En 2017 a Donald Trump se le puso en las narices que había que volver a la Luna. El entonces presidente de Estados Unidos le impuso a la NASA que lograra mandar un hombre a la Luna en 2024.
Ese plan ahora se ha visto retrasado, y buena parte de culpa la tiene Blue Origin. La empresa de Jeff Bezos protestó porque la NASA concdió "a dedo" el contrato para esa misión lunar a SpaceX. Finalmente la NASA ha desestimado esa protesta y seguirá con su plan inicial, pero esta decisión ha obligado a retrasar esa vuelta del hombre a la Luna hasta al menos 2025.
La protesta de Blue Origin tiene la culpa
Bill Nelson, máximo responsable de la agencia espacial, explicó que "el objetivo de la administración Trump para el aterrizaje humano en 2024 [en la luna] no estaba basado en su viabilidad técnica".
Ya hubo rumores de que esta misión sufriría retrasos, pero la ambiciosa misión Artemisa se acabó encontrando con un problema. La NASA asignó directamente a SpaceX el desarrollo de un sistema de aterrizaje lunar que la empresa de Musk había presupuestado en 2.900 millones de dólares.
Sin embargo, Blue Origin demandó a la NASA e indicó que no se le había dado la oportunidad de participar en el concurso. Documentos filtrados en septiembre revelaron que Blue Origin había intentado "hacer trampas": propuso dedicar 5.900 millones de dólares al proyecto, pero en realidad luego quería negociar un precio menor.
Finalmente la justicia norteamericana falló en contra de Blue Origin, pero toda esta batalla legal ha durado siete meses durante los cuales el desarrollo de toda la misión se ha visto afectado. Queda por ver si realmente se logrará cumplir ahora con ese objetivo de lograrlo en 2025, dado que son muchos los elementos que deben probarse antes de poder acometer esa misión final.
Vía | The New York Times
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