China es una potencia a tener muy en cuenta en telecomunicaciones cuánticas. Uno de los hitos que han puesto en el mapa a este país asiático en este ámbito se produjo el 15 de junio de 2020. Ese día un equipo de investigadores liderado por el físico Jian-Wei Pan publicó en Nature un artículo en el que describió el procedimiento que le permitió transmitir un mensaje cifrado imposible de vulnerar entre dos estaciones terrestres separadas por una distancia de 1.120 km.
Para hacerlo posible recurrió a una propiedad esencial de los sistemas cuánticos: el entrelazamiento. Este fenómeno no tiene un equivalente en la física clásica, y consiste en que el estado de los sistemas cuánticos o partículas involucrados, que pueden ser dos o más, es el mismo. Esto significa que estos objetos, en realidad, forman parte de un mismo sistema, incluso aunque estén separados físicamente. De hecho, la distancia no importa.
Si dos partículas, objetos o sistemas están entrelazados mediante este fenómeno cuántico, cuando midamos las propiedades físicas de uno de ellos estaremos condicionando instantáneamente las propiedades físicas del otro sistema con el que está entrelazado. Incluso aunque esté en la otra punta del Universo. El experimento del equipo dirigido por Wei Pan permitió a China llegar más lejos que nadie en ese momento, y, lo que es si cabe más importante, marcó un punto de inflexión del que se están nutriendo los operadores chinos de telecomunicaciones.
China Telecom va a invertir 434 millones de dólares en telecomunicaciones cuánticas
En este artículo no necesitamos conocer con detalle cómo funciona una infraestructura de comunicaciones cuánticas, pero nos viene bien tener presente que, a grandes rasgos, su base tecnológica requiere utilizar sistemas cuánticos para generar claves privadas en distintos puntos del planeta enviándoles fotones entrelazados.
Cada par de estas partículas codifica un bit de información de la clave, de modo que su entrelazamiento garantiza que si uno de los fotones se ve alterado, por ejemplo, debido a que alguien ha conseguido observarlo, sus propiedades físicas cambian instantáneamente y el entrelazamiento se rompe, por lo que el mensaje cifrado no puede ser vulnerado.
El Gobierno chino ha puesto en marcha un plan de cinco años que persigue dar un espaldarazo definitivo al desarrollo de sus telecomunicaciones cuánticas
La mayor limitación que tiene esta tecnología en la práctica es que transferir fotones a distancias muy largas no es sencillo, pero los investigadores chinos están obteniendo muy buenos resultados. Y los están obteniendo en gran medida debido a que el Gobierno chino ha puesto en marcha un plan de cinco años que persigue dar un espaldarazo definitivo al desarrollo de sus telecomunicaciones cuánticas. En Occidente no sabemos con precisión cuánto dinero está invirtiendo, pero según The Quantum Insider esta cifra oscila entre 5.000 y 15.000 millones de dólares.
Además, este gigantesco país asiático acaba de dar otro paso hacia delante importante que lo consolida como la potencia en tecnologías cuánticas que es de facto. China Telecom, que es el mayor operador de telecomunicaciones del país, ha anunciado que va a invertir 434 millones de dólares en la formación de un grupo de trabajo especializado en comunicaciones cuánticas. Su propósito es desplegar una infraestructura cuántica de comunicaciones en todo el país, lo que permitirá sacar esta tecnología del laboratorio y llevarla al mundo real. Además, China Telecom no es la única compañía china que tiene este plan; China Mobile, que es el mayor operador de telefonía móvil del país, va a hacer lo mismo.
La Unión Europea también se ha puesto en marcha con una iniciativa llamada European Union Quantum Communication Initiative, en la que participa España, que pretende crear redes de criptografía cuántica para infraestructuras. Curiosamente esta tecnología nació en Europa, y hace una década nuestro continente tenía una ventaja científica muy clara en este campo, pero la hemos perdido. Estados Unidos y, sobre todo, China, están tomando la delantera en esta área, por lo que es evidente que la Unión Europea necesita invertir si quiere ponerse al día para no quedarse atrás como le ha sucedido en el campo de la microelectrónica.
Imagen de portada: Igor Mashkov
Más información: The Quantum Insider
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