Una política fiscal deficiente consigue que un empleado estadounidense pague más impuestos que Elon Musk
Parece razonable que quien más dinero tiene aporte un mayor porcentaje a la sociedad en la que vive para corregir las desigualdades y contribuir a un reparto de la riqueza más justo. Sin embargo, cosas de los sistemas fiscales, los milmillonarios de Estados Unidos en 1960 soportaban una tasa impositiva del 91% frente al 37% que de media soportan en 2023.
Hace ya más de una década, Warren Buffett apuntaba desde el New York Times, que los ultrarricos como él estaban pagando menos impuestos que sus propios empleados y pedía medidas regulatorias más solidarias para las grandes fortunas. El esquema fiscal no ha cambiado en exceso, lo que ha provocado una mayor brecha entre los más ricos y el resto de la población.
Milmillonarios soportando menor carga impositiva que los más pobres. Puede sonar impresionante que un millonario de Estados Unidos pague cientos de millones de dólares en concepto de impuestos. Sin embargo, no lo es tanto si se tiene en cuenta que, la tasa impositiva aplicada a las 400 mayores fortunas de Estados Unidos era, de media, del 23%, frente al 24,2% de media que pagan los ciudadanos más empobrecidos, tal y como apuntan en The Washington Post.
Según datos del Congreso de Estados Unidos, aplicar la propuesta de Warren Buffett de establecer una tasa impositiva mínima del 30% para los ultrarricos garantizaría que una gran fortuna nunca pague menos impuestos que un empleado y recaudaría unos 72.000 millones de dólares en 10 años.
Esta desigualdad no siempre ha sido así. En 1960, las grandes fortunas pagaban hasta el 91% de sus ingresos en concepto de impuestos. En 2023, ese porcentaje ha bajado hasta un rango medio del 37% según datos de Americans for Tax Fairness (ATF). Todo ello mientras, según datos de Oxfam, el 1% de la población que corresponde a los ultrarricos ha acaparado el 50% del total de la nueva riqueza generada durante la última década.
Desigualdad a golpe de reforma fiscal. El principal motivo de esta reducción en la presión fiscal a los ultrarricos han sido las constantes reformas fiscales que se han ido aprobando en los últimos 30 años, que han generado lagunas jurídicas que permiten a los milmillonarios reducir su carga fiscal. Por ejemplo, una gran hipoteca para cubrir la compra de una mansión de centenares de millones de dólares, tendría una deducción fiscal mucho mayor sobre los intereses, que la que obtiene una familia de clase media sobre los intereses de su hipoteca para una casa de dos dormitorios.
Las sucesivas reformas han intentado que las fortunas medias no se vean perjudicadas, pero en su empeño han creado un escenario en el que los milmillonarios se benefician de forma desproporcionada creando una brecha importante hasta extremos como el que publicaba la BBC, en el que se hacía eco de que Jeff Bezos no había pagado nada de impuestos entre 2007 y 2011. A Elon Musk el saldo de impuestos le salió a cero en 2018, mientras millones de trabajadores tuvieron que cumplir con sus obligaciones fiscales.
El impuesto al patrimonio no funciona con los ultrarricos. La imposición de un impuesto al patrimonio es una medida que se ha planteado en muchos gobiernos, para intentar equilibrar esas desigualdades. De hecho, España es uno de los pocos países de Europa junto a Noruega y Suiza, en el que se aplica, aunque algunas autonomías lo tienen bonificado.
Aunque este impuesto puede resultar útil para las pequeñas fortunas que basan su patrimonio en propiedades. Pero es del todo ineficaz cuando se trata de aplicar a una fortuna de miles de millones y la mayor parte de ella está invertida en activos de bolsa que suben como la espuma, pero también caen a la misma velocidad. Eso hace que, a menudo hablemos de grandes ganancias millonarias y enormes pérdidas que, como en el caso del gato de Schrödinger, no se sabe si está muerto o vivo hasta que no se abre la caja y hacen efectivas. A esto le sumamos que muchos de los fundadores de estas empresas no perciben un salario mensual (o es simbólico) por lo que su fortuna no proviene de rendimientos del trabajo.
Hasta los millonarios piden pagar más impuestos. Un grupo de 200 millonarios de todo el mundo ha remitido una carta abierta a los máximos representantes políticos reunidos en el último World Economic Forum (WEF) celebrado en Davos. En la misiva, los millonarios pedían una mayor presión fiscal sobre las grandes fortunas para reducir la extrema desigualdad que se está creando entre los ultrarricos y el resto de la población.
Millonarios de todo el mundo han exigido sentido común a los gobernantes e inversiones para un futuro mejor y más justo para todos. “como millonarios queremos contribuir a esa inversión” aseguran en su carta. El problema es que los sistemas fiscales de la mayoría de países no grava la riqueza, sino las rentas que obtienen por ella.
Ningún millonario español firma la petición. Los firmantes de la petición de Davos proceden de distintos países destacando nombres de Estados Unidos como el actor Mark Ruffalo, herederos del imperio Disney o de fundadores de grandes corporaciones como BASF. Ningún español se encuentra entre los firmantes y lo cierto es que no es extraño dado que, en proporción, España se sitúa muy por debajo en la tabla por número de millonarios. EE.UU es el país con más milmillonarios registrados con 735, seguido por China con 495, India con 169.
En Europa, el país con más milmillonarios es Alemania con 126, Italia con 64, Reino Unido con 52 y Francia con 43. Según Forbes, en España había en 2022 solo 28 personas con una fortuna por encima de los 1.000 millones de euros. Desde hace más de una década, esa lista de milmillonarios españoles está encabezada por Amancio Ortega con una fortuna de 77.300 millones de dólares, y su hija Sandra Ortega Mera con 6.900 millones de dólares.
Imagen | Flickr (Fortune Live Media, Gage Skidmore, Steve Jurvetson)
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