Dale al play. Tranquilo, te espero. ¿Ya? Eso que has podido ver es el vídeo de un bebé bailando al ritmo de Let’s Go Crazy, una canción de Prince, aunque ésta no se escuche demasiado bien. La madre del pequeño, Stephanie Lenz, lo compartió en YouTube en febrero 2007 y, para su sorpresa, Universal lo retiró en junio al considerar que vulneraba su copyright por usar un fragmento de dicha canción sin permiso.
El clip no estuvo demasiado tiempo offline ya que, un mes después, los abogados de la mujer remitían una protesta al considerar que el vídeo no infringía ningún copyright. El caso no se quedó ahí: la asociación Electronic Frontier Foundation se ofreció a representar a Lenz en una demanda contra Universal para demostrar que, en ocasiones, los poseedores de los derechos "abusan" de las órdenes de retirada de contenidos. Ahora, años después, el juez se ha pronunciado.
Un tribunal de apelaciones de San Francisco ha dictaminado que los poseedores de derechos deben estudiar si alguien que utiliza su material lo hace bajo las condiciones de fair use ("uso razonable"). ¿A qué se refieren con esto? El fair use es un criterio jurisprudencial dentro de la ley de Propiedad Intelectual de Estados Unidos que contempla el uso limitado sin permiso de fragmentos del material con derechos de autor en ciertas condiciones, como en el caso de una review, fines educativos, etc.
Por tanto, y antes de solicitar que se elimine un determinado contenido, los poseedores de derechos deben contemplar si dicho material puede considerarse un uso razonable. La EFF considera que esta decisión ha sido una "importante victoria" no sólo para el copyright en Internet sino también para evitar que algunos abusen de este tipo de solicitudes de retirada de material con el fin de censurar sus contenidos. La victoria, eso sí, no es completa: los jueces no creen que haya pruebas que demuestren que Universal haya enviado la solicitud con mala fe.
Cómo funcionan las solicitudes DMCA
"Este contenido ha sido eliminado por petición de...". Seguro que este tipo de mensajes te resultan más que familiares. Sitios como YouTube lo muestran cuando alguno de sus vídeos y, aunque otros como Twitter o Facebook (todos con base en EEUU) no lo enseñan tal cual, utilizan un sistema similar para admitir peticiones de retirada de contenidos de los poseedores de derechos. Lo más probable es que te suenen hasta las siglas: DMCA.
La Digital Millennium Copyright Act (de ahí las siglas) es una ley de propiedad intelectual de Estados Unidos. En dicha ley se contempla cómo los "proveedores de servicios de Internet o acceso a la red" deben, cuando reciben una notificación de que material que infringe los derechos de autor en sus servidores, pasar a la acción y borrarlo. A dicha notificación, que debe ser por escrito e incluir información tanto del contenido como del propietario de los derechos, se le conoce como notificación o solicitud DMCA.
En ella también se debe incluir una declaración firmada en el que el que reclama un uso ilegal de sus contenidos afirme que, de buena fe, cree que se están vulnerando los derechos y que la información que incluye en la notificación es real.
Pero ¿qué nos importa a nosotros la ley de copyright de Estados Unidos? Lo cierto es que bastante. Muchos de los servicios que utilizamos cada día tienen su sede allí y, por tanto, deben cumplir sus leyes. Por eso, un vídeo que tú subas a YouTube puede recibir una orden DCMA de retirada aunque tú no estés en Estados Unidos.
Pero ¿qué pasa cuando lo decide un algoritmo?
Antiguamente, como ocurría cuando se dio el caso de Lenz, algunas discográficas tenían a varios empleados rastreando Internet y las redes sociales para detectar contenido infractor y enviar las solicitudes. Ahora el panorama ha cambiado: muchos recurren a compañías externas que utilizan algoritmos de detección de contenidos. Hasta YouTube ofrece el mismo servicio a través de su Content ID. Con la automatización del proceso hemos llegado a ver solicitudes de todo tipo, demostrando que se abusa bastante del sistema.
¿Que tienes una URL con la palabra "descarga" en el título? Ahí va una orden DMCA de eliminación. ¿Que publicas capturas de 'Juego de Tronos'? Otra más. ¿Que VLC permite, entre otras cosas, ver material descargado de Internet? Sigamos. ¿Que una cadena de Canadá pone el capítulo de una serie en su web? Sus dueños de EEUU se "cargan" su estreno. Y hay centenares de casos más.
Uno de los jueces del caso del bebé bailarín destaca cómo cree que los algoritmos actuales hacen un buen trabajo de identificación de contenidos infractores pero explica cómo alguien de carne y hueso debería revisar los casos que no están del todo claros. Otra de las juezas a cargo del caso no lo ve así y destaca cómo, en el caso de que se vaya confiar en un algoritmo para tomar esta decisiones, éste debe ser capaz de aplicar el criterio del fair use que mencionábamos antes. No parece haber opinión unánime al respecto.
Una victoria con algún pero
¿Qué importancia tiene que un juez diga que un vídeo de un bebé bailando no debería haberse eliminado? La EFF destaca cómo la decisión de los jueces va más allá de un simple vídeo gracioso y cómo ésta podrá evitar que se abuse de notificaciones sin fundamento y se eliminen vídeos con solicitudes de este tipo simplemente porque a alguien no le gusta su contenido. "Las críticas de políticos a menudo incluyen vídeos cortos de apariciones en campaña de acuerdo a presentar argumentos a los espectadores, y las cadenas de televisión, los candidatos y otros poseedores de derechos han utilizado mal la ley del copyright para eliminar las críticas de Internet", explican desde la asociación.
Universal no se muestra tan conforme. A través de la RIAA, que vendría a ser la SGAE americana, han emitido una breve opinión al respecto: "Estamos en desacuerdo con la conclusión del tribunal sobre la DMCA y la carga que el tribunal pone en los poseedores de derechos antes de enviar solicitudes de retirada de contenidos. Pero estamos contentos de que hayan dejado claro que un tribunal no puede poner en duda la creencia en buena fe de un poseedor de copyright en que el uso razonable no es excusa para las conductas infractoras".
¿Por qué no es una victoria? Lo explican bien en Ars Technica: la EFF quería que condenaran a Universal por enviar solicitudes con mala fe y sin fundamento legal, pero Lenz debe demostrar que existía esta mala fe por parte de la discográfica de cara a demandarles en un nuevo juicio. Universal, por su parte, tan sólo tendría que demostrar que llegó a estudiar si el vídeo respetaba los principios del uso razonable, aunque al final decidieran que no y algunos de los jueces no estén de acuerdo con dicha conclusión.
Con los algoritmos ocurre algo parecido: si sus dueños consideran que estos comprueban ya si hay fair use o no, entonces ya cumplen lo estipulado por los jueces. Piden comprobarlo únicamente, nada más, sin entrar a valorar si tienen razón o no. Es decir, posiblemente sigamos viendo solicitudes "en masa" de retirada de contenidos como hasta ahora.
Entonces, ¿qué implica todo esto?
Para llegar a esto han tenido que pasar ocho años de costosos juicios, algo que no todo el mundo se puede permitir, y todavía no está muy claro cómo puede afectar esto a los actuales sistemas de detección de infracción de copyright. Y todo ello para decir que, antes de mandar borrar algo, debe comprobarse si dicho algo vulnera los derechos de autor o no.
¿Por qué es importante entonces? El derecho de uso razonable no es un argumento de la defensa ante un caso de infracción, como sí que decía Universal, sino que directamente no supone infracción alguna, como dicen los jueces. En definitiva: el fair use no es algo que Lenz tenga que demostrar a Universal para que restituyan su vídeo, sino que es algo que Universal debería haber comprobado antes de borrarlo. Comprobar antes de borrar, y no al revés.
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