Un dispositivo que ayude a los bebés prematuros a desarrollarse fuera del cuerpo de sus madres es la idea detrás de este desarrollo. Se trata de una bolsa llena de líquido amniótico que imita el útero materno, la cual por primera vez ha logrado con éxito que ocho corderos prematuros se terminen de desarrollar.
Médicos del Hospital Infantil de Filadelfia colocaron corderos con 107 días de gestación, que equivale a 23 a 24 semanas de gestación en un ser humano, dentro de esta bolsa que simula el ambiente dentro de un útero materno. Lo que significa un nuevo hito en un apartado que ha sido investigado en los últimos 60 años.
Un avance que disminuiría las muertes en bebés prematuros
Los corderos pasaron 28 días dentro de estas bolsas para finalmente "nacer", donde hasta el momento muestran un desarrollo normal en pulmones y cerebro, además de que se mueven, abren los ojos y tragan normalmente. Por lo anterior, el siguiente paso será probar este dispositivo en bebés humanos prematuros, algo que estiman puede ocurrir en tres o cinco años, ya que aquí dependerá de los próximos resultados que se den en pruebas con animales.
A pesar de los beneficios que podría ofrecer este tipo de dispositivos, la realidad es que sus responsables no lo ven como algo que podría sustituir a las madres, ya que hasta el momento hay requisitos en el desarrollo que no se pueden replicar fuera del cuerpo de la madre. Por ello, este útero artificial está pensado para usarse en bebés prematuros con al menos 23 semanas de gestación, ya que en caso de tratar de salvar un bebé con menos tiempo, se corre el riesgo de deteriorar su calidad de vida.
Anteriores desarrollos han intentado imitar lo que ocurre durante un embarazo, con placentas artificiales e incluso bolsas como la que podemos ver ahora, sin embargo, todo había fracasado debido a infecciones que se adquieren durante el traslado desde la madre hasta el dispositivo. Este nuevo sistema extrae el feto quirúrgicamente a través de una cesárea, para así colocarlo dentro de una bolsa estéril llena de un líquido electrolítico.
Debido a que la bolsa se mantiene cerrada, los riesgos de infección son mínimos, además de que al extraerlo y colocarlo en el mismo instante es posible conectar tubos de oxigeno al cordón umbilical, permitiendo así que el corazón pueda bombear sangre a un volumen y presión comparable a como si lo hiciera la placenta. En anteriores desarrollos se colocaban bombas externas para hacer circular la sangre, pero esto al final ocasionaba una presión excesiva sobre los corazones que terminaba en insuficiencia cardíaca.
Los médicos responsables de este dispositivo están conscientes que lo que hoy día funciona en corderos podría no funcionar en seres humanos, de ahí la importancia de seguir con las pruebas en animales de cara a hacerlo con bebés prematuros. El problema ahora mismo es que para poder usar este útero artificial se necesita que el bebé sea extraído quirúrgicamente y colocado inmediatamente en la bolsa, donde ademas se necesita una cirugía fetal delicada para conectar el cordón al oxigeno, todo esto mientras el bebé está unido a la madre. A día de hoy son pocos los hospitales que pueden realizar este tipo de intervenciones.
En Estados Unidos aproximadamente uno de cada diez nacimientos es prematuro, donde el 70% de los casos de bebés con 23 semanas de gestación mueren, además de que muchos de los sobrevivientes presentan problemas pulmonares o de salud derivados de los esfuerzos por mantenerlos vivos. Con este útero artificial se buscaría salvar a ese 70%, todo bajo una buena calidad de vida y con riesgos mínimos en su desarrollo.
Más información | Nature
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