La ciudad es un escenario ideal para la fotografía por todas las posibilidades y opciones que ofrece. Hace un tiempo ya vimos consejos para fotografía urbana, más centrada en capturar la vida en las calles y, ahora, nos vamos a centrar en consejos para capturar el paisaje urbano, cómo destacar la arquitectura o cómo sacar el máximo partido a los múltiples detalles fotogénicos que podemos encontrar en cualquier rincón de cualquier ciudad.
Estos consejos se pueden poner en práctica en un viaje, una visita turística o, también, en nuestra propia ciudad o entorno. La idea es lograr fotos espectaculares aprovechando el entorno urbano, muy rico en posibilidades pero también complejo por la abundancia de elementos y diferentes condiciones de luz que encontramos. Nos vamos de paseo urbano, enciende tu cámara y abre bien los ojos.
1. Elegir la mejor luz
Es una de las claves para conseguir fotos diferentes, más deslumbrantes. Si queremos fotografiar un edificio singular, por ejemplo, el resultado será muy distinto dependiendo de las condiciones de luz. Esto es, la misma fotografía, con la misma composición y encuadre puede resultar muy diferente según a qué hora del día se realice, incluso si el día es soleado, nublado, con lluvia o, simplemente de noche, con las luces artificiales del entorno.
Así que nuestra principal premisa debe ser elegir la hora más adecuada en función de la luz que incida sobre nuestro motivo, en el ejemplo, un edificio singular. Todos hemos escuchado y leído (y comprobado) que a la primera hora del día, con los primeros rayos de sol, se obtienen unas fotografías magníficas. Esto en la ciudad se aplica de la misma forma. Así como a última hora del día. Tenemos una luz cálida que puede contrastar bien con la tonalidad de nuestro edificio, o bien resaltarlo.
Si estamos en una ciudad que no conocemos y no tenemos mucho tiempo para ver y planificar la mejor hora, siempre podemos recurrir a aplicaciones como The Golden Hour Calculator, que nos será muy útil.
Para la noche, si queremos destacar la iluminación de la ciudad, nada mejor que utilizar una apertura muy pequeña, ya que las palas del diafragma de nuestro objetivo harán que esas luces parezcan con forma estrellada, mucho más interesantes.
2. Busca un punto de vista elevado
Lo habitual es encontrarnos muchas fotografías de paisajes urbanos tomados a ras de suelo. Con un objetivo angular, por ejemplo, para capturar todos los elementos posibles de una calle, plaza, edificio… pero se pueden conseguir esas mismas fotos mucho con más interés (y originales) si buscamos un punto de vista elevado. Podemos subir a algún monumento, a la azotea de un edificio, a una terraza… así la perspectiva cambia y el resultado será más llamativo.
Y, aunque más arriesgado (y desaconsejable para los que sufran de vértigo), también nos podemos animar al roof topping. O bien inspirarnos el trabajo de Navid Baraty.
Del mismo modo, podemos incorporar elementos diferentes que rodean a nuestro motivo que no son tan visibles desde abajo y lograr perspectivas más inusuales. Huimos de la típica estampa y así tenemos más espectacularidad. Además, si lo hacemos a una hora del día en la que las luces de la ciudad empiezan a hacer su presencia pero aún tenemos luz natural, el resultado aún mejorará más.
Algo más tópico, pero también más fácil y asequible que buscar un punto elevado, puede ser el contrario: mirar hacia arriba. Enfocar con una perspectiva perpendicular, puede mostrarnos un punto de vista diferente y, si jugamos bien con la composición y la luz, obtener imágenes sorprendentes. Esto es especialmente útil y recurrente en grandes ciudades con edificios muy altos.
3. Angular y teleobjetivo, diferentes pero ideales para la ciudad
Elegir un objetivo angular o un teleobjetivo es más una elección personal, porque ambos son perfectamente válidos para fotografiar un paisaje urbano o elementos de la ciudad. El angular nos vendrá muy bien en lugares pequeños donde queramos incluir bien todo el espacio, dimensiones y elementos que lo rodean. O bien para paisajes grandiosos donde queremos capturar todo su esplendor (un skyline, una plaza grande…). Eso sí, ojo con la distorsión que nos puede ofrecer y cómo podemos corregirla.
Y el teleobjetivo es ideal para alcanzar detalles o elementos que queramos destacar. Además, podemos aprovechar para jugar con la perspectiva plana que nos otorga, para reforzar la composición, la geometría, destacar patrones y, también, para sacar provecho a detalles y jugar con la abstracción de los elementos arquitectónicos.
4. Las sombras, perfectas para lograr mayor contraste y aislar elementos
No las escondamos o eliminemos de nuestro encuadre. Las sombras en la ciudad son grandes aliadas para conseguir mayor contraste en una escena. Ideal para resaltar también texturas de fachadas o superficies y nos ayuda a jugar con los patrones, por ejemplo, con los ladrillos, adoquines, así como de ventanas para enriquecer la composición.
Las sombras también aportan interés, porque esconden, si realizamos una medición puntual en la zona más iluminada, lograremos acentuar esas sombras y serán más oscuras y profundas, haciendo que nuestro motivo resalte más y también esconda detalles. Además, también nos sirven para aislar elementos, ya que en un paisaje repleto de elementos, si destacamos los que están más iluminados y oscurecemos los que están en sombra conseguiremos fijar la mirada en un motivo principal.
5. Añade un elemento desconcertante o sorprendente
Los paisajes urbanos más típicos, aquellas zonas más frecuentadas y fotografiadas son una tentación para el fotógrafo viajero o turista. Es difícil resistirse a hacer “nuestra fotografía” de un lugar tan conocido. Pero, ocurre que ya está fotografiado hasta la saciedad y lograr una imagen sorprendente es una misión casi imposible. Casi, porque si escogemos una escena donde destaca la arquitectura singular, como el resto, pero logramos añadir un elemento desconcertante o sorprendente en el primer término, lograremos una captura diferente. La mayoría de fotografías típicas buscan capturar el motivo limpio, sin elementos que distraigan. Sin embargo, la inclusión de un motivo inesperado puede ayudarnos a lograr una imagen más original.
Parece fácil decirlo pero difícil lograrlo. Simplemente necesitamos paciencia. Si queremos fotografiar, por ejemplo, la Puerta del Sol de Madrid, busquemos un punto de vista alejado, la mejor luz posible y esperemos que algo pase por el primer plano. Alguna figura con un color llamativo que haga contraste, podemos incluir algún elemento que esconda parte del motivo, aunque esté en sombra… o simplemente dejar que mucha gente circule por el primer plano de la escena con el mismo peso compositivo que nuestro motivo. Eso logrará una visión diferente y, con paciencia, podemos conseguir un resultado sorprendente.
6. Aprovecha la inclusión de personas
A la hora de fotografiar un edificio o monumento de grandes dimensiones, ayuda mucho a resaltarlo incluir otros elementos que ayuden a conocer bien las dimensiones. Por ejemplo, incluir alguna persona ayuda a tener una idea clara de la escala del monumento. También pueden ser otros elementos, como una farola, un coche o cualquier otro del que tengamos plena consciencia de sus dimensiones y nos sirven como ayuda para reforzar la escala de nuestro motivo y, a la vez, pueden reforzar la espectacularidad del mismo.
En todo caso, las personas formamos parte de las ciudades e intentar esconderlas o no incluirlas en los paisajes urbanos puede resultar un tanto extraño (a no ser que sea nuestra decisión expresa). Además, aportan dinamismo y elementos que le dan vida al entorno urbano. Eso sí, hay que tener paciencia y planificar bien una escena, porque los peatones a menudo se mueven rápido. Pero merece la pena porque ayudan también a la expresión y reforzar la atmósfera.
Un gran ejemplo del buen uso de incluir figuras humanas en escenas urbanas para acentuar la atmósfera es Trent Parke, fotógrafo australiano de Magnum que consigue resultados muy llamativos.
7. Jugar con los reflejos
Otro recurso que nos puede ser de mucha ayuda para conseguir fotos diferentes son los reflejos. A menudo pueden resultar confusos o que distraen, pero bien empleados son un elemento que otorga mucho interés, incluso, pueden servir para distorsionar. En cualquier caso, nos darán una visión diferente e incluso sorprendente.
En un entorno urbano podemos encontrar muchos más reflejos de lo que pensamos. En cristales de edificios modernos, en grandes escaparates y ventanas, incluso en fuentes, charcos o el propio asfalto o pavimento cuando está mojado. Solo hay que buscar la perspectiva más interesante, sin renunciar a esa distorsión e incluso abstracción que nos puede ayudar a obtener un resultado diferente.
Si queremos fotografiar un edificio de forma original, busquemos donde se puede reflejar: en el cristal de un coche, en un escaparate situado enfrente, en un charco… solo hay que mirar con detenimiento, acercarse y buscar la perspectiva más apropiada. Y no busquemos mostrarlo completo, una visión parcial también sirve para hacerse una idea y no importa que el color o las formas distorsionen la realidad. En un reflejo eso precisamente es lo más interés puede tener.
Un pequeño consejo adicional: utiliza en parasol del objetivo para evitar luces parásitas y poder acentuar el reflejo, algo esencial cuando se dispara a a superficies como cristales o zonas muy brillantes.
8. Los pequeños detalles son muy importantes
A menudo la tendencia al fotografiar una ciudad es intentar destacar sus edificios, sus calles, su paisaje más amplio y general… y se suelen olvidar los pequeños detalles. Un letrero, un cartel, una pintada, una pequeña esquina… son elementos que también reflejan la idiosincrasia de una ciudad y que debemos capturar.
Para lograr destacar esos pequeños detalles, podemos usar un teleobjetivo o aproximarnos mucho para que sean los protagonistas. Excluyamos el resto de elementos, para que sean el motivo principal y busquemos el ángulo y la composición más apropiada, en función de la luz que tengamos.
Lo importante es no olvidarnos de objetos cotidianos o elementos comunes, a veces tan desapercibidos por frecuentes, pero que son un gran recurso fotográfico en la ciudad.
9. Capturar el movimiento
La ciudad es un entorno muy dinámico, así que aprovechar ese frenético movimiento es un recurso ideal para lograr fotos urbanas más interesantes. Disparemos con una velocidad baja pero lo suficiente como para que la imagen no acabe completa trepidada. Así logramos capturar el flujo de peatones o vehículos que suponen un buen ingrediente a un paisaje urbano.
Para ello, busquemos un buen apoyo, debemos mantenernos estables, luego sujetemos la cámara con firmeza, con las dos manos y los codos pegados al cuerpo y, una vez tengamos la composición decidida y el encuadre fijado, apretemos el disparador sin respirar. Aquí es útil contar con estabilizador de imagen en nuestro objetivo en el cuerpo de la cámara, así podremos disminuir la velocidad de obturación algo más, ideal además si usamos un teleobjetivo donde cualquier mínimo movimiento es más crítico. Porque, recuerda, que en la ciudad no está permitido el uso de trípode sin permiso (aunque depende de cada localidad).
Tampoco descartemos interiores urbanos, lugares como estaciones (aunque es posible que requieran permiso previo), centros comerciales y similares, pueden ser un escenario perfecto para capturar el bullicio y la vitalidad.
Foto inicio | Stefano Montagner
Ver 4 comentarios