¿Por qué, a pesar de todo, el mundo sigue creciendo? ¿Cómo lo hace? ¿Cuándo dejará de hacerlo? No tenemos una respuesta firme para ninguna de estas preguntas. De hecho, son cuestiones que persiguen a los economistas desde hace décadas. Por eso, lo que sí sabemos es que esas preguntas son fundamentales para ganar el futuro.
Paul Romer y William Nordhaus son dos personas muy distintas con trabajos muy distintos. Sin embargo, tienen una cosa en común: han visto que la pregunta sobre el crecimiento esconde una forma de entender "las contradicciones del corazón del capitalismo". Romer y Nordhaus "proporcionan conocimientos fundamentales sobre las causas y consecuencias de la innovación tecnológica y el cambio climático". Y eso bien vale un Nobel.
El clima económico
No solemos hablar sobre el premio Nobel de economía. Sin embargo, este año hacemos una excepción porque el tema lo merece: William Nordhaus y Paul Romer se llevan el premio por "diseñar métodos que abordan algunos de nuestros problemas más fundamentales y apremiantes: el crecimiento sostenible a largo plazo y el bienestar de la población del mundo".
William Nordhaus mostró cómo interactúan la actividad económica y las dinámicas planetarias para producir el cambio climático. Durante los años 90, Nordhaus fue un pionero en el desarrollo de modelos cuantitativos para describir la interacción global entre la economía y el clima.
Hoy por hoy, es el modelo que se usa para estimar y examinar las consecuencias de las intervenciones en materia de política climática. Los mecanismos fiscales para reducir las emisiones de CO2 tienen sus fundamentos en este tipo de trabajos y los expertos coinciden en que los modelos de Nordhaus abrieron la puerta a diseñar algunas de las mejores herramientas climáticas que tenemos en nuestra mano.
El poder de la innovación tecnológica
Paul Romer por su lado muestra cómo las ideas son cruciales en el crecimiento económico a largo plazo. Se trata del economista que integró la "innovación tecnológica" en nuestra comprensión del crecimiento económico a largo plazo. Según sus teorías, la inversión en capital humano y en desarrollo tecnológico era un factor clave normalmente menospreciado por las teorías tradicionales.
Romer, con su investigación, sentó las bases de la llamada teoría del crecimiento endógeno; una teoría que ha cambiado nuestra forma de pensar en las regulaciones y las políticas como herramientas para fomentar nuevas ideas y prosperidad a largo plazo. Y, sobre todo, que ha planteado una vía para el desarrollo.
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