No es algo extraño que un cliente de un local de ocio nocturno, se vea expulsado por causar algún problema y compruebe, la siguiente vez que vuelva por ahí, que se le aplica el "derecho de admisión". Pero ¿qué pasaría si los hosteleros pudieran contar con su propio sistema de identificación biométrica de aquellos clientes a los que han ido echando de sus locales, para evitar nuevos episodios similares?
¿Y si eso permitiera crear una base de datos que pudieran compartir a nivel local, nacional o internacional? Pues esto no sólo ya existe, sino que en EE.UU constituye una tendencia en aumento, que ha empezado a extenderse en el sector de la mano de plataformas como PatronScan o IDScan.net.
PatronScan, por ejemplo, dota a sus locales de toda una gama de dispositivos (desde tipo 'tablet' a quioscos instalados en las puertas de entrada) usados para verificar la validez de los documentos identificativos de los clientes (aseguran ser capaces de reconocer 5000 sistemas de identificación de todo el mundo). Así logran evitar así la entrada de menores, que podría traducirse en cuantiosas multas y en la pérdida de la licencia de venta de bebidas por parte del local.
Una cosa es que te bloqueen en Twitter, pero ¿en todos los bares de una ciudad?
Pero, sobre todo, el plato fuerte de sus dispositivos reside en las funciones de reconocimiento biométrico con el fin de averiguar si la persona analizada ha sido expulsada de algún otro establecimiento por "mal comportamiento", y las razones de ello (desde "violencia" a "asalto sexual", pasando por "robo", "posesión de drogas" o "borrachera pública").
Es posible, también, que los responsables de dichos establecimientos añadieran información extra sobre cada incidente. A los afectados, estos 'antecedentes' les pueden perseguir por períodos variables que van desde unas pocas semanas hasta varios años, a no ser que apelen la decisión ante el local en cuestión o ante la propia plataforma.
También queda la opción de pedir perdón al gerente del local en cuestión. Y eso puede ser una buena idea porque, según un "Informe de seguridad pública" publicado hace ahora un año por Servall Biometrics, los desarrolladores de PatronScan, la duración media de las prohibiciones de acceso a clientes de Sacramento (California), se sitúa en torno a 19 años.
En el mismo informe, PatronScan afirma contar con una lista de 40.000 clientes vetados, muchos de los cuales ni siquiera son conscientes de ese hecho hasta que no vuelven a intentar acceder a otro local cliente de la plataforma. Según la compañía, en los años que lleva activa la plataforma habría registrado los datos de 60 millones de clientes.
Pero Servall Biometrics no se queda ahí: además de contar con el historial de altercados y expulsiones de cada cliente, incorpora datos demográficos de cada uno de ellos. Todos ellos datos que, además, comparte sin mayores problemas con las autoridades, aunque aseguran no hacerlo con otras entidades o particulares para quienes, según los responsables de la plataforma, dichos datos carecerían de valor monetario (no parece que las aseguradoras o los prestamistas estuvieran muy de acuerdo).
Todo ello ha despertado los recelos de los defensores de la privacidad. Pero, ¿dónde está la polémica? ¿Acaso es novedad la existencia de redes informales entre hosteleros para advertirse mutuamente de clientes problemáticos? ¿O quizá es que dichos locales carecían hasta ahora de sistemas internos de vigilancia?
No, claro, pero estas herramientas se están volviendo cada vez más sofisticadas; la tendencia a compartir datos es, también creciente; y hay quien teme las consecuencias que podrían derivarse de una única noche desafortunada.
Matt Cagle, abogado de la Unión Americana de Libertades Civiles, señala otro problema de esta clase de vetos: según el propio informe de PatronScan, más del 60% de los clientes vetados en Sacramento lo fueron por razones "privadas", por lo que no se aporta explicación alguna sobre qué reglas se han violado en dichos casos.
Según la ACLU, nada impide a un negocio utilizar esta plataforma con fines discriminatorios amparándose en la seguridad. Cagle señala casos como la gente que acuda a eventos de cariz político o a locales 'de ambiente', sin conocer las implicaciones de que sus datos de identificación sean registrados en PatronScan. "Es difícil entender cómo [ese tipo de información] puede hacer que alguien esté más seguro", afirma Cagle.
Así las cosas, los usuarios de bares de Sacramento han utilizado Reddit para recopilar y distribuir listas de locales adscritos a la plataforma. En otros lugares como Raleigh (Carolina del Norte), ha habido llamamientos al boicot. Y eso cuando este sistema todavía es casi una curiosidad minoritaria en los EE.UU.
Vía | OneZero
Imagen | Santeri Viinamäki
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