Cuando era pequeño, el Papa Juan Pablo II vino a Granada. Durante el camino desde el aeropuerto hasta la ciudad el ‘papamóvil’ se rompió y tuvo que ser recogido por un autobús de línea. Sentado en un antiguo asiento que en aquella época usaban los cobradores del autobús se paseó por toda la ciudad ante la atenta mirada de más de 200.000 personas. Recuerdo perfectamente el gentío y la emoción de estar en la calle esperando al Papa.
Sólo hay un problema: Juan Pablo II visitó Granada el 5 de noviembre de 1982 y yo no nací hasta el 87, cinco años después. Es decir, no, no puedo acordarme de aquello. Y sin embargo, recuerdo a ese señor vestido de blanco subido al autobús con una nitidez casi absoluta. Tanto que durante años busqué una explicación plausible para ese recuerdo. Al final, me rendí a la evidencia: bienvenidos al mundo de los recuerdos falsos.
Almacenes vs recetas

En 2002, Braun, Ellis y Loftus preguntaron a personas que acaban de volver de Disney World si habían visto a Bugs Bunny durante su estancia. Les enseñaban fotos del personaje y se aseguraban de que se refirieran efectivamente a él. El resultado es que la inmensa mayoría decía que sí lo habían visto y lo recordaban con mucha nitidez... Aunque fuera imposible.
¿Qué hacía un personaje de la Warner en el paraíso de Walt Disney? Rellenar lagunas. Veréis, la memoria no es un enorme almacén de recuerdos y, pese a las metáforas, no tiene nada que ver con un disco duro. Es más, esa forma de entender la memoria como un archivo es, posiblemente, una de las peores formas de entender cómo funcionan nuestros recuerdos. Una de esas metáforas que confunden más de lo que iluminan.
Una forma más cabal de entender la memoria es pensar en ella como una serie de procedimientos y estrategias para reconstruir escenas completas a partir de unos pocos elementos y claves de recuperación (Schank y Abelson, 1977). Es decir, funciona menos como un álbum fotográfico y más como un enorme libro de recetas.

El proceso es prodigioso: a partir de un pequeño grupo de piezas es capaz de rellenar lagunas inmensas y, lo que es mejor ¡de forma verosímil!. Porque pese a su compromiso con lo práctico, la memoria intenta (y por razones evolutivas) reconstruir la verdad. Otra cosa (y muy distinta) es que unir lo práctico y lo verídico sea sencillo.
Reconstruir la verdad

No es ninguna novedad. La cultura popular ha recogido esto con la fórmula “te acuerdas de lo que te interesa”, pero la realidad es que la voluntad tiene poco que ver en el proceso. En realidad, el proceso de reconstrucción memorística no es voluntario. De hecho, es casi probabilístico.
Es un "algoritmo" que tiene en cuenta experiencias pasadas, los conocimientos actuales y algunas cosas más (nuestro estado emocional, nuestras preocupaciones, nuestras ideas, intereses y objetivos) para rellenar esas lagunas de la forma más probable posible. Si todos los recuerdos fueran falsos, tendríamos muchos problemas; si la imaginación no actuara, solo recordaríamos piezas inconexas.

Los psicólogos cognitivos explican que la memoria "recupera contenidos a partir de otros a los cuales se hayan conectados, vinculados o relacionados" (Santiago, Tornay, Gómez y Elosúa, 2006); a partir de esos contenidos, dibuja una imagen general.
Esto quiere decir que ciertos elementos pueden hacernos recordar muy bien ciertas escenas, mientras que otros elementos recuerdan partes distintas (Tulving y Osler, 1968; Tulving y Thompson, 1973). Es bastante habitual que, aunque tengamos un recuerdo muy preciso de cómo fue algo, si una persona nos da un elemento más, ese recuerdo cambie por completo.
La guardería de los Keller

Durante las décadas de los 80 y los 90 en Estados Unidos sufrió las llamadas "guerras de la memoria". En aquellos años, un nutrido grupo de hipnoterapeutas ayudaron a sacar a la luz numerosos episodios de abusos sexuales infantiles recuperando recuerdos que, según parecía, las víctimas habían reprimido como mecanismo de autodefensa.
Los juicios se sucedieron y muchas personas fueron condenadas a muchos años de prisión. Por ejemplo, en 1991 varios pacientes explicaron con todo lujo de detalles lo que ocurría en la pequeña guardería texana que Dan y Fran Keller habían creado. Según explicaron, los Keller "les daban a beber sangre mezclada con polvos de sabores, desmembraban perros y gatos ante ellos, organizaban orgías y los llevaron, al menos una vez, de viaje a México para que soldados abusaran sexualmente de ellos".
Los Keller pasaron 21 años en la cárcel. Sin embargo, todo eso era mentira. Eran falsos recuerdos. A nivel práctico, la capacidad de la memoria para reconstruir eventos es excepcional: se adapta y se encarga de facilitarnos información adecuada para cada situación. El problema es que lo que ganamos en adecuación, lo perdemos en fiabilidad.
Y, a veces, las relaciones entre memoria y la imaginación pueden llegar a alterar profundamente nuestros recuerdos. Pueden incluso hacernos recordar cosas que nunca llegaron a ocurrir. O como me dijo Juan Pablo II justo al salir del autobús aquel día de noviembre de 1982: "Las mismas capacidades que nos hacen ver los molinos, son las que nos hacen ver los gigantes".
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sarpullido
Osea, sigo siendo virgen?!?!??!?!..., pero si recuerdo perfectamente a Anne Hathaway dandolo todo!!!, no puede ser..., no me lo creo...
pyronx
Hace poco vi un documental donde se experimentaba con este fenomeno. Dos personas veian una grabación de seguridad de atraco en una gasolinera, veían el video y luego tenian que dar una descripción por escrito entre los dos. Una de las personas sabía del experimento y daba datos falsos como que el atracador llevaba pistola, o llevaba pasa montañas, o era de raza negra. Pues la otra persona siempre ponia en la descripción algun dato falso que habia dado la otra persona.
Le creaban falsos recuerdos en el momento, se estaba poniendo en duda la credibilidad de los testigos.
srtarec
Un articulo muy interesante
drzog
Interesante artículo, quizá un poco breve, pero se agradece; y me alegro de saber que hay paisanos granadinos por el blog.
Un apunte: "recupera contenidos a partir de otros a los cuales se hayan* conectados, vinculados o relacionados"
*Hallan
DrKrFfXx
Yo me acuerdo perfectamente de ser millonario.
Usuario desactivado
Recuerdo perfectamente las olimpiadas de Barcelona 92, la ceremonia de inauguración con el momento del encendido, la actuación de Freddie Mercury y Montserrat Caballe y las pruebas de atletismo.
Solo que en esa epoca tenía 7 años, apenas sabía lo que eran las olimpiadas, no conocía al señor Mercury y mucho menos a la Caballe y el unico recuerdo real que tengo es de tener un llavero de Cobi.
ilwp
Interesante articulo pero da para muchísimo mas.
Es cierto que algunas veces tenemos recuerdos que no son nuestros, pero los hemos visto en imágenes o en videos una y otra vez.
Yo si recuerdo cosas que he visto en imágenes pero no lo confundo con un recuerdo de haber estado presenciando. Estos caos seria interesante desarrollarlos.
Por otro lado hay personas que recuerdan muchos mas detalles y datos del mismo suceso y de la misma imagen, por lo que creo son mas fieles sus reconstrucciones.
EL experimento del personaje que se aparece entre varias personas y luego de un tiempo han de describir su aspecto completo y hay verdaderas contradicciones es conocido. Pero hay algunos que daban datos precisos todo el tiempo y otros no. El problema tambien llega de la aceptación social a la hora de ser un testigo fiel a tus recuerdos o a la aceptación.
Vamos, que esto da para un debate largo e interesante.
Y que me dicen de la memoria eidética??
mussgo182
Buenísimo artículo :D
Yo he tenido falsos recuerdos por culpa de los sueños, ya que dichos sueños a veces involucran hechos pasados que en realidad JAMÁS sucedieron pero al momento de despertar, recuerdo dichos hechos y digo ¡Es verdad! ¡Esto sucedió hace 2 años y no me acordaba!
Es un poco difícil de explicar, pero son recuerdos tan vívidos y precisos que en el momento me los tomo por reales sin cuestionarlos, hasta que ya después con más lucidez empiezo a indagar más en esos recuerdos encontrando pequeñas lagunas (sobretodo falta de contexto) y ya después al conversar con las personas involucradas en esos falsos recuerdos me confirman mis pequeñas sospechas: Eso jamás sucedió, ni por asomo.
rober7064
Tengo dos recuerdos falsos bastante parecidos: estar de viaje y pasando por un puente con alguien que no estuvo ahí conmigo. En uno recuerdo que íbamos en un bus y al pasar por un puente una compañera leyó el nombre del río (inventé la voz). En otro recuerdo haber descansado con alguien en un puente durante una excursión, incluso me acuerdo de su ropa, pero es todo inventado. Supongo que tengo muchos otros recuerdos falsos, pero estos dos son fáciles de descubrir porque es fácil determinar que esas personas no podían haber estado allí.
osb14
Genial artículo Enhorabuena.
alt_facts
Recordar perfectamente algo que nunca ha pasado, eso me suena a: Make (Insert country here) Great Again.
piratai
Lo interesante es que cada vez que recordamos un recuerdo lo estamos cambiando, así cuanto mas recordemos algo más lo alteramos y menos se parece a lo que paso en realidad!
yoentulugartuenelmio
Tremendo artículo, creemos que controlamos nuestro cerebro y nos damos cuenta de que es quizás el quién controla nuestros propios pensamientos y en consecuencia la manera que tenemos de entender la vida y nuestra propia existencia y relación con ella... ¿Aliado o Enemigo?
Si alguien está interesado en leer artículos relacionados os dejo el enlace de mi blog personal: yoentulugartuenelmio.blogspot
Un saludo!
snc
El ejemplo más claro de esto a gran escala es la aparición estelar de Ricky Martin de un armario + mermelada + perro + chica abierta de piernas. Nunca sucedió ni se emitió tal cosa pero media España lo "recuerda" xDDD