Ayer se cumplían 25 años del nacimiento de Linux, el proyecto Open Source con el que Linus Torvalds provocó una singular revolución tecnológica. Aquel kernel que luego formaría parte de un sistema operativo completo (GNU/Linux, aunque todos hemos acabado usando 'Linux' a secas en ambos casos) transformó nuestro mundo,y los frutos son muchos tras todos estos años.
El fruto más esperado, eso sí, nunca llegó a existir. La eterna promesa de Linux en el escritorio como alternativa real a Windows o macOS (antes OS X) siempre se quedó en eso, porque la cuota de este sistema operativo es muy reducida en nuestros equipos de sobremesa y portátiles. Eso no importa demasiado: puede que Linux no haya conquistado el escritorio, pero ha conquistado todo lo demás.
De la IoT a los grandes supercomputadores
La presencia de Linux fue una constante desde el principio en entornos servidores, y el papel de este sistema operativo ha sido fundamental en ellos. Eso significa que buena parte de los servicios y contenidos que veis en internet -incluido esto que estáis leyendo ahora mismo- se muestra en vuestros ordenadores y dispositivos móviles gracias a Linux.
También en el segmento de la supercomputación, donde Linux es absoluto referente con un 99,4% de cuota en la lista TOP500, pero ese papel protagonista en grandes instalaciones se vería complementado con una presencia absoluta en esta nueva era de la movilidad que estamos viviendo.
El éxito de Android es también el éxito de Linux: el sistema operativo es la base de la plataforma móvil de Google, pero su futuro es prometedor en muchos de los campos que parecen apuestas seguras de futuro como la inteligencia artificial o la internet de las cosas.
Aunque empresas como Microsoft quieren tratar de ofrecer sus opciones, parece claro que una vez más Linux y su camaleónica capacidad de adaptarse a cualquier plataforma ganarán la batalla. Los televisores inteligentes, los termostatos de Nest, los Kindle de Amazon, los drones de diversos fabricantes o incluso muchos de los sistemas informáticos de los coches actuales -Tesla, por ejemplo- hacen uso de Linux en mayor o menor medida.
Un desarrollo mucho más profesional de lo que creemos
En todo este tiempo muchas cosas han cambiado, pero también lo ha hecho la propia evolución del kernel y sus componentes. Hace unos años los desarrolladores eran programadores independientes que aportaban su trabajo por amor al arte. Eso ya no es cierto 25 años después, algo que demuestra un informe de The Linux Foundation que ahora la mayoría de los desarrolladores cobran por su trabajo.
Solo el 7,7% de los colaboradores en el desarrollo de Linux no cobran dinero, y la razón es clara según esta organización: "los desarrolladores del núcleo escasean, así que cualquiera que demuestre su capacidad para lograr incluir su código en el código principal de Linux tiende a no tener ningún problema en tener ofertas de empleo".
Ese informe vuelve a demostrar como hay muchas grandes empresas que contratan a desarrolladores de Linux para que ofrezcan sus mejoras dentro del ámbito de su trabajo.
Intel es la que más contribuye con un 12,9% según el último informe, pero otras como Red Hat, Samsung, IBM, Google, AMD o ARM están también en esa lista en la que queda claro que Linux y sus componentes avanzan porque hay un gran interés de las empresas en que esa fuerte base de sus infraestructuras siga avanzando.
Y todo esto surgió de la idea de un proyecto de un joven finlandés que comenzó a trabajar en él a modo de hobby. No está nada mal, Linus. Nada mal.
En Genbeta | Linux cumple 25 años: así fueron los inicios del proyecto de Linus Torvalds
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