El 27 de septiembre de 1983 a Richard Stallman se le hincharon las narices. Cuando intentó mejorar el firmware de las impresoras del MIT el fabricante lo impidió con un acuerdo de no divulgación (NDA), algo que para él era inaceptable. La industria, decía, estaba "acaparando el software".
Ese fue el germen de una labor que Stallman ha liderado desde entonces con la creación del Manifiesto GNU, la fundación de la Free Software Foundation o la creación del término "copyleft". Sin él hoy el mundo sería muy distinto, y nos hemos puesto en contacto con varios expertos para tratar de entender el impacto de Stallman en la industria y qué hubiera sido del mundo de la tecnología sin él. Y probablemente hubiese sido muy distinto (y peor).
De hacker y programador a líder del movimiento GNU y software libre
Richar Mathew Stallman (también conocido popularmente por sus siglas, "rms") cumplía a la perfección con la definición de hacker —cuidado, no confundir con 'cracker'—: era curioso por naturaleza, pero es que además tenía una capacidad excepcional en el ámbito técnico. Se graduó con honores en 1974 en la Universidad de Harvard y cursó un año de doctorado de física en el prestigioso MIT, pero acabó dejándolo para centrarse en su labor de programación en el Laboratorio de Inteligencia Artificial, el actual CSAIL (Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory) del MIT.
Allí desarrolló algunos proyectos prodigiosos como programador, y probablemente el más famoso es (GNU) Emacs, un editor de texto que nació con un propósito relativamente básico pero que hoy en día es casi un meta-sistema operativo en sí mismo. Con él es posible consultar los fotos de noticias, el correo, los feeds RSS, tener un explorador de ficheros, escuchar música, navegar (en modo texto) por la web, contar un intérprete de comandos o aprovechar ese famoso Org mode con el que es posible organizar todo el flujo de trabajo.
Ese editor y el no menos célebre GCC (GNU Compiler Collection) fueron más tarde componentes clásicos y casi fundamentales de las distribuciones Linux que se nutrirían del nacimiento del proyecto GNU y la FSF, pero Stallman acabaría desmarcándose de esa labor de programador poco a poco, y la culpa, como decíamos, la tuvo una impresora.
Todo por una impresora
Como cuenta Sam Williams en su libro 'Free as in Freedom (2.0)' (disponible gratuitamente en PDF) el joven Stallman —por entonces tenía 27 años— llegó a su puesto de trabajo una buena mañana cuando se inició toda la historia. Envió un trabajo de impresión de 50 páginas a una nueva impresora que había llegado al Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT, una fantástica Xerox 9700 que eso sí, sufría atascos de impresión a menudo.
Al ir a recoger esas páginas se encontró con que solo se habían impreso cuatro, que además no eran suyas: la impresora se había quedado a medias en el proceso de impresión de otro usuario y no había podido sacar sus páginas. Stallman no tenía los conocimientos suficientes para reparar el problema de la impresora como tal, pero sí podía hacer otra cosa: mejorar su software para que avisara al usuario afectado si se producía un atasco.
Ya lo había hecho tiempo antes con una impresora que habían tenido en el laboratorio conectada a una computadora PDP-11. El firmware modificado por Stallman y sus compañeros avisaba a los usuarios cuando se producía un problema, lo que hacía que ese usuario pudiese acudir a tratar de deshacer el entuerto, desbloquear la impresora y que el resto de usuarios pudieran seguir trabajando con ella. La idea era la de hacer algo parecido con la impresora de Xerox, pero surgió un problema.
El problema era que el software que controlaba aquella máquina estaba en formato binario: no había código fuente que pudiera modificar. Usar un desensamblador era complejo, así que Stallman tomó otro camino: logró el código de un programa de Harvard que podía adaptar para que funcionase con las máquinas de su laboratorio y la Xerox 9700, y consiguió añadir funciones interesantes.
El código fuente no indicaba quién escribió aquel programa, pero lo que hizo Stallman fue cogerlo prestado, mejorarlo y ponerlo a disposición de sus compañeros. Aquel proceso tan natural acabaría siendo el fundamento de todo el movimiento del software libre.
A pesar de ello, Stallman se encontró más tarde con barreras más importantes: en un momento dado tuvo que pedir el código fuente del software de la impresora a un programador de Carnegie Mellon que lo había desarrollado. Ese programador no pudo dárselo porque había firmado un acuerdo de confidencialidad con Xerox que le impedía ayudar en ese pequeño proyecto de Stallman, y aquello acabó por enfadar de verdad a Stallman, que veía absurdo una política que bloqueaba el avance de un software que al fin y al cabo mejoraba el comportamiento de la impresora.
Nacimiento de GNU y de la FSF
Aquel incidente fue el detonante de una serie de decisiones que llevaron a Stallman a abandonar el MIT en febrero de 1984 para trabajar a tiempo completo en el proyecto GNU (GNU's Not Unix, un célebre acrónimo recursivo) que anunció aquel 27 de septiembre de 1983 en el foro de noticias net.unix-wizards.
El objetivo era crear un sistema operativo completo, pero lo que acabó derivando de aquello fue una filosofía que permitiera a todo el mundo estudiar el código fuente de los programas que usaban, compartirlo con otros, modificar su comportamiento y publicar su propia versión modificada. Aquellas ideas se recogieron en el manifiesto de GNU que se publicó en 1985.
Poco después fundaría la Free Software Foundation, la organización que gestionaría el movimiento del software libre, y popularizó el concepto copyleft, que era justo lo contrario del copyright que imperaba desde hacía años en el mercado audiovisual y literario. El proyecto software avanzaba, pero no lo suficiente, y por ejemplo carecía del componente fundamental de un sistema operativo, el kernel o núcleo del sistema operativo.
Los objetivos del proyecto GNU nunca se han alcanzado, y lo más cerca que ha estado ese sistema operativo de aparecer es con el proyecto GNU Hurd que jamás ha estado demasiado maduro, pero como todos sabemos Linus Torvalds creó su propio kernel y aprovechó varios de los componentes del proyecto GNU para construir la base de Linux, un sistema operativo que trasladaría buena parte de la filosofía del movimiento GNU, aunque se haya desviado al aceptar componentes binarios (drivers y aplicaciones) que Stallman siempre ha criticado.
Sin embargo la idea del software libre impulsada por Stallman ha quedado marcada a fuego en una industria que de otro modo habría estado aún más controlada por corporaciones como Microsoft, Apple o Google, que en los últimos tiempos se han acercado a esta filosofía en diversa magnitud pero que siguen manteniendo un fuerte componente privativo en muchos de sus desarrollos.
El impacto de Stallman en la evolución de la informática ha sido por tanto innegable: el movimiento GNU y la defensa del software libre no son tanto un proyecto técnico que define la calidad y tipo de desarrollo del software (algo que sí hace el código abierto u Open Source) como una filosofía de desarrollo y uso de software mucho más ético y moral que el que siempre han defendido las empresas que desarrollaban software privativo o propietario.
El impacto de Stallman en nuestro mundo según los expertos
Precisamente por eso hemos querido ponernos en contacto con algunos expertos del ámbito tecnológico en España para que respondan a tres sencillas preguntas que pueden resumir brevemente el papel de Stallman en el ámbito tecnológico.
Si no llega a ser por Stallman y el software libre, no me quiero ni imaginar cómo sería el mundo... Esto sí que pocas veces tantos le han debido tanto a tan pocos
— David Maeztu (@davidmaeztu) 3 de julio de 2019
Estos expertos han sido los siguientes: JJ Merelo (@jjmerelo), profesor en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la Universidad de Granada y desarrollador de software libre, "especialmente ahora con Perl 6", nos apunta. David Maeztu (@davidmaeztu), abogado especializado en derecho tecnológico y de internet, y que precisamente inspiraba este reportaje con un mensaje en Twitter el pasado mes de julio. Jesús M. González-Barahona (@jgbarah2), profesor en la Universidad Rey Juan Carlos y especializado en el desarrollo de software libre. Sergio Carrasco (@sergiocm), jurista e ingeniero técnico y consultor en Fase Consulting. Y por último (pero no por ello menos importante) Víctor R. Ruiz (@vrruiz), que trabaja en el desarrollo del kernel Linux en Red Hat y que además es miembro del podcast Radio Skylab, que trata sobre el espacio, la ciencia y otras curiosidades.
Empezábamos preguntando a estos expertos por el impacto de Stallman en el mundo de la tecnología. Para Maeztu su influencia ha sido espectacular en un ámbito clave que ha sido quizás más relevante a la larga que el propio impacto técnico:
"Básicamente tener la inteligencia de dotar de un mecanismo jurídico útil para proteger el incipiente procomún generado en los albores de la informática e internet. En ser consciente de la necesidad de proteger la colaboración, las aportaciones abiertas y asegurar esa disponibilidad del código.
A veces el idealismo y la ilusión por ciertos proyectos nos puede, nos hace obviar pensamiento a más largo plazo y hacer aportaciones de las que otros se aprovechan. Stallman supo ver eso e implantar un mecanismo jurídico que dentro del copyright protegiese a quienes aportan a los demás por el bien común. Para mí el software libre es un concepto jurídico, no técnico, y lo cierto es que pocas ideas han tenido mayor impacto en el mundo tecnológico".
JJ Merelo tiene una versión más cercana al mundo del software al que afecta directamente ese movimiento del software libre, y afirma que el impacto viene de "dos aportaciones principales: las licencias GPL y la GNU, una iniciativa para crear un sistema operativo totalmente libre. Y luego una no menor: emacs, de la cual ha sido efectivamente programador, y que es un editor de texto que uso a diario".
Para González-Barahona la pregunta es difícil, pero responde a lo grande: "yo creo que el principal impacto fue imaginar que un mundo diferente era posible, diseñar un plan para llegar a el, y empezar a ponerlo en marcha. Este mundo diferente se basaba en las libertades que los usuarios del software deberían tener sobre el software que usan (las "cuatro libertades"), algo muy difícil de imaginar en los 80, cuando el modelo de software privativo se había convertido en prácticamente el único en la industria". De hecho para él "todo esto contribuyó enormemente a construir el mundo que tenemos hoy y la industria del software que tenemos hoy".
También Sergio Carrasco lo tiene claro. Este jurista apuntaba a la relevancia del proyecto GNU y las licencias GPL, y destacaba que "la capacidad de adaptar el programa, desarrollarlo y ampliarlo, de forma colectiva incluso por una comunidad, tuvo un impacto enorme a la hora de entender la libertad a la hora de adoptar una solución tecnológica".
Personas como Víctor Ruiz saben mucho de la trayectoria de Stallman también, entre otras cosas por trabajar para la que es la empresa Open Source más importante del mundo, Red Hat. Según Ruiz hay dos grandes aportaciones de Stallman. La primera "es técnica", su proyecto GNU, con la que "desarrolla un impresionante ecosistema de herramientas". Más importante aún es "la segunda gran aportación de Stallman, la idea misma de 'software libre'. Para ello crea la Licencia Pública General (GPL)".
Cómo habría sido un mundo sin Stallman
Es imposible visualizar cómo habría sido un mundo sin Stallman y su labor, sobre todo porque su influencia ha sido prodigiosa en el mundo tecnológico.
Eso ha hecho que las ideas que son pilar de la filosofía GNU y del Software Libre se hayan filtrado a muchos otros campos, y por tanto concebir un mundo sin Stallman se hace muy difícil. Aún así les preguntamos a nuestros expertos cómo creen que hubiera sido ese mundo.
Para Suanzes habría sido "sin duda muy diferente. Muchas herramientas de programación no existirían y no se podría estudiar un código fuente de muchas herramientas". Este abogado desgrana otras consecuencias directas de esa posibilidad: "muchos negocios, antes de empezar, tendrían que asumir unos costes en licencias que harían inviable el propio proyecto y dependerían de los proveedores y no de sus propios programadores, por ejemplo".
Para este experto "el software libre ha sido un acicate para la curiosidad, la exploración, la innovación y el desarrollo de todo tipo de proyectos. En definitiva, Internet sería un sitio mucho menos libre". De hecho, apostilla, "creo que el mundo es mejor con software libre que sin él".
JJ Merelo hace una reflexión singular que desde luego llama la atención por ese perfil tan extremo de Stallman a la hora de defender su proyecto y sus ideas. Para Merelo esa postura no ha facilitado el éxito de esta filosofía, sino que en realidad ha sido un obstáculo:
"Es muy difícil hacer una ucronía sobre este tema. Y más tratar de equilibrar su labor como impulsor del software libre con su actitud como persona. Lo cierto es que sin él muchas comunidades de software libre lo habríamos tenido mucho más fácil, porque generaba rechazo en personas no totalmente convencidas, predicando siempre al coro. El software libre se define por una serie de licencias, pero también es un proceso de creación de conocimiento en comunidad. Si hay personas que provocan rechazo por su actitud o sus acciones, hacen el crecimiento de esa comunidad mucho más difícil. Sin estas actitudes y acciones, es posible que el software libre hubiera sido aceptado de forma más amplia en muchas comunidades, y su comunidad habría sido mucho más diversa".
Puede que si Stallman no hubiera iniciado su labor otros lo hubieran hecho, no obstante. Es lo que apunta González-barahona, que explica que "quizás otra gente hubiera sentado los mismos principio, u otros parecidos". Aquí el profesor de la URJC hace una reflexión importante, porque Stallman no ha estado solo en ese esfuerzo: "no hay que olvidar que, aunque Stallman contribuyó enormemente a poner esto en marcha, ha sido una comunidad inmensa de personas la que, en parte catalizada por estas contribuciones, hizo realidad este mundo que tenemos hoy".
Para Sergio Carrasco "negar el papel de Stallman en el estado actual de la tecnología sería faltar manifiestamente a la verdad", y este jurista resalta la relevancia del software libre más allá del software en sí.
"La infraestructura de Internet y los dispositivos que van desarrollándose también en el IoT se basan en el uso de dichas herramientas. No hablamos de meros costes, sino del propio acceso a la tecnología, que sin las licencias libres podría quedar concentrada en manos de un número limitado de operadores".
El mundo tecnológico en el que vivimos sería muy distinto de no haber surfido la figura de Stallman, asegura Víctor Ruiz, que analiza el impacto que ha tenido su labor a todos los niveles:
"Richard Stallman creó los cimientos del movimiento de software libre, hoy ubicuo. Las herramientas GNU están en nuestros móviles (sean Android o iOS), en los grandes centros de datos, en los dispositivos inteligentes... Aunque tuvo que llegar Internet y Torvalds para que el movimiento tomara un impulso decisivo, lo cierto es que sin GNU no habría Linux, sin Linux no existiría Google, ni Amazon, ni Facebook ni el resto de gigantes de Internet. El software libre ganó. Incluso el enemigo declarado, Microsoft, apuesta desde hace años sin vacilaciones por el software libre y Linux. Y no por una cuestión filosófica, sino porque el modelo de desarrollo abierto es mucho más ventajoso y Linux es el sistema fundamental de despliegue de aplicaciones en Internet. Sin GNU, el mundo tecnológico sería muy diferente".
Medias tintas, pocas
Quisimos preguntar a nuestros protagonistas no ya por el impacto de Stallman en el mundo de la tecnología como tal, sino en su forma de causar ese impacto. En los últimos días hemos visto además cómo la polémica sacudía a Stallman, que ha dimitido del MIT y de la FSF tras unos desafortunados comentarios recientes que han generado mucho rechazo incluso entre quienes defienden los principios del Software Libre.
La actitud y las formas de este programador y activista siempre han sido especiales y muy diferentes a las que por ejemplo ha mostrado Linus Torvalds, la otra gran cara del software libre gracias a su labor al frente del sistema operativo Linux.
A Stallman no le gustan las medias tintas, y Torvalds sí tiene una visión algo más permisiva de un mundo en el que el software privativo puede convivir con el software libre. Nuestra pregunta era si creían que esa postura tan extremista de Stallman favorecía o no su mensaje.
Para Maeztu esta "es una cuestión de formas, pero Stallman como creador del concepto es lógico que tenga esa postura, que me parece muy coherente con la idea original. Cierto que no siempre las formas han sido las mejores (dejando al margen la polémica actual) o las mas convencionales".
Este abogado nos recordaba además esa confusión que ha provocado la polisemia en inglés del término "free" (gratis y libre) que según él "se ha asociado con postiras contrarias al copyright con un matiz curioso: "eso, especialmente hace años, provocaba cierto rechazo también ideológico como contraposición al modelo tradicional estadounidense al asociarlo al comunismo".
A pesar de todo y del "discurso beligerante de Stallman contra ciertas prácticas (redes sociales, sociedad del control, etc)", explica Maeztu, "puede que sirva para distraer sobre el fondo del asunto de lo que es el software libre", pero para él la postura de Stallman es "correcta".
Para Merelo la forma en la que Stallman ha defendido el software libre no es fortuita, pero es que según él "las posturas extremistas siempre son necesarias, al menos como referente, y sobre todo es necesario llevar la filosofía del software libre hasta las últimas consecuencias".
Aún así matiza sobre cómo su discurso quizás debería haberse ido adaptando a los nuevos tiempos en lugar de ser tan repetitivo. "No se puede decir si [esa postura extremista] es correcta o no, es una opinión, es la suya, y ya está. Pero la historia del coche con el capó soldado que no puedes reparar se ha quedado muy desfasada, y no dejaba de contarla. En general a la mayoría de las personas les trae sin cuidado no poder reparar su coche".
En opinión de este experto, "en el mundo, de hecho, el software privativo convive con el libre. El software libre es la mejor opción en una serie de ámbitos: la administración pública o la educación, y eso es lo que muchos defendemos. A partir de ahí, todo son opiniones personales".
El tercero de nuestros protagonistas, González-Barahona no tiene tan clara esa postura extremista de Stallman, y la comparación que hace es interesante para entender una forma de hacer las cosas que muchos consideran necesaria:
"No sé si es extremista. La posición de Stallman con respecto al software es fundamentalmente ética: deberías tener ciertos derechos sobre el software que usas. Eso es extremista igual que es extremista pensar que todo el mundo tiene derecho a la libertad de expresión. Si estás de acuerdo con la postura ética, el resto viene detrás, casi como consecuencia".
Esa actitud de Stallman sí ha podido causar rechazo entre parte de la comunidad de usuarios, apunta Carrasco, que cree que "su actitud y la forma de emitir determinadas actuaciones ha perjudicado en parte al mensaje, porque además resulta muy sencillo para el colectivo identificar a lo que es la persona de Stallman con sus ideas".
De hecho el jurista plantea una visión más abierta y cercana a la del Código Abierto, que no excluye el código privativo: "está claro que la libertad que ofrece el software libre debe protegerse y fomentarse, pero sin necesidad de atacar o subestimar el uso de determinadas soluciones cerradas, y eso sin perjuicio de que afortunadamente a día de hoy se cuenta con alternativas libres de gran calidad". Para este experto hay que "quedarse con el fondo del mensaje", no con su forma.
Ruiz está mucho más alineado con la forma de actuar de Stallman, que califica como "una falsa dicotomía. Hay personas que se ven atraídas por un mensaje contundente y otros por los argumentos pragmáticos. Si no se cancelan, y suman, ambos son bienvenidos". Aún así, reconoce, "ahora mismo hay muchas voces en las comunidades de software libre que demandan otros estilos de liderazgo, más acorde a los tiempos que vivimos. No sólo el software evoluciona, las sociedades también".
Imagen | Factor Daily
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