La creatividad no tiene límites y la ambición de los publicistas, al parecer, tampoco. Actualmente existen múltiples medios y redes para el marketing, los patrocinios y los ads, pero una empresa rusa está considerando seriamente usar microsatélites para poner anuncios en el cielo. Tal cual.
Sería algo así como la evolución de los carteles que arrastran avionetas o los zeppelines patrocinados, yendo más lejos tanto por la propuesta como por la distancia a la que estaría físicamente lo que sería la valla o el cartel. Una manera de asegurarse la visibilidad (de noche y con cielos despejados) y también de invadir las noches estrelladas de los observadores del cielo nocturno.
Una noche preciosa patrocinada por... [Inserte logotipo]
De momento no hay ninguna compañía que haya establecido un sistema de esta clase para los anuncios, pero estrictamente hablando de anuncios espaciales ya ha habido propuestas previas. Entre otras ésta de Japón, que no falla nunca y tampoco iba a hacerlo en este tema, y fueron los de Ispace (con el apoyo de Japan Airlines) quienes ven la Luna como un terreno por explotar a nivel de marketing.
En este caso se trata de StartRocket, una empresa que propone recurrir a microsatélites para poner anuncios en el cielo. Concretamente muestran como un ejército de CubeSats, de los cuales hemos hablado en varias ocasiones al ser de uso habitual en las misiones espaciales, despliega velas de unos 9 metros, las cuales jugando con el reflejo del Sol actuarían como faros que en conjunto podrían brillar conformando el patrón de un logotipo o un mensaje.
Así, como un luminoso en Times Square y muy estilo los drones de Intel. Pero en esta ocasión se trataría de una flotilla de microsatélites que se organizaría a unos 450 kilómetros sobre nuestras (¿atónitas? ¿Indignadas?) miradas.
Aunque el CEO de la compañía, Vladilen Sitnikov, admite que es una locura de idea según transmiten en Discover Magazine, tampoco ha sido un pensamiento al aire o una idea tras echarse unas risas con los amigos. El empresario se ha reunido con un equipo de ingenieros de SkolTech, una universidad privada en Moscú (Rusia) con el fin de desarrollar un prototipo y hacer una prueba este mismo año.
Más nubes que claros para esta idea
¿Su inspiración? Quizás no tanto como eso, pero Elon Musk ha alimentado la idea indirectamente tras el lanzamiento de un Tesla Roadster al espacio, lo cual es otra estrategia publicitaria en el espacio también según Sitnikov.
¿Qué necesitan? Inversión. La idea es hacer el primer test del anuncio espacial este mismo verano, para tener la versión definitiva del sistema en 2021, pero para ello han de reunir primero el dinero.
¿Por qué puede no gustar la idea? En primer lugar se trata, una vez más, de lanzar objetos fabricados por el ser humano al espacio. El lanzamiento en sí probablemente sumaría más kilos a la gran masa de basura espacial que ya rodea nuestro planeta, lo cual es muy complicado de solucionar y no resulta nada halagüeño pensando en el auge que está teniendo en estos momentos la carrera espacial.
Los astrónomos además lo ven como un problema por la contaminación lumínica y posibles problemas en las comunicaciones. John Barentine, director de la asociación International Dark-Sky y miembro de el comité de la American Astronomical Society considera que que estos anuncios podrían calificarse tanto como contaminación lumínica como basura espacial, y que podrían alterar las señales de radio.
Por otro lado, estamos los seres humanos que miramos al cielo como una "pantalla" libre de anuncios. Lo hacemos para ver y fotografiar la noche estrellada, la Luna, eclipses, lluvias de meteoros, auroras boreales y otros muchos fenómenos espectaculares que el firmamento da gratis, y cuya observación se vería truncada si de repente el logotipo o mensaje de una compañía se pasea ante ellos.
También está la meteorología. ¿Qué ocurre si una empresa paga cierta suma para que su anuncio surque la noche y resulta que un cúmulo de nubes lo tapa? El CEO de StartRocket insiste en que sus anuncios sólo durarían seis minutos y que no molestarían en las observaciones, pero por eso mismo tampoco se verían si una gran nube se pasa por allí o si se produce niebla.
Veremos cómo queda todo esto. Por el momento ni siquiera han hablado de costes, así que habrá que ver si logran las inversiones para llevar a cabo pruebas y demás y si alguna empresa se muestra interesada.
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