ISRO, el Chandrayaan-2, partirá de la Tierra hacia el desconocido polo sur de la Luna a bordo del GSLV Mark III. Así, a las 14:43 de este lunes (las 11:13 en la península) todos los ojos estarán fijados en el Centro Espacial de Satish Dhawan, al sureste del subcontinente.
La Luna es una cruel amante
¿De qué va la misión Chandrayaan-2? Se trata de la "segunda parte" (misión de seguimiento) de la misión Chandrayaan-1 que ayudó a confirmar la presencia de agua en la luna en 2009. Chandrayaan -2 consiste en un orbitador, un módulo de aterrizaje y un rover. El orbitador nos permitirá mapear la superficie lunar desde una altitud de unos 100 kilómetros; por su parte, el módulo de aterrizaje será el encargado de poner al rover en el polo sur.
Este vehículo de exploración tiene seis ruedas y pesará unos 20 kilogramos. Se moverá de forma semiautónoma y tiene como objetivo examinar la composición del regolito lunar. Es interesante porque el rover se ubicará a unos 600 kilómetros del polo sur del satélite; es decir, que sería la primera vez que una misión aterrizara tan lejos del ecuador.
Es una misión muy ambiciosa con la que la India quiere posicionarse como una de las grandes potencias espaciales. Pero también es, como decía Erik Shilling, un recordatorio de que sigue siendo tremendamente difícil ir a la Luna. Cuando hablamos de exploración espacial, 50 años no son nada.
Actualización: Ahí va.
Liftoff of India's Chandrayaan 2 mission to the Moon! pic.twitter.com/QJedbPHdVn
— Loren Grush (@lorengrush) July 22, 2019
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