Como parte de un nuevo estudio publicado en Geophysical Research Letters, la Agencia Espacial Europea (ESA) está mostrando los registros de las frecuencias generadas cuando una tormenta solar colisiona con el campo magnético de la Tierra, algo que nunca antes de había conseguido.
Cada vez que nuestro sol tiene una erupción, expulsa partículas cargadas eléctricamente que terminan llegando a nuestro planeta. Cuando hacen contacto con el campo magnético de la Tierra en la etapa conocida como "pre-choque", que se da al alcanzar la primera región del campo magnético, esta colisión de partículas provoca la liberación de ondas magnéticas complejas, las cuales emiten un sonido sumamente peculiar y que ahora ha sido grabado.
Así suena la "canción magnética" de nuestro planeta
La grabación de esta llamada "canción magnética" de la Tierra fue posible gracias a la misión Cluster de la ESA. Dicha misión arrancó en el año 2000 con cuatro naves espaciales en formación orbitando la Tierra, cuyo objetivo es investigar el entorno magnético de nuestro planeta y su interacción con el viento solar, donde se presenta un flujo constante de partículas liberadas por el sol hacia el Sistema Solar.
Las órbitas de las naves permiten volar constantemente dentro de la etapa de "pre-choque". Ahora, tras analizar los datos del Cluster Science Archive, los investigadores descubrieron que durante la primera parte de la misión, entre 2001 y 2005, las naves volaron a través de seis de esas colisiones y logró registrar las ondas que se generaron.
Cuando no hay partículas solares en contacto con nuestra atmósfera, estas ondas magnéticas oscilan en una sola frecuencia y se convierten en un sonido más suave. Por otro lado, los científicos eliminaron las frecuencias altas para dejar libres las señales audibles durante las colisiones, el resultado es el peculiar sonido que escucharán a continuación.
Gracias a este análisis, hay nuevos datos que muestran que durante la colisión en el "pre-choque" se liberan ondas magnéticas que son mucho más complejas de lo que se pensaba. Esto pone en la mesa situaciones que podrían afectar la forma en la que pronosticamos las potenciales amenazas de la meteorología espacial. Lo que nos lleva a tener que plantear nuevos escenarios y la necesidad urgente de recopilar más información para estudiar y analizar posibles consecuencias al planeta y nuestros sistemas tecnológicos.
Aquí hay que recodar que el campo magnético de la Tierra es nuestra principal línea de defensa contra la actividad solar, la cual es capaz de afectar desde mediciones satelitales hasta instrumentos terrestres e incluso redes eléctricas. De ahí la necesidad urgente de entender cómo funcionan estas interacciones para tratar de contrarrestar sus efectos.
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