La nave Starliner de Boeing no baja: la NASA ha retrasado por tercera vez su retorno para analizar los múltiples fallos

  • Los ingenieros de la misión necesitan más tiempo para asegurarse de que la nave esté lista para volver a la Tierra

  • Además de las cinco fugas de helio, una válvula encargada de aislar el oxidante de la Starliner no cierra correctamente

La nave espacial Starliner de Boeing acoplada a la Estación Espacial Internacional
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Cinco fugas de helio, un propulsor que no arranca y una válvula que no cierra complican el regreso de la nave Starliner de Boeing a tierra firme.

Nueva fecha de retorno. La primera prueba tripulada de la nave espacial Starliner no está yendo como Boeing ni la NASA esperaban. Los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams iban a estar ocho días en la Estación Espacial Internacional, pero la NASA ya ha retrasado tres veces la maniobra de desacople y regreso de la cápsula.

Steve Stich, quien lidera el programa de vuelos comerciales de la NASA, ha anunciado este martes que la fecha prevista para el retorno de los astronautas es ahora el 26 de junio, con una segunda ventana de regreso para el 2 de julio y ventanas sucesivas cada cuatro días.

Las razones del retraso. Una vez más, el motivo que esgrime la NASA para posponer el regreso de la Starliner es dar más tiempo al equipo para analizar los problemas detectados y asegurarse de que la nave esté lista para volver a la Tierra de manera segura para sus tripulantes.

Los fallos que complicaron el acoplamiento de la nave espacial de Boeing a la Estación Espacial Internacional están relacionados con el módulo de servicio, un componente que se quema en la atmósfera y no se recupera, por lo que recopilar la mayor cantidad de datos posible no solo garantiza la seguridad de Butch y Suni, sino que será crucial para solucionar los defectos de la nave antes de que entre en servicio para la NASA.

Fugas de helio y fallos de propulsores. Si bien la Starliner llegó a la Estación Espacial Internacional sin poner en riesgo a la tripulación, lo hizo con cinco fugas de helio (dos de las cuales fueron detectadas tras el acoplamiento) y el fallo de cinco propulsores del sistema RCS.

Si bien se recuperaron cuatro de los cinco propulsores (ubicados en la zona de popa de la nave), Boeing ha admitido que los colectores de helio y sellos de la nave no están funcionando como es debido. Afortunadamente, son fugas pequeñas. La nave aún tiene helio para 70 horas de vuelo, pero solo necesita siete para desorbitar.

Una válvula que no cierra. La NASA ha anunciado además un problema sin relación con las fugas de helio y los propulsores: una válvula que aísla el oxidante en la Starliner no cierra correctamente.

Los propelentes deben estar bien sellados para el regreso. Boeing puede solucionar esto con una válvula secundaria, pero los ingenieros de la nave tendrán que analizar el alcance de este problema para comprender qué significa de cara a los vuelos posteriores.

Butch y Suni están felices. Algo que la NASA ha querido dejar claro en una rueda de prensa sobre el nuevo retraso es que los astronautas están encantados con la Starliner y las perspectivas de pasar unos días adicionales a bordo de la Estación Espacial Internacional.

Butch Wilmore y Suni Williams tienen 61 y 58 años, respectivamente. La primera misión de prueba de la Starliner es, probablemente, su última misión espacial. Una vez que la nave se desacople, está previsto que aterrice en el desierto de White Sands, en el estado de Nuevo México.

Imagen | NASA

En Xataka | Boeing dijo que la nave Starliner podía aguantar sin problemas hasta cinco fugas de helio. Acaba de encontrar la quinta

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