Thomas Sohmers es un joven de 19 años diferente. Muchas de las personas de su edad a las que les interesa la tecnología están empezando sus estudios universitarios, pero Sohmers ya ha fundado su propia startup, a la que ha llamado Rex Computing, gracias a los 100.000 dólares con los que le subvencionó un inversor, y, sobre todo, a los 1,25 millones de dólares que ha recibido del fondo de capital riesgo Founders Fund.
El «arma» que este joven emprendedor tiene entre manos, y lo que, en definitiva, le ha permitido conseguir esa jugosa financiación, es una nueva microarquitectura de procesadores que, según él, le va a permitir desarrollar unos chips cuyo consumo será veinte veces inferior al de los microprocesadores de alto rendimiento de Intel. De hecho, pretende consolidarse como una alternativa a las propuestas de esta última empresa en la industria de los servidores. Pero esto no es todo.
Primero, los servidores, y luego consumo
Según Sohmers, sus microprocesadores son perfectos para las grandes granjas de servidores que utilizan empresas como Google, Amazon, Facebook o Twitter, entre muchas otras, porque pueden permitirles ahorrar mucho dinero en energía. Y, si sus chips realmente cumplen lo prometido, posiblemente también requerirán sistemas de refrigeración menos costosos. Aun así, no parece conformarse con llegar a este mercado.
Su estrategia consiste en convencer primero a las compañías que pueden obtener un beneficio muy importante de este ahorro energético, como las que acabo de mencionar, pero no quiere llegar solo al mercado de los servidores y la computación de alto rendimiento, sino también al mercado de consumo, que podría beneficiarse de esta característica. Su «hoja de ruta» pasa por tener listos los primeros prototipos de sus chips en 2016 y entregar el producto final a mediados de 2017.
Todo esto suena muy bien, pero, obviamente, no podemos «lanzar las campanas al vuelo» hasta que veamos si lo que promete Sohmers llega a buen puerto. Y si la relación rendimiento/vatio de sus microprocesadores es realmente tan competitiva. No conocemos los detalles de su propuesta, pero sí ha explicado que el núcleo de su enfoque requiere eliminar una parte de la lógica de los chips actuales, la que, grosso modo, se responsabiliza de desplazar los datos de las memorias (principal, cachés, etc.) a los núcleos de ejecución. Y propone reemplazar la funcionalidad perdida mediante software. Falta comprobar si esta estrategia realmente ofrece lo prometido, pero, desde luego, es un enfoque interesante.
Imagen | Intel in Deutschland
Vía | MIT Technology Review
Más información | Rex Computing
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