Josua Hutagalung estaba tranquilamente trabajando fuera cuando una roca de 2,1 kg atravesó el techo de su casa y destrozó parte de su salón. Tras investigar lo que había pasado, se encontró con un meteorito singular: uno que le ha convertido en millonario.
El meteorito era una roca de condrita carbonatada, un tipo de material que se estima se formó hace 4.500 millones de años y que convierte a esa roca en enormemente valiosa: Hutagalung la vendió a un precio superior a un millón de libras esterlinas.
Encontrar un meteorito es como que te toque la lotería
"El sonido fue tan fuerte que algunas partes de la casa se quedaron temblando. Cuando la encontré, la roca aún estaba caliente", explicaba Hutagalung, de 33 años, que se encontraba trabajando fuera de su casa en la ciudad de Kolang, en Sumatra (Indonesia).
Este raro meteorito fue vendido al experto estadounidense Jared Collins, que luego lo vendió a un coleccionista de ese país. Ahora está almacenado en el Centro para el Estudio de Meteoritos en la Universidad Estatal de Arizona, y aunque Hutagalung no quiso especificar la cifra que obtuvo por el meteorito, se estima que un gramo del material que la compone está cotizado a 722 euros.
El responsable de la Agencia Espacial y de Aeronáutica de Indonesia, Thomas Djmaluddin, explicaba lo raro que es que un meteorito caiga en una zona residenial, "la mayoría de los meteoritos caen en localizaciones lejos de asentamientos urbanos, tales como océanos, bosques o desiertos".
Lo cierto es que que un meteorito caiga en tu casa es como si te tocase la lotería: en the New York Times hablaban ya en 2016 de esa fiebre por encontrar meteoritos que poder vender en casas de subastas. La célebre Christie's de Londres puso en marcha una "colección cósmica" hace años con piezas singulares, aunque no todas se vendieron en ese momento.
Lo cierto es que ese fenómeno ha hecho que los expertos en este campo se vean inundados de correos y llamadas de gente que afirma haber encontrado meteoritos. Aunque hay casos excepcionales, muchos otros acaban siendo "meteorwrongs", rocas con metal que parecen ser meteoritos pero no lo son. Sea como fuere, ya sabes: si alguno cae y te destroza la casa (y no hay daños personales, por supuesto), quizás el desastre sea en realidad una bendición.
Vía | The Independent
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