Estados Unidos lleva ya varias semanas sumido en un debate bastante acalorado sobre la conveniencia o no de eliminar estatuas que conmemoren episodios racistas y discriminatorios de su historia. El hecho que lo inició todo fueron los altercados con supremacistas blancos que se oponían a la retirada en Charlottesville de una estatua del general Lee del ejército confederado.
El razonamiento detrás de esa retirada era que celebraba el pasado esclavista y racista de esa región, y en esa misma línea están las propuestas para quitar las estatuas de Cristóbal Colón que han resurgido también a raíz de esta polémica. ¿Es una petición nueva? ¿Por qué se propone hasta eliminar la fiesta del Columbus Day, el Día de Colón?
La controversia de las estatuas confederadas
Es un tema que se lleva debatiendo bastante tiempo en la sociedad estadounidense, pero las peticiones más recientes parten de los eventos de Charlottesville. Quienes solicitan que se eliminen las estatuas de los generales confederados (los que luchaban en el ejército del sur en la Guerra de Secesión) lo hacen aludiendo a que "están enviando el mensaje de que la Confederación era, en realidad, la causa justa, no la causa equivocada", explicaba Mitch Landrieu, alcalde de Nueva Orleans, para justificar por qué su ciudad retiraba cuatro de estos monumentos.
Landrieu continuaba afirmando que "estas estatuas celebran a propósito una Confederación ficticia y blanqueada, ignorando la muerte, ignorando la esclavitud y el terror en los que se apoyaba". Y esa misma idea está detrás de los intentos de que la bandera confederada deje de ser utilizada en actos públicos o en lugares públicos en el sur de Estados Unidos.
Existen también detractores a esta medida que no se posicionan en el mismo extremo que los supremacistas blancos, pero que apuntan que, si se retiran estas estatuas, se está borrando la historia y se puede acabar haciendo lo mismo con las de algunos Padres Fundadores de Estados Unidos que tenían esclavos, como Thomas Jefferson.
Annette Gordon-Reed, profesora de historia americana en la Universidad de Harvard, apuntaba en ese aspecto que no tenía por qué llegarse tan lejos porque "podemos distinguir entre gente que quería construir los Estados Unidos de América y gente que quería destruirlos. Es posible reconocer las contribuciones de la gente al mismo tiempo que se reconocen sus defectos".
Desde los enfrentamientos de Charlottesville, se han retirado estatuas del juez Roger Taney (que estimó que los afroamericanos, aunque fueran libres, no podían ser ciudadanos estadounidenses) en Annápolis, de varios generales confederados en Austin, Baltimore o Nueva Orleans, y hay propuestas para desplazar a otras ubicaciones o para quitar monumentos confederados en Boston , Jacksonville, Lexington, Memphis o Nashville. Y Nueva York está estudiando retirar la estatua de Cristóbal Colón en su plaza de Columbus Circle.
El problema con Colón
La lógica detrás de esa iniciativa del ayuntamiento neoyorquino es la misma que aboga por la retirada de los monumentos a la Confederación de estados del sur; celebra una parte de la historia americana asociada al genocidio de millones de personas. Aquí se podría distinguir entre las atrocidades perpetradas por los españoles en Centro y Sudamérica y las que los colonos ingleses (y los primeros estadounidenses) realizaron en Norteamérica, pero es un tema lo suficientemente complejo como para dejarlo para otro momento.
El 12 de octubre es una festividad federal en Estados Unidos, conocida como Columbus Day, Día de Colón, pero en 2015 empezaron a surgir iniciativas estatales para sustituirla por el Día de los Pueblos Indígenas. Los que apoyaban estas peticiones afirmaban que, con el Día de Colón no estaba honrándose al primer europeo que llegó a las costas americanas (los vikingos lo hicieron antes), sino a alguien que había colonizado el continente y había abierto la puerta a la explotación de sus habitantes.
Leo Killsback, profesor de Estudios Indígenas Americanos en la Universidad Estatal de Arizona, afirmaba entonces que "deberíamos cuestionarnos por qué, como americanos, seguimos celebrándolo sin conocer la verdadera historia de su legado, y por qué se creó al principio una fiesta. Él nunca tocó tierra en Estados Unidos".
Las peticiones de retirada de estatuas de Colón entroncan con un sentimiento parecido al de los monumentos confederados; que no se considere correcta una parte de la historia que no lo fue para muchos nativos americanos. Y, en ese aspecto, las organizaciones indias en Estados Unidos solicitan la retirada de otras estatuas que consideran ofensivas:
El monumento a Andrew Jackson delante de la Casa Blanca, por haber desplazado de sus tierras en el sur a indios cherokee y creek para dárselas a las plantaciones de algodón, que utilizaban esclavos.
La estatua del general Custer, el de la batalla de Little Big Horn, en Monroe (Michigan).
La estatua de Juan de Oñate, conquistador de Nuevo México, en El Paso (Texas).
El Monte Rushmore en Dakota del Sur, construido en tierra india retomada por el gobierno estadounidense.
La estatua de Colón erigida en Columbus Circle fue un regalo de la comunidad italiana de la ciudad en 1892, y esa comunidad es, precisamente, la que se opone con mayor vigor a su posible retirada: "Es una bofetada en la cara de la comunidad italoamericana y no vamos a tolerarlo".
Imagen | faungg's photos, Taber Andrew Bain, Maryland GovPicvs