En el Reino Unido, hay ciertos personajes que son auténticas instituciones culturales; James Bond es conocido en todo el mundo, y Harry Potter es todo un fenómeno del entretenimiento familiar, pero hay pocas instituciones tan británicas, y a las que les ha costado un poco más alcanzar el mismo estatus fuera de sus fronteras, como 'Doctor Who'. Esta venerable serie de ciencia ficción cumplió 50 años desde su estreno en BBC el pasado 23 de noviembre, y en las celebraciones de aquel aniversario se vio hasta dónde llega el fenómeno en las islas británicas y cómo se ha extendido en los últimos años al resto de Europa y, muy especialmente, a Estados Unidos.
En sus inicios, 'Doctor Who' no era más que una serie para niños que la BBC necesitaba para rellenar programación los sábados por la tarde. Sin embargo, los esfuerzos de sus primeros responsables y del primer actor que la protagonizó, William Hartnell, la convirtieron con rapidez en un sorprendente éxito de audiencia, poniendo al mismo tiempo las semillas para que pudiera mantenerse en antena años y años sin verse estancada o falta de ideas; la naturaleza cambiante de sus capítulos (podían estar ambientados en el pasado, en el futuro, en el otro lado del Universo y ser desde comedias a historias de miedo), el hecho de que los productores ejecutivos podían también cambiar, sin alterar la esencia de la serie, y la mejor idea que pudieron tener cuando se vieron forzados a sustituir a Hartnell; el Doctor tiene la capacidad de regenerarse.
Así, el personaje principal podía ser interpretado por diferentes actores sin que la serie se resintiera, y ofreciendo la capacidad de renovar historias cada vez que empezaran a notarse muestras de cansancio creativo o entre la audiencia. Pero claro, si tu protagonista es un Señor del Tiempo, un alienígena que viaja a través del tiempo y el espacio en una nave, la TARDIS, con forma de cabina telefónica azul, alguien que tiene dos corazones y cuya nave es más grande por dentro que por fuera, que tenga la capacidad de regenerarse en un cuerpo nuevo no es demasiado estrafalario. Esta figura debía servir, en los inicios de 'Doctor Who', no sólo para entretener a los niños, sino también para enseñarles historia, razón por la que aquellas primeras temporadas en los 60 enviaban muchas veces al Doctor al pasado, a visitar la época de los antiguos egipcios, o al Londres del siglo XIX.
Un Doctor nunca viaja solo
La otra característica de la serie que, probablemente, ayudó mucho a conectara tanto con su público fue el hecho de que el Doctor nunca viaja solo. Siempre le acompaña alguien, habitualmente un humano, que no sólo sirve como punto de conexión con el público, sino que también mantiene a raya los posibles delirios de grandeza del Doctor. Si a lo largo de estos 50 años de historia ha habido once encarnaciones diferentes del protagonista (doce, si contamos la que veremos en el capítulo especial de Navidad), cada una de ellas ha contado con sus propios companions, sus acompañantes, que han ido variando sus atribuciones según pasaban las décadas. De las damiselas en apuros del principio a las chicas resueltas e independientes de la actualidad hay un trecho, variando sus papeles conforme los tiempos iban cambiando.
Pero al hablar de 'Doctor Who' hay que especificar que no estuvo en antena ininterrumpidamente esas cinco décadas. Desde su estreno en 1963, tuvo 26 temporadas hasta su primera cancelación, en 1989, con un intento de resucitarla en 1996 a través de una tv movie en la que se quería apelar al público estadounidense, sin éxito. No fue hasta 2005 que la BBC aprobaría su regreso a las parrillas supervisada por un entonces emergente guionista galés, Russell T. Davies, que había ganado cierta notoriedad gracias a series como 'Queer as folk' y 'Casanova', y que había sido un gran fan de 'Doctor Who' cuando era niño.
Ésa es una parte muy importante del legado de la serie, el hecho de haber inspirado a multitud de chavales británicos a dedicarse al cine y la televisión porque los sábados por la tarde se quedaban maravillados, asustados y divertidos viendo al Doctor y sus acompañantes vivir mil y una aventuras en la BBC. Davies, Steven Moffat (actual productor ejecutivo), David Tennant, Matt Smith y hasta el nuevo Doctor, Peter Capaldi, son todos fans del programa, y hacen la serie que ellos recuerdan de cuando eran pequeños (a Moffat le daba miedo, por ejemplo).
Una serie geek
Ese fandom entregado que ha vuelto a desarrollarse alrededor de 'Doctor Who', y que atraviesa generaciones dentro de la misma familia, tiene también un importante componente geek. No es extraño que, en los reportajes especiales hechos para su 50º aniversario, aparezcan ingenieros y científicos de los más diversos campos que afirman que fue el Doctor quien les inspiró a dedicarse a la ciencia, y aunque, evidentemente, mucha de la tecnojerga utilizada en la serie no tiene ningún sentido, eso no ha impedido que se hayan realizado diferentes libros y programas que intentan averiguar cuánto de "ciencia" hay en la "ficción". Uno de ellos, sin ir más lejos, lo presentó el físico Brian Cox como parte de la celebración del aniversario, y en él se explicaban no sólo los conceptos básicos teóricos del viaje en el tiempo, sino también cómo funciona un agujero negro, que en teoría es lo que impulsa a la TARDIS.
El Doctor, además, utiliza multitud de gadgets y apartejos diferentes durante sus aventuras. El más popular es el destornillador sónico, pero en los últimos años también ha modificado un teléfono móvil para que pueda realizar llamadas desde la otra punta de la galaxia (esperemos que tenga tarifa plana para ellas) y hasta ha construido una máquina que hace ding cuando hay cosas. En lo que respecta a la tecnología, es un personaje que está más cerca del profesor chiflado (o del Doc Brown de 'Regreso al futuro'), y lo que sí consigue es estimular la imaginación de sus espectadores. En este aspecto geek, 'Doctor Who' no tiene nada que envidiarle a 'Star Trek'.
En este 2013, la serie está a punto de finalizar su octava temporada de la nueva época, de presentar al 12º Doctor y ha celebrado su 50º aniversario desde su estreno, y lo ha hecho demostrando la gran longevidad y fuerza que ha acabado teniendo el, en apariencia, sencillo concepto con el que Sydney Newman, jefe de ficción de BBC en 1963, la concibió: un alienígena que viaja por el tiempo y el espacio, que se llama Doctor porque eso inspira confianza en el público y que iba a enseñar historia a los niños.
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