El legendario Isaac Asimov nos dejó un legado fantástico de novelas de ciencia ficción en las que hablaba mucho de futuros lejanos e imaginarios.
Sin embargo también habló del futuro algo más inmediato, y justo antes de empezar 1984 escribió un texto en el diario The Star en el que quiso hacer una predicción de cómo estaría el mundo en 2019 35 años después de aquella fecha.
El ordenador transformará el mundo y la educación
En ese texto Asimov hablaba de tres grandes temas: la guerra nuclear, la informatización y la explotación del espacio. Para Asimov la amenaza de una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia estaba presente, pero afirmaba que "de producirse, no tendría sentido discutir qué ocurrirá en 2019". Así pues, descartaba esa posibilidad aunque dejaba claro que en aquel momento eso podía "no ser una suposición adecuada".
Lo más interesante llegaba al hablar de la informatización del mundo. Asimov afirmaba que los ordenadores acabarían siendo indispensables en todos los ámbitos, pero hacía una mención curiosa: llamaba al "objeto móvil computerizado" robot, y no imaginaba que ese objeto móvil computerizado sería en realidad el móvil que ha revolucionado el mundo 35 años después.
No menciona por ejemplo internet o este mundo conectado que ha sido la otra gran revolución tecnológica de las últimas décadas, pero sí mencionaba que esa informatización provocaría una nueva revolución industrial en el que habría un cambio radical de nuestros "hábitos de trabajo".
Hablaba de cómo en el pasado se crearían más trabajos que los que se destruirían, y "sin embargo, los puestos de trabajo creados no son idénticos a los que se han destruido, y en casos similares en el pasado el cambio nunca ha sido tan radical".
Mencionaba la relevancia de la educación, que debería también dar un salto importante para adaptarse para hacer que toda la población tuviera "conocimientos de informática".
Curiosamente, apuntaba a que "un buen profesor de escuela no inspirará curiosidad mejor de lo que un estudiante con interés pueda satisfacerla en casa y en la consola de su ordenador", y además afirmaba que los estudiantes y todas las personas tendrían la oportunidad de aprender todo lo que quisieran "en el momento que quieran, a su propio ritmo y a su manera".
Aunque acertaba en esa última parte, indicaba erróneamente que esa transformación del mundo y su informatización haría que mucha más gente pudiese vivir sin trabajar y dedicándose a lo que más le gustaba.
La conquista del espacio, más lejos de lo que pensaba Asimov
La última parte de su predicción es la que más lejos ha quedado de la realidad, ya que en ella Asimov aseguraba que llegaríamos al espacio "para quedarnos", y que "para 2019 habremos vuelto a la Luna" a lo grande, con una "fuerza internacional" que habría establecido una estación minera que procesaría los minerales de nuestro satélite para poder ser utilizados sobre todo en construcciones que se pondrían en órbita alrededor de la Tierra.
Ahí hablaba de una gran estación solar que capturaría energía y la enviaría a la Tierra. Este "sería el principio de una era en la que la mayor parte de la energía de la Tierra vendrá del Sol con un cambio: no será de ninguna nación en particular, sino del planeta global".
Asimov fue especialmente optimista con nuestra conquista del espacio, y de hecho en cierta forma no erraba al decir que "para 2019, el primer asentamiento espacial debería estar planificándose, y tal vez esté en construcción".
Sin duda predicciones singulares, algunas hechas desde el sentido común y otras desde su vertiente más creadora de ciencia ficción, pero desde luego con bastantes más aciertos de los que probablemente muchas otras personas habrían apuntado en 1984. Nada mal, señor Asimov. Nada mal.
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