La irrupción de PACMA y muy especialmente de Vox ha colocado sobre la mesa un asunto largamente olvidada en el debate político español: los derechos animales y su encaje en las tradiciones folclóricas del mundo rural. Tanto el partido animalista como la formación de Santiago Abascal han hecho bandera del debate desde posiciones antagónicas. Los unos abogan por mayores garantías animales. Los otros defienden una protección integral de la tauromaquia o la caza.
Dado que ambas formaciones tienen posibilidades de entrar por primera vez en el Congreso de los Diputados, es probable que la conversación sobre los derechos animales se cuele de forma frecuente en la próxima legislatura. De ahí que resulte interesante analizar qué opinan los demás partidos en materias tan dispares, pero tan relevantes para un buen número de españoles, como las corridas o las granjas industriales.
Como hemos visto en anteriores ocasiones, las líneas ideológicas de cada formación definen de antemano su posición ante diversos debates laterales a las elecciones generales. Este caso no es una excepción: la búsqueda del voto nacionalista español tanto del Partido Popular como de Ciudadanos les convierte en partidos más simpáticos a las tradiciones rurales donde el sacrificio animal sigue siendo central.
Y viceversa. Unidas Podemos y PSOE han sostenido posturas más próximas al animalismo, aunque de una forma muy marginal. Serán tanto PACMA como Vox, dos partidos extraparlamentarios que han logrado introducir la materia en la conversación pública, los que probablemente impulsen leyes o proyectos de ley en materia animal. Esto es lo que podremos esperar de los grandes partidos en base a sus programas.
PP: apoyo sin fisuras al "medio rural"
El Partido Popular es un partido de fuerte raigambre rural. Su hegemonía histórica en las provincias castellanas y sus tradicionales buenos resultados en otros puntos del interior peninsular le han convertido en un partido, por defecto, próximo a la tradición y al conservadurismo antropológico. No es de extrañar que en su programa para las elecciones de 2019 incluya un epígrafe dedicado en exclusividad al "medio rural".
Su posición respecto a los derechos animales o la caza encaja en su defensa de la España tradicional, de campo. Sin fisuras respecto a la segunda: "Aprobaremos planes de apoyo de la actividad cinegética, una actividad con alto componente medioambiental y valor económico. Seguiremos extendiendo las licencias de caza y pesca interautonómicas". No cabe esperar ningún tipo de cortapisa por este lado.
El PP es el partido de la España rural 👉 Estamos comprometidos con los servicios básicos sociales, los transportes interurbanos, la escolarización en escuelas, servicios a los mayores; reivindicamos la #EspañaVaciada, el campo, la pesca, la caza, el toro y el medioambiente. pic.twitter.com/yXLt15ZDSW
— Pablo Casado Blanco (@pablocasado_) March 31, 2019
Hay pocas menciones a los animales, y siempre hacen referencia a las mascotas. El PP promete trabajar "para su defensa y protección", promoviendo "reformas legales que luchen contra su abandono y maltrato", aunque no especifica cuáles. Sí dice que planteará iniciativas "contra el incivismo de los propietarios", definido aquel como las acciones "que afectan a la convivencia y seguridad" del espacio público.
Por último, los conservadores incluyen una pequeña referencia a la tauromaquia: "Reforzaremos el Plan Nacional de Tauromaquia (PENTAURO) para que extienda el conocimiento y difusión del arte taurino y potencie el conjunto de actividades alrededor de esta importante tradición". Pocas sorpresas por aquí. El PP siempre ha mantenido una línea firme en la defensa y promoción de las actividades taurinas, impulsando allí donde gobierna ayudas de toda condición.
PSOE: derechos sí, toros ya veremos
La causa animalista genera ciertos conflictos dentro del Partido Socialista. Por un lado, su carácter progresista y su habitual defensa de las conquistas y los derechos sociales le acerca a la defensa de los animales. Por otro, su extensa red de sucursales y afiliados en toda España, incluida la rural, y su relativa transversalidad ideológica le impide desligarse por completo de tradiciones como la caza o el toreo.
Esto se manifiesta en su programa. Por un lado, apoyo nítido "al bienestar y los derechos de los animales". El PSOE se muestra favorable a regular la consideración de "seres sintientes" para "todos los seres vivos". Si continúa en Moncloa, explica, "solicitará un dictamen al Consejo de Estado para que defina su contenido, acorde con el marco competencial". También tendrá en cuenta las legislaciones de otros países europeos.
Se trata de una medida de sencilla formulación electoral y con escasas resistencias parlamentarias. En 2017 el Congreso ya mostró su acuerdo descosificar a los animales en Código Civil. Lo cierto es que el debate lleva rondando la periferia de la política española cierto tiempo, y que la consideración de todos los seres vivos como "sintientes" es objeto de discusión en los círculos legales.
Más dubitativa es la posición del PSOE en materia de tauromaquia. No hay mención alguna al asunto en todo el programa electoral. Sánchez siempre ha adoptado una postura tibia: no le gusta, pero lo respeta. Aquí se manifiestan las diversas almas regionales de la formación, favorable a su prohibición en Cataluña pero entusiasta defensor en Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha.
En materia de caza, una breve mención. El PSOE quiere "favorecer la consolidación de las actividades agrícolas, ganadera, forestales y cinegéticas y pesqueras garantizando la plena incorporación de la mujer", siempre y cuando "cumplan los requisitos ambientales" para acceder a las ayudas europeas. Es decir, su discurso aquí es más económico que cultural. No es su guerra.
Unidas Podemos: posturas animalistas
Podemos e Izquierda Unida han sido las dos formaciones que con más entusiasmo han recogido el impulso animalista de formaciones como PACMA. Su programa está plagado de referencias a la materia. Por ejemplo: UP desea "proteger los derechos de los animales" aprobando una Ley de Bienestar Animal que reduzca el IVA de los servicios veterinarios del 21% (en vigor a día de hoy) al 10%.
Haría lo mismo con "los productos de alimentación animal", reduciendo el impuesto al 4%. Podemos también plantea tipificar el "delito de maltrato de animales salvajes" y exige elevar las "penas al abandono de animales". Su abanico de medidas es profundo: también pide reconocer a los animales como "seres que sienten", anulando su vigente consideración de "bien contenido en la propiedad", e incluyéndolos dentro de los núcleos familiares a efectos legales.
En paralelo, un hipotético gobierno de Unidas Podemos endurecería los controles a la producción de "animales de consumo". La coalición plantea instalar cámaras y aumentar las inspecciones, exigiendo "el aturdimiento previo al sacrificio" y aplicando "métodos éticos" para el control poblacional de los animales silvestres. De igual modo, buscará conciliar transporte, centros públicos y albergues con los animales domésticos.
¿Sobre los toros? No aboga abiertamente por la prohibición. En su lugar, UP promete "eliminar las ayudas y las subvenciones relacionadas con la tauromaquia", y prohibir "espectáculos que impliquen maltrato animal". Es un juego de equilibrismos complejo, dado que resulta difícil abrir la puerta al maltrato animal dentro de determinados espectáculos y dejar fuera de ellos a la tauromaquia. Podemos, al fin y al cabo, también tiene varias almas.
No hay referencias explícitas a la caza, aunque sus propuestas penales sobre el maltrato animal han causado cierto revuelo en los círculos cinegéticos. Podemos no aboga por prohibir su práctica deportiva, en otros documentos ideológicos apuesta por "una postura de control y gestión sostenible de la caza". La formación introduce la idea de "caza social" y, ante todo, fija su interés animalista en prevenir y penar el maltrato.
Ciudadanos: caza sí, toros ya veremos
Al igual que el PP, Ciudadanos ha incluido guiños al medio rural en su programa electoral. La formación plantea una "nueva Ley de Caza y Pesca Fluvial" como "motores" del desarrollo rural sostenible. Su objetivo es atar ambas actividades a la generación de "riqueza y empleo" en los municipios del interior. Una medida concreta: "el reconocimiento" entre comunidades de una licencia de caza y pesca para toda España.
Cs compagina estas ideas con una revisión de la Ley de Montes que "facilite el aprovechamiento sostenible de nuestros montes". Es decir: su defensa de la caza tiene un carácter tradicional e ideológico por un lado y económico por otro.
También incluye una mención específica a los derechos de los animales. Ciudadanos promete una "Ley de Bienestar y Protección Animal" que eleve las penas previstas para el abandono y maltrato de animales (de similar modo a Unidos Podemos). La formación garantizará "el buen trato a los animales en toda España", promoviendo la adopción, evitando "el sacrificio de ejemplares sanos" y reduciendo el abandono. De igual modo, apuesta por derogar la consideración de "cosa" de las mascotas.
¿Y qué hay de los toros? Es aquí donde el partido de Albert Rivera se desliga del entusiasta apoyo de Pablo Casado. Cs no menciona en ningún momento la cuestión de la tauromaquia. El líder liberal no se declara "taurino", pero no apuesta ni por su prohibición ni por sus subvenciones. Es una postura similar a la adoptada por Sánchez, y revela un carácter menos tradicional en el armazón narrativo de Ciudadanos.
Vox: apoyo a ultranza de caza y toros
Lo vimos en su momento: Vox ha hecho de la defensa de la caza y la tauromaquia una cuestión central no sólo de su filosofía política. Santiago Abascal es un entusiasta admirador de ambas prácticas, a las que entrega las esencias de la españolidad. En gran medida, la lógica tradicionalista de Vox se enmarca en su fuerte búsqueda del voto rural, arraigado a las actividades del campo y a una cosmovisión muy conservadora.
Pero más allá del Instagram de Abascal hay medidas. Concretas. Su programa plantea proteger la práctica cinegética "como actividad necesaria y tradicional del mundo rural". Vox sugiere una "licencia única" que elimine el sistema vigente de permisos autonómicos. Pese a tan escueta mención, Vox ha incluido al presidente de la Real Federación de Caza en sus listas europeas, y siempre hace gala de su entusiasmo por la práctica.
Es un inesperado caladero de votos (repleto de escenografías macabras, como letreros de Vox compuestos por cadáveres de liebres). Y está muy ligado a una palabra: tradición. Lo mismo sucede con el toreo. Vox se compromete a "impulsar una ley de protección de la tauromaquia, como parte del patrimonio cultural español", en caso de que llegue al gobierno. Es decir, defensa sin fisuras.
No es casualidad que la formación ultraderechista plantee ambas propuestas tras otra más general y simbólica: fomentar "el arraigo a la tierra", las "manifestaciones folclóricas" y las "tradiciones de España y sus pueblos dentro de la óptica de la Hispanidad". En Vox la defensa de la caza y el toreo cobra tintes esencialistas e identitarios, lejos de las posiciones más económicas o liberales de otros partidos.
PACMA: un programa integral
Resulta harto complejo resumir todas las medidas relacionadas con el mundo animal incluidas en el programa electoral de PACMA. Pese a su expreso posicionamiento progresista en materia de género, identidades, derechos sociales o economía, el grueso de su ideario se centra en cuestiones animalistas. Su propio nombre (Partido Animalista) y su logotipo (un toro observando un pájaro) son definitorios.
En muchos sentidos se trata de la antítesis de Vox. Entre las principales propuestas de PACMA destaca la prohibición de la tauromaquia y de "los festejos populares donde se utilicen animales"; también el "fin de la caza" dado "que acaba con la vida de millones de animales", siendo la única formación de alcance nacional que se posiciona nítidamente por penalizar la práctica cinegética a todos los niveles.
Su programa animalista va más allá de la descosificación de las mascotas o de elevar las penas por maltrato animal: PACMA se fija un "objetivo sacrificio cero" que ahorre todas las muertes inducidas por el ser humano, obedezcan al motivo que obedezcan. Al mismo tiempo, el partido quiere fomentar la adopción y la esterilización de animales domésticos, prohibiendo en cualquier caso su compraventa.
Por supuesto, PACMA quiere considerar a los animales "seres vivos sensibles" o "individuos", planteando una Ley marco de Protección y Bienestar Animal y una Fiscalía Feneral especializada contra el maltrato, además de un observatorio y un defensor de los animales. El partido también exige el "fin de los zoológicos", de los acuarios y de "toda cautividad con fines de entretenimiento", dado que "mantiene cautivos" a los animales y va "en contra de su naturaleza".
El listado de medidas es denso y larguísimo. PACMA promete acabar con los exterminios de especies invasoras, término que juzgan "discriminatorio e injusto", y aspira a su curación o reubicación; propone instalar túneles o pasos elevados para que sorteen autovías y líneas férreas; prohibir el sacrificio halal y kosher; dificultar la producción de las granjas industriales; e imponer "un impuesto climático a los productos de origen animal".