Los casetes de música quedaron en el olvido hace bastantes años. Si bien tuvieron una enorme popularidad, rápidamente con la llegada de los CDs fueron sustituidos, y estos por el almacenamiento físico en formato digital del MP3 posteriormente. Con generaciones ya creciendo exclusivamente con Spotify, los casetes aportan hoy en día más nostalgia que beneficios. Pero a veces sirven también para interesantes experimentos como codificar en ellos un vídeo.
Es lo que ha hecho Kris Slyka, que en su canal de YouTube mostró el laborioso proceso mediante el cual consiguió grabar en una cinta de audio un vídeo. Eso sí, no esperes HD. Si ya de por si las cintas de audio son un formato horrible para la calidad del audio, peores son aún para un vídeo. Pero eso es lo de menos cuando aquí lo que de verdad impresiona es el ingenio del autor.
Para semejante tarea Kris Skyla se hizo con una grabadora Sony de cintas de audio de alta calidad. Estas grabadoras permiten la entrada de audio en estéreo, por lo tanto la entrada de información desde dos canales diferentes. A partir de ahí es cuestión de ingenio para optimizar y grabar la información de más valor con tal de conseguir un vídeo "decente".
100x75 px de resolución y 5 fotogramas por segundo
Como decía, es cuestión de optimizar. Un simple vídeo 768x576 píxeles de resolución a 25 fps no es precisamente un vídeo de gran calidad, pero si hacemos cuentas, supone más de 11.000.000 de píxeles por cada imagen que enviar al casete, como explica Kris Skyla. Si es que se puede, porque los casetes no fueron diseñados par aun ancho de banda tan grande.
Haciendo cálculos, Kris Skyla decidió que la mejor opción era reducir la resolución a 100x75 píxeles y a 5 fps. Con esta cantidad de información más manejable y con código de por medio hizo un codificador que transformase cada uno de los píxeles en una onda de audio. En el vídeo lo muestra de forma excepcionalmente clara y visual, convirtiendo cada uno de los píxeles (blanco o negro) en ondas de audio. Además luego entrelaza las imágenes, un truco que le permite duplicar los fotogramas y que de la sensación de que no está tan entrecortado.
¿Y qué hay del color? Más ingenio aún, aprovecha el segundo canal de la grabadora estéreo para enviar por él la información del color. Con esto sin embargo perdemos el audio, ya que no hay más canales ni lugar en la cinta donde colocarlo. Pero como repite el autor, es cuestión de optimizar y escoger qué enviar al casete. Es posible colocar audio aunque de esa manera pierdes color, o reduces resolución, o fotogramas... Las opciones son (extremadamente) limitadas, cada uno escoge cómo aprovecharlas.
El resultado es sin duda curioso y con un toque de nostalgia que nos traslada directamente 30 años en el pasado. El autor ha puesto a disposición de todos el codificador y el descodificador en GitHub, por lo que (si tienes las nociones de informática adecuadas) puedes intentarlo tú mismo. Y si no, siempre puedes ver este otro experimento en el que en una cara de la cinta grabó música y en la otra un vídeo de su ventana.
Vía | YouTube
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