Irlanda aceptó unirse al impuesto del 15% global, perdiendo gran parte de la ventaja fiscal que hasta ahora ofrecía a las grandes tecnológicas como Facebook, Google o Apple. Pero su especial relación con estas empresas sigue presente.
18 años después, Irlanda ha abandonado su política de impuestos bajos pero confía en mantener las más de 1.000 multinacionales del sector tecnológico. Para lograrlo se han situado como un potente centro empresarial, pero también como un país muy alineado con los intereses de las grandes tecnológicas, principalmente en materia legislativa y de protección de datos.
El lobby de las tecnológicas en Europa empieza por Irlanda
Empresas como Apple, Facebook, Google, Microsoft o Twitter tienen su sede europea en Dublín. Los beneficios fiscales siempre se habían colocado como principal argumento para esa ubicación, pero una vez los impuestos se están nivelando, Irlanda sigue ofreciendo un contexto muy propicio y las opiniones de las grandes tecnológicas son escuchadas al más alto nivel.
Según describe Business Post, algunas de estas empresas de tecnología se reunieron con el gobierno irlandés para discutir la posición de Irlanda sobre la nueva legislación de la Unión Europea y solicitaron que no se tomaran notas de la reunión. Esta reunión en concreto fue la del 21 de septiembre, entre Robert Troy, ministro del Departamento de Empresa, Comercio y Empleo, y empresas como Apple, Google, Amazon, Facebook, LinkedIn, Airbnb y Vodafone.
Purpose of meeting was to "inform our national position" ahead of negotiating with other counties. But no press release, no detailed notes, exempt from lobbying register and list of attendees not published pic.twitter.com/ONJt1Mw66e
— Aaron Rogan (@AarRogan) November 14, 2021
La propuesta de la Digital Services Act (DSA) no fue bien recibida por todos los estados miembros, especialmente Irlanda que consideró como "línea roja" la erosión del principio de que tienen que ser los distintos países quienes tienen la responsabilidad de supervisión, según describe Euractiv.
Lentitud extrema en protección de datos
Esta tibia respuesta de Irlanda frente a determinadas acciones ha derivado en críticas de otros países europeos. El pasado abril, el ministro francés de telecomunicaciones, Cédric O, expresaba que "el DPC irlandés finalmente ha comenzado a investigar las violaciones de datos de Facebook. Espero que respondan a la inaceptable situación que ha afectado a millones de ciudadanos franceses. Si no, en Europa tendremos que sacar algunas conclusiones sobre el marco de protección de datos".
Se refiere a que el 98% de los casos de protección de datos de las tecnológicas en Irlanda están sin resolver. Solo 4 de los 164 casos por violación del RGPD habían sido resueltos a principios de septiembre. "Irlanda es el gran cuello de botella de la UE en protección de datos", afirmaba el Consejo Irlandés de Libertades Civiles (ICCL).
La organización apunta que el organismo irlandés es el responsable de aplicar el reglamento de protección de datos en los casos de las grandes tecnológicas, pues es en Irlanda donde tienen su sede. "Como resultado, la aplicación del RGPD de la UE contra las grandes tecnologías está paralizada por el hecho de que Irlanda no entrega los borradores de decisiones sobre casos transfronterizos", resumían.
Frances Haugen, la ex-directora de producto de Facebook, que ha permitido sacar a la luz distintos informes sobre Facebook, aseguraba durante su discurso en el Parlamento Europeo que Irlanda mantiene un "conflicto de interés" con la regulación de las Big Tech por los beneficios que estas empresas aportan al país. Una delicada posición donde la batalla ya no gira alrededor de los impuestos que deben pagar estas empresas, sino la normativa que debería aplicárseles.
Imagen | Alejandro Luengo
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