La ventana que deja pasar el aire pero no el sonido

Un grupo de investigadores surcoreanos han creado una singular ventana que aisla del sonido, pero deja pasar el aire. La idea se basa en dos fenómenos acústicos muy curiosos que han hecho posible lo que hasta hace poco no lo parecía.

Las aplicaciones de este tipo de ventanas son prácticamente ilimitadas, sobre todo en entornos en los que el ruido puede ser un problema para la calidad de vida o para un entorno "tranquilo" de trabajo.

El primero de esos principios consiste en crear un material con un módulo de compresibilidad negativo. Esta magnitud mide la resistencia a la compresión del material y es un factor importante a la hora de determinar la velocidad a la que el sonido se mueve a través de él. Con una cifra negativa, este módulo atenúa de forma exponencial cualquier sonido que pasa a través suyo.

Para lograr ese material se crea una cámara de resonancia interna con dos discos paralelos de plástico acrílico transparente separados 40 mm. Esta cámara proporciona que el módulo de compresibilidad de la cámara global sea negativo.

A esto le suman el segundo efecto que permite que el sonido precisamente entre por esas cámaras para ser atenuado. Para maximizar la eficiencia se realizan agujeros de 50 mm de diámetro en cada uno de los discos y estos actúan como un elemento de difracción. El sonido que entra en el material lo hace a través de esas cámaras que lo atenúan de forma prácticamente total, sobre todo en ciertos rangos de frecuencias.

La otra clave de este material aplicable a ventanas es que esos agujeros que se les practican para crear esas cámaras de resonancia también tienen el efecto de crear conductos de ventilación por los que el aire también puede pasar, convirtiéndolas en candidatas perfectas para innumerables aplicaciones.

Vía | MIT Technology Review Más información | Estudio (PDF)

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