Cada año, justo después de la misa de Pentecostés y mientras el coro entona el Veni Creator Spiritus, un puñado de monaguillos suben los quince pisos que hay hasta la linterna de la cúpula y lanzan miles de pétalos de rosas rojas. Y mientras esos suspiros colorados hacen almocárabes en el aire y el sol se cuela trinchando con sus rayos la bóveda, entiendes perfectamente la descripción del Panteón que dio una vez Pedro Torrijos: 2.000 años de hormigón sostenidos por una columna de luz.
Es solo una muestra, quizás la más intensa y radical, de lo que el Imperio Romano fue capaz de alzar hace dos milenios. Pero no es la única. Basta con viajar un poco más al oriente, hasta el norte de la región de Samaria en lo que hoy es Israel para encontrarse con Cesárea Marítima y, sobre todo, con los restos del puerto de Sebastos: el que, con sus 100.000 m2, fue durante siglos el mayor puerto artificial construido en mar abierto.
Allí, pero también en las decenas de puertos, monumentos y obras civiles que aún persisten en torno al Mediterráneo, es imposible preguntarse qué hemos hecho mal. Sobre todo, porque estamos hartos de ver estructuras de hormigón agrietadas, comprometidas o completamente desmoronadas a las pocas décadas de ser construidos, ¿cómo es posible que Roma fuera capaz de levantar esos prodigios de hormigón? Es más, ¿cómo es que han llegado hasta nosotros?
El mito del hormigón romano

Aún hoy, los números del puerto de Sebastos resultan impresionantes. Para construir los dos espolones que conforman el puerto, Herodes (sí, ese Herodes) necesitó emplear 44 barcos y reunir 12.000 m3 de kukar (arena marina litificada) para usarlo como relleno, 12.000 de cal y 24.000 de puzolanas, un tipo de ceniza volcánica. Y todo ello casi a ciegas: no existían precedentes de empleo de hormigón bajo el agua a esa escala técnica, económica y logística.
Roma era mucha Roma. Y, por eso mismo, es lógico que estas estructuras cimentaran el mito del cemento romano. Sobre todo, porque con la caída del Imperio el hormigón desapareció de la construcción civil y se extendió la idea de que la receta secreta había caído con la ciudad eterna. El mito no hizo sino crecer. Sin embargo, en la misma lista de la compra del rey Herodes está buena parte de la explicación.
Hace unos meses hablábamos con Manuel F. Herrador, profesor de Hormigón Estructural de la Escuela de Caminos de la Universidade da Coruña y nos explicaba que, pese a la extendido idea de que los hormigones romanos son un gran misterio, lo cierto es que conocemos perfectamente cómo funcionaban. "Puzolana" viene de la ciudad de Pozzuoli, cerca de Nápoles. Allí se extrae una ceniza volcánica similar a la piedra pómez y con un color que oscila entre el marrón amarillento y gris. Un material de altísima calidad que permite fabricar hormigón.
Esa es la clave de bóveda del hormigón romano. Vitruvio, en el año 25 a. C. ya dejó explicado todo el proceso en su tratado 'De architectura' y no es, precisamente, un conocimiento que se perdiera del todo. Lo que ocurre es que durante el Imperio se podían mover 24.000 m3 de ceniza para construir un puerto; pero en los años posteriores eso se volvió mucho más complicado. Los arquitectos e ingenieros sabían cómo hacer hormigón: sencillamente no tenían con qué hacerlo.
No es que solo haya cenizas volcánicas (o materiales que permitan la construcción de hormigones) a los pies del Vesubio. El mismo Vitruvio recomienda una arena color marrón rojizo de la propia Roma. El problema es que la búsqueda, extracción y procesamiento de estos materiales requiere una estructura organizativa y técnica considerable. Y, por supuesto, un mercado en el que venderlas (y alguien con los recursos necesarios para plantearse edificios y obras de ingeniería de ese calibre). Todo eso es lo que cayó con el Imperio Romano.
Ingenio y suerte

La falta de materias primas y organizaciones políticas con suficientes recursos como para embarcarse en obras civiles de ese tamaño pueden explicar por qué se dejaron de hacer grandes estructuras de hormigón. Pero no por qué es tan bueno si lo comparamos con los hormigones modernos. ¿Por qué esas estructuras han aguantado tanto y las nuestras se desmoronan a los pocos años?
La respuesta a esto está en el "sesgo del superviviente". La idea de la calidad del hormigón romano viene de nuestro contacto con las mejores estructuras que hicieron, las que mejor se han conservado. Por ser claros: buena parte de todo lo que construyeron los romanos ha desaparecido durante los últimos 2.000 años. El Panteón ha sido uno de los pocos edificios clásicos que ha perdurado hasta nuestros días en perfectas condiciones porque el emperador bizantino Focas se lo donó al papa Bonifacio IV en el año 608 y este lo transformó en la iglesia de Santa María de los Mártires.
Evidentemente, el edificio es un maravilla. El gran terremoto de 1349 que dañó severamente la estructura del Coliseo, podía haber destrozado también el Panteón y no lo hizo. Pero, precisamente, no parece que tenga sentido hablar del hormigón romano en sentido genérico; sino del hormigón romano que sobrevivió.
En los últimos años, muchos grupos de investigación han examinado distintos hormigones repartidos por todo el mediterráneo y han descubierto que su supervivencia se debe, en parte, a la suerte. Hace unos años, los investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley de EEUU analizaron varias muestras de hormigón del golfo de Nápoles. Así descubrieron que la mezcla que se usó en esas estructuras en contacto con el agua marina generó "tobermorita aluminosa", un mineral que fortaleció la piedra.
De la misma manera, hace unos días, un análisis del Mausoleo de Cecilia Metela, en la vía Apia, mostraba que se usó leucita rica en potasio. Eso también reforzó la estructura. Lo interesante de todo esto es que es algo que no podían saber los constructores: por eso hablo de suerte. Suerte para los edificios y suerte también para nosotros porque todas esos edificios han sido laboratorios vivos que hoy nos van a enseñar a construir mejor y de forma más sostenible.
Imagen | Evan Qu
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wiredbrain
Hoy en día se puede fabricar hormigón que en la práctica es indestructible, simplemente hay que usar un cepillo de diamante para exfoliar ligeramente la piel de la cara de unos cuantos políticos; recoger esa piel muerta y mezclarla con agua; con eso se obtiene un hormigón que es casi tan duro como la cara nuestros políticos; cosa que lo hace practicamente indestructible.
nezziokid
Nada de suerte, fijemonos en la condicion de carga de los elementos estructurales, para esas epocas las estructuras eran masivas y todo su trabajo era resistir compresion, en cambio las estructuras modernas tienen que lidiar con torcion, tension, flexion, esfuersos cortantes, si, compresion y otras reacciones, todo ello siendo lo mas economicas posibles.
Víctor Demóstenes
Vamos, como lo del borracho y la farola:
El policía ve al borracho buscar desesperadamente las llaves de su casa bajo la luz de la farola y decide ayudarle. Tras largos minutos de rastrearlo todo y no encontrar nada, el policía le pregunta:
"Oiga, ¿está usted seguro de que las perdió aquí?"
"No, no", balbucea el borracho. "S-si las he perdido en el parque".
"¿Y entonces?", pregunta el policía enojado. "¿Por qué las estamos buscando aquí?"
"¡Coño!", responde el borracho, como si la respuesta fuese evidente y obvia. "Pues porque aquí hay luz".
danielmartinez8
Probablemente las mezclas de hormigón moderno sean mejor que el romano, solo que no ha pasado el tiempo suficiente para demostrarlo. El cemento Portland, base de las mezclas modernas de hormigón, apenas se inventó hace menos de 200 años, no ha pasado ni la décima parte del tiempo. Por otra parte, si muchas estructuras modernas no duran siglos, es por la simple razón del presupuesto limitado. Pero una construcción, hecha con un factor de seguridad muy alto, con una buena mezcla de hormigón y con las bondades que ofrecen los refuerzos de acero, muy probablemente podría durar milenios.
bernardo.ravinelli
Recuerdo un artículo similar publicado anteriormente, con los mismos ejemplos (el partenon, el uso de la puzolana...) y un titular muy parecido.
Tambien comentarios similares sobre la caducidad de los hormigones modernos y paranoias sobre la "fórmula secreta" de los hormigones romanos y que estos son superiores a los hormigones modernos.
Igualmente comentarios que se resumen en : tienes el hormigón que pagas. Si pagas un hormigón de calidad y se sobredimensiona correctamente los calculos con respecto a los esfuerzos que sufrirá la estructura los edificios tienen duraciones mucho mayores que las habituales en edificaciones comerciales al uso (vease ejemplos del cemento aluminoso y similares).
Un refrito de fin de semana
fernandogoicoechea1
el grandisimo problema del hormigon hoy dia es la corrupcion
pcaballero
Intersesante artículo, Javier.
PD: "Todo eso es lo que ¿calló? con el Imperio Romano".
toniweblogs
Interesante artículo, queremos más sobre Arquitectura e Ingeniería Romana
Una pena lo de:
“ Todo eso es lo que “””calló”””con el Imperio Romano”
manueljesus.romancer
Quien ha dicho que se raje el hormigón moderno? Las estructuras actuales pueden aguantar más de varías décadas. Todo este tiempo desde la caída del 3 reich han ido perfeccionando el uso del hormigón y arreglaron muchos de los problemas que tenían el hormigón. Un hormigón bien echado y tratado en su aplicación con agua para evitar las grietas durante su secado duraría mucho mas de lo que pensáis. Si veis rajas es por no estar bien asentado la estructura con la tierra o por no poner bien la distribución de pilares o Junta de dilatación, pero por problema de calidad del hormigón jamás ya que los constructores están obligados a dejar nuestras de cada camión de hormigón para comprobar su calidad mediante equipos radiactivos.
sci.fi.addict
Y para qué queríamos que esos edificios tremendamente feos de hoy en día duraran 100 años o más?!!!
No! mejor que se caigan a cachos y cada generación tenga su oportunidad de concebir algo más feo y barato que la anterior. Quizás dentro de 1000 años vuelva a estar de moda la arquitectura estética y no la arquitectura económica.
rober7064
Se entiende que no se use un proceso caro y sofisticado (en cuanto a tipos de materiales) al construir el muro del jardín o el monolito del Club de Leones de mi pueblo. La pregunta es por qué si se sabe todo eso no hay nadie dispuesto a ponerlo en práctica de una forma "moderna", con los ajustes técnicos y financieros que corresponda al construir puentes importantes en aguas marinas u otras obras pensadas para durar. No digamos que dure 2000 años, sino 150 o 200.
Trocotronic
Veremos dentro de 2000 años qué edificios nuestros todavía perduran.
Maisonier
" han descubierto que su supervivencia se debe, en parte, a la suerte."
Más que atribuirle suerte al pasado, habría que ver qué se está haciendo mal en el presente, con monopolios y patentes (Patente Británica BP 5022) del CEMENTO PORTLAND que es distribuido a nivel mundial hoy en día ...
Usuario desactivado
No es solo el hormigón. La estructura hace mucho.
Ya le puedes dar el mejor hormigón a Calatrava que va a tener goteras.
royendershade
"Todo eso es lo que calló con el Imperio Romano."
Cayó.
"Lo interesante de todo esto es que es algo que no podían saber los constructores: por eso hablo de suerte. "
En cuanto a suerte nada, es mera experiencia: aunque no conocieran los procesos quimicos involucrados, tras siglos de Imperio y de pueblos anteriores, mas lo acumulado con las conquistas y asimilacion de conocimientos.
Interesante artículo.
paulatreidesusulmuadib
Suerte??? Estamos seguros de eso!!! O sera otra vez un claro ejemplo del desprecio de la sabiduria que poseian los antiguos!!
TOVI
Los que se agrietan es por ahorrar costes. Cuando interesa hay hormigones infinitamente mas resistentes que los de uso "comercial" y que el de los romanos.
capsige
Buen artículo aunque para resumir y concluir que es "suerte"... y por favor... Arreglad las faltas de ortografía:
- “Todo esto es lo que se calló con el Imperio Romano”, ¿en serio? ¿¿Calló??
- “El Pateón ha sido uno...” Pateón, si, la nueva patada de grandes dimensiones.
nexus01
Nosotros, que si sabemos como hacer un hormigón que se conserve durante siglos preferimos no hacerlo.
La humanidad no es muy de mirar a largo plazo.
robertgarcia2
En resumen se podría mejorar aprendiendo de lo que los romanos hicieron con suerte.
marta_mmm
"Muchos grupos de investigación han descubierto que su supervivencia se debe a la suerte". Joder, vaya investigadores. Y además cobrarán por sus conclusiones...
alanhurdwood
Yo no se si entraron en razón con lo que dice la nota, pero se está afirmando que el hormigón de hoy en día del que están hechos edificios, puentes, carreteras, casas, se cae a pedazos en pocos años. Es terrible y catastrófico.