En el mundo de la tecnología estamos acostumbrados a mirar hacia occidente, hacia Estados Unidos y, cuando volvemos la vista hacia oriente, lo hacemos dando un inopinado salto hasta China, Corea, Taiwán y Japón. En el hueco que pasamos por alto, que no es pequeño, está la Madre Rusia, un país helado que hasta 1991 fue el corazón de un vasto imperio federal conocido como la U.R.S.S.
Sirva esta introducción para comenzar una serie de post en los que haremos un repaso a medio siglo de historia tecnológica cuyos avances y descubrimientos no siempre han disfrutado del reconocimiento que merecían. Corre el año 1960. Abrigaos, revisad vuestro visado y acompañadnos en este viaje por las tecnologías tras el telón de acero.
El Ekranoplano
A comienzos de los 60, el gobierno estadounidense vigilaba con atención la evolución de unos vehículos nunca antes vistos que se desplazaban a gran velocidad y muy poca altura sobre la superficie del Mar Caspio. A medio camino entre un avión flotante y un barco con alas, estos ingenios eran los aviones de efecto suelo o Ekranoplanos, por su nombre en ruso.
Los Ekranoplanos se desplazan a varios metros sobre la superficie del agua gracias a un colchón de aire comprimido que genera su propio desplazamiento en lo que se conoce como efecto suelo. El Ekranoplano más famoso y también el más grande fue el Ekranoplan KM. Sus 100 metros y 544 toneladas le valieron el merecido sobrenombre de El Monstruo del Mar Caspio entre los espías americanos.
La marina rusa desarrolló estos vehículos en todas sus variantes de transporte de tropas, lanzamisiles y ataque a navíos desde los años 60 hasta comienzos de los 90. Su producción se vio interrumpida por la caída de la Unión Soviética y ya sólo quedan algunos ejemplares que languidecen en muelles a la espera de tiempos mejores.
La videograbadora
Alexander M Poniatoff es un nombre ilustre dentro del mundo de la tecnología, a este ingeniero eléctrico emigrado a Estados Unidos le debemos la invención, en 1948, de la primera grabadora de audio sobre cinta magnética.
No contento con ello, Poniatoff, al frente de su empresa Ampex, es el responsable de la tecnología de grabación de vídeo Quadruplex. En 1967, la compañía lanzó la primera videograbadora portátil para programas de televisión, la Ampex VR-3000. Era tan grande que se llevaba en una mochila y su precio era de 12.000 dólares.
Su estándar fue aprobado por la RCA y tanto Quadruplex como otras patentes dominaron la floreciente industria audiovisual durante 25 años. A día de hoy hablar de cintas de vídeo suena antediluviano, pero compañías como Panasonic deben mucho de sus primeros desarrollos a las patentes de Poniatoff.
Los motores de plasma
Durante la década de los 60 y hasta prácticamente su disolución, la Unión Soviética se empecinó en una alocada carrera espacial contra Estados Unidos. El número e importancia de los hitos tecnológicos nacidos en ambos países al calor de esta competición es demasiado largo para citarlo aquí. Entre los desarrollos atribuibles al bando soviético encontramos, en estos diez años, el traje espacial, la comida de los astronautas y hasta los retretes de las primeras naves.
Si tuviéramos que quedarnos con un diseño de esta década, ese sería sin duda el de los motores de plasma. Los ingenieros del programa espacial Zond desarrollaron un motor basado en la combustión de gas a altas presiones mediante impulsos eléctricos.
Aunque no tan eficiente comparado con otros motores, la tecnología de motores de plasma permitió impulsar pequeños objetos en el espacio y es la que ha permitido desde entonces el lanzamiento de sondas al espacio profundo. Sin los motores de plasma, la exploración espacial no sería lo que es y quien sabe si aún veremos nuevas versiones que lleven naves tripuladas más allá de la luna.
La Holografía 3D
Los pequeños hologramas que sirven para autenticar tarjetas bancarias, entradas de conciertos y sus aplicaciones en el campo de la tecnología holográfica comienzan de la mano del científico de origen húngaro Dennis Gabor. Sin embargo, su aplicación práctica no fue posible hasta 1962. En ese año, el físico ruso Yuri Denisyuk creó el primer método de grabación de holografías.
El sistema utilizaba un láser que servía para definir el contorno de un objeto y grabar su imagen holográfica sobre un material sensible similar a los usados en fotografía. De aquél invento original han derivado aplicaciones que van desde el mero arte hasta líneas de investigación como el almacenaje de datos en memoria holográfica, un campo que aún está en pleno desarrollo.
Somos conscientes de dejarnos decenas de descubrimientos en el tintero, pero el objetivo de este especial no es un repaso a todos y cada uno de los inventos de la Madre Rusia, sino una panorámica de la ciencia y tecnologías de un país al que no siempre se conoce bien. En nuestro próximo capítulo nos adentramos en los setenta con la alternativa rusa a los procesadores multinúcleo. Os esperamos.
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