A 20 caballos les pusieron un semáforo en un juego mental de recompensa. La ciencia no da crédito a la estrategia de los animales

Sorprendentemente, descubrieron que pueden planificar con antelación y pensar metódicamente

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La semana pasada contamos una historia fascinante. Unos investigadores venían a decir que, no solo estaban convencidos de que los chimpancés pueden hablar, sino que existen pruebas de ello desde nada menos que 1962 que podíamos encontrar en Internet. En otro rango de inteligencia algo más bajo tenemos a los caballos, que si bien y, al menos hasta ahora, no se ha demostrado que tengan un tipo de lenguaje parecido al humano, acabamos de dar con algo igualmente sorprendente.

Caballos que deciden. Existía un antiguo proverbio inglés que venía a decir lo siguiente: “puedes llevar a un caballo al agua, pero no puedes obligarlo a beber”. El mismo, se ha utilizado desde el siglo XVI para describir la dificultad de conseguir que el animal actúe en su propio beneficio.

Bien, una nueva investigación realizada por científicos equinos sugiere que se puede llevar a un caballo al agua y, si la recompensa es lo suficientemente "golosa", convencerlo de que beba. Dicho de otra forma, los caballos parecen ser mucho más inteligentes de lo que se creía, ya que se ha observado que se adaptan rápidamente a un juego basado en premios con reglas cambiantes.

El estudio. Tal y como explican en el trabajo recientemente publicado, un grupo de investigadores de la Universidad de Nottingham Trent (NTU) quedaron sorprendidos con la rapidez con la que los caballos comprendieron el juego que les presentaron, desmintiendo las teorías anteriores de que los cerebros equinos solo responden a estímulos inmediatos y no son lo suficientemente complejos como para elaborar estrategias.

¿Qué hicieron? El experimento se llevó a cabo con 20 caballos, los cuales fueron recompensados en primer lugar ​​con una golosina por tocar una tarjeta con la nariz. En la segunda fase, se introdujo un "semáforo" y se cambió la regla para que la recompensa solo se diera si tocaban la tarjeta mientras la luz estaba apagada. Al principio, ignoraron el semáforo y siguieron tocando la tarjeta, independientemente de si la luz estaba encendida o no, por lo que no alteró el comportamiento de los animales. Esto fue así hasta que las reglas cambiaron por tercera vez.

En esta última fase, los investigadores introdujeron una penalización de 10 segundos de tiempo fuera por tocar la tarjeta mientras la luz del semáforo estaba encendida. El equipo observó un rápido ajuste del comportamiento de los caballos ahora que había un coste por equivocarse, de hecho, "aprendieron rápidamente a jugar según las reglas para evitar el tiempo fuera", cuentan los investigadores.

Conciencia de lo que pueda pasar. Tal y como explicó la investigadora principal, Louise Evans, los caballos adaptaron de forma astuta su enfoque del juego de recompensas para obtener la mayor cantidad de premios, con el menor esfuerzo. “Ese tiempo de espera fue suficiente para obtener de inmediato el rendimiento que queríamos de ellos”, detalla Evans. “Eso fue suficiente para que los caballos dijeran: ‘Bueno, juguemos según las reglas’”.

Como cuentan, en el pasado las investigaciones habían sugerido que los caballos simplemente responden a los estímulos en el momento, no miran hacia adelante de manera proactiva, piensan con anticipación y/o planifican sus acciones, “pero nuestro estudio muestra que sí tienen conciencia de las consecuencias y los resultados de sus acciones”.

Razonamiento cognitivo. El equipo cree que no existen muchas dudas de lo que encontraron. Ese cambio de estrategia casi instantáneo de los animales indica que los caballos tienen un nivel de razonamiento cognitivo mucho más alto de lo que se creía posible anteriormente. También sugieren que, en lugar de no comprender los principios del juego, los caballos habían entendido las reglas todo el tiempo pero, de forma inteligente, no habían visto ninguna necesidad de prestarles mucha atención en la segunda etapa.

“En cuanto hubo un tiempo de espera por hacer algo mal, se activaron y comenzaron a prestar atención”, dice Evans. Dicho comportamiento requiere que el caballo piense en el futuro, dicen los investigadores, y está muy orientado a objetivos, ya que los caballos deben concentrarse en lo que quieren lograr y los pasos que deben dar para lograrlo.

Mejoras para los caballos. De fondo, el estudio plantea que con este nuevo conocimiento puede ayudar a mejorar la vida de estos animales. "Esto nos enseña que no debemos hacer suposiciones sobre la inteligencia o la sensibilidad de los animales en función de si están 'construidos' igual que nosotros", explican.

¿Cómo? Tal y como resumen al final del trabajo, cuando empezamos a pensar que los caballos pueden tener mejores capacidades cognitivas de lo que se creía anteriormente, su bienestar mejora. “Además, también hemos demostrado que, en el entrenamiento, realmente no es necesario utilizar métodos aversivos ni nada demasiado duro para obtener un rendimiento realmente bueno de los caballos”, zanjan.

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