Estados Unidos genera 262 millones de toneladas de basura al año, un 60% más que en 1985. Hasta hace poco, la industria del reciclaje lograba asumir una cuarta parte de esa cantidad. Pero eso tenía truco: gran parte lo asumía la industria del reciclaje de China. Sin embargo, desde hace un año el gigante asiático sólo acepta los plásticos de mayor calidad, lo cual ha recortado sus importaciones de basura en un 99%.
"El mercado del reciclaje permanecerá hundido varios años, mientras se desarrolla una nueva infraestructura. Mientras tanto, el material recuperado en los programas de reciclaje está siendo desviado" hacia los más de 3.000 vertederos activos en EE.UU., que se llenarán en menos de dos décadas, según un informe publicado por SWEEP, una entidad sin ánimo de lucro que vigila el uso dado a los residuos.
Para hacer frente a esta catástrofe medioambiental, instituciones y compañías estadounidenses están desarrollando tecnología robótica impulsada por inteligencia artificial con el fin de optimizar el reciclado, trabajando hombro con hombro con los trabajadores de las plantas de procesamiento.
Estos robots, que trabajan el doble de rápido que un humano, podrían realizar un mejor trabajo de clasificación de residuos al tiempo que reducen los riesgos sanitarios que diariamente enfrentan los trabajadores de estas instalaciones.
La forma en que trabajan estos robots es simple: gracias a sistemas de visión artificial capacitados para reconocer objetos específicos, sus 'brazos' se deslizan sobre las cintas transportadoras en movimiento hasta que alcanzan su objetivo: elementos potencialmente reciclables que extraen la basura y que apartan en contenedores cercanos para su posterior reciclaje.
RoCycle, la propuesta del MIT
Pero el 'salto adelante' de la industria del reciclaje estadounidense ha de venir de la mano de los últimos avances en el desarrollo de esta clase de robots. Unos avances en los que están trabajando numerosos investigadores, empezando por los miembros del Laboratorio de Robótica Distribuida del MIT, y que por el momento se centran en mejorar las capacidades táctiles de los robots para lograr que el sentido del tacto complemente a la visión artificial a la hora de identificar materiales.
En palabras de Lily Chin, una de las investigadoras del MIT, "En este momento, los robots son en su mayoría dependen de la visión por ordenador, pero pueden confundirse y cometer errores. Así que ahora buscamos el modo de integrar estas nuevas capacidades táctiles".
Su compañera Daniela Rus precisa que "la visión artificial por sí sola no será capaz de resolver el problema de dotar a las máquinas de una percepción similar a la humana, por lo que es de vital importancia que seamos capaces de utilizar la información táctil". Una "percepción similar a la humana" pasa por hacer uso del machine learning para analizar y combinar la información derivada de ambos canales (colores, texturas, formas y patrones) para identificar con mayor precisión el tipo de material.
El modelo de robot desarrollado por el MIT recibe el nombre de RoCycle: es una 'mano' conectable a cualquier brazo robótico, compuesta de materiales augéticos (que se ensanchan cuando se estiran y se retuercen cuando se cortan). Contiene sensores de tensión y presión que ayudan a determinar el tamaño y la rigidez de los materiales, lo que ayuda a clasificarlos. Aquí se le puede ver en acción:
Vía | CNBC
Imagen | Bulk Handling Systems
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