En el presente de los coches eléctricos confluyen varias paradojas. Por un lado, aspiran a solucionar un problema global (el progresivo deterioro del medio ambiente) con precios elitistas. Por otro, buscan reducir emisiones propulsados por una electricidad, en muchos casos, contaminante. Es uno de sus puntos débiles entre la opinión pública: no emiten CO2, pero la producción de electricidad que los propulsa sí.
Y pese a ello, contaminan menos.
El informe. Bloomberg NEF ha elaborado un estudio comparando el grid eléctrico de seis países desarrollados ponderando las emisiones equivalentes para los coches eléctricos y el parque automovilístico general. ¿Resultado? Incluso en China, un país aún altamente dependiente del carbón, los vehículos verdes contaminan menos en promedio que los de combustión. En Europa su huella es aún menor.
En global, es un 40% menor.
La clave. A día de hoy, un vehículo eléctrico en China emite unos 400 gramos de CO2 por cada kilómetro recorrido. Es algo menos que un coche convencional. Sin embargo, los eléctricos contaminarán menos a largo plazo, conforme la electricidad china (y la del resto de países) se vuelva más sostenible. Para 2040 ya estará por debajo de los 160 g/CO2 por kilómetro. Con el mismo coche y con la misma tecnología.
En otros países, como en Francia o en Noruega, donde la mayor parte de la electricidad se produce sin emisiones, el resultado es muy superior.
El carbón. ¿Cómo de razonables son las predicciones? Por un lado, el carbón se ha convertido en la prioridad medioambiental de numerosos países, incluso aquellos que, como Alemania o China, son muy dependientes. Por otro, sobre el terreno la realidad es más agridulce: la mayoría de países en desarrollo, muy poblados y de los que dependen las emisiones futuras, siguen quemando mucho carbón. Es barato. Y lo necesitan.
La tendencia. No obstante, a largo plazo la tendencia es clara: más peso de las energías renovables, decadencia progresiva del combustible fósil. Para 2040 es probable que más del 60% de la electricidad mundial se genere mediante fuentes sostenibles (a día de hoy no supera el 38%). En países como la India, en plena ebullición económica, la solar ya comienza a ser tan competitiva como las fuentes tradicionales. Son buenas noticias.
El corto plazo. Son previsibles. El problema de los coches eléctricos es el presente. Sólo en Noruega su cuota de mercado es superior al 30%: en el resto de países desarrollados apenas llega al 5%. Su barrera de entrada sigue siendo gigantesca. La contaminación, eso sí, no le debe suponer un problema: incluso ponderando la producción eléctrica por carbón, aún palpable desde España hasta EEUU, son más sostenibles.
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