El debate sobre el maltrato animal llega a los Juegos Olímpicos. La responsable es la hípica (y 24 azotes en un minuto)

Tras la polémica de Charlotte Dujardin hay voces que exigen sacar los deportes ecuestres de los JJOO

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El vídeo resulta perturbador, la clase de grabación que se acompaña de una advertencia de contenido sensible. En cuestión de un minuto muestra como la famosa domadora y jinete británica Charlotte Dujardin azota con su látigo más de 20 veces a un caballo durante un entrenamiento en un establo privado. El vídeo se grabó hace cuatro años, pero ha sido suficiente para generar una enorme polémica en torno a la propia Dujardin y sobre todo el papel de los deportes ecuestres en los Juegos Olímpicos. PETA ha alzado la voz para exigir el fin de las pruebas hípicas y en Change se ha activado una campaña que va camino ya de las 30.000 firmas.

El debate no es ni mucho menos nuevo, pero ha ganado fuerza en las últimas semanas: ¿Deben desterrarse las disciplinas ecuestres de los JJOO?

"Profundamente avergonzada". Así asegura sentirse Dujardin después de que se difundiera el vídeo en el que se ve cómo asesta más de 20 latigazos a un caballo en cuestión de un minuto. No es la primera jinete y domadora que se ve salpicada por las acusaciones de maltrato animal, pero su caso ha resultado especialmente mediático porque la propia Dujardin lo era antes de que saltara la polémica.

Con tres oros, una plata y dos bronces olímpicos, además de otras tantas medallas en campeonatos internacionales, se la apodaba la "chica de oro" de la doma. Ahora y pese a ser la favorita, se ha quedado fuera de los Juegos Olímpicos. En vísperas de la competición de París, ella misma anunció que daba un paso atrás.

Jarett Lopez Vd9jjh0sgxy Unsplash

"Un error de juicio". A finales de julio y después de que la Federación Internacional de Deportes Ecuestres (GEI) iniciase una investigación a raíz del vídeo filtrado a la prensa, la propia Dujardin anunció que no competiría en París. Tampoco en otras pruebas. No al menos "mientras se lleve a cabo el proceso".

La amazona ha reconocido que cometió "un error de juicio" que la tiene "profundamente avergonzada", que "no hay excusas" y su comportamiento "estuvo fuera de lugar". Insiste y persiste además en que el vídeo "no refleja" cómo entrena a sus caballos. De poco le sirvieron las explicaciones. A pesar de sus disculpas, su imagen se ha visto seriamente dañada. La organización benéfica de protección de los caballos Brooke, por ejemplo, no tardó en retirarle el título de embajadora.

Poco antes The Guardian había publicado una crónica en la que, citando al abogado que representa al denunciante de Dujardin, aseguraba que la amazona británica había azotado "más de 24 veces en un minuto" al caballo. "Era como un elefante en el circo", lamenta el letrado, el holandés Stephan Wensing.

La pregunta del millón. La amazona británica es lo suficientemente célebre como para que su caso haya despertado el interés de la prensa. Si ha resultado tan mediático, saltado más allá de los medios especializados, a medios como BBC, The Teleprah o The New York Times es porque ha puesto la doma bajo el escrutinio público y agitado un debate que viene ya de lejos: el papel de las disciplinas con caballos en las olimpiadas. “¿Deberían eliminarse los deportes ecuestres de los JJOO?", titulaba esta semana The Guardian un análisis sobre la materia.

Hay quien tiene claro que la respuesta es sí. PETA no tardó en recoger el guante para alertar de que el vídeo de Dujardin refleja hasta qué punto está extendido el abuso que padecen los animales. Y apela directamente al COI: "Su mensaje debería ser claro: hay que eliminar las pruebas ecuestres de los Juegos Olímpicos", clama la vicepresidente senior de la organización en Estados Unidos, Kathy Guillermo.

Importa lo que dice, pero importa quizás más el contexto. PETA ya había exigido antes el fin de las competiciones con caballos en los JJOO, pero ha aprovechado la tesitura para reforzar aún más su petición al considerar que las disciplinas hípicas no está en sintonía con los valores olímpicos del "respeto y la excelencia".

"Saquen los caballos de los JJOO". PETA no es la única que ha alzado la voz. A raíz del vídeo de Dujardin se ha activado una campaña en Change.org que exige precisamente eso, eliminar la presencia de caballos en los JJOO y "poner fin" al abuso de los jinetes profesionales. La recogida de firmas se lanzó el miércoles 24 y va por las 29.000 rúbricas. Tanto los impulsores de la campaña como PETA se apoyan en un contexto muy concreto y que va más allá del caso Dujardin.

En el pasado los organizadores de las pruebas olímpicas ya reaccionaron a una polémica sobre maltrato animal y caballos. Tras el revuelo generado en Tokio por la actitud de la entrenadora Kim Raisner, quien golpeó a un caballo durante una competición, la UIPM decidió eliminar la equitación del programa del pentatlón moderno en los JJOO de Los Ángeles 2028. Ahora PETA y los promotores de la campaña de Change.org insisten en que hay más casos de maltrato a caballos durante pruebas deportivas, aparte de lo ocurrido con Dujardin o Raisner.

Pero… ¿Hay más casos? Los caballos (y los profesionales que compiten con ellos) han protagonizado otras polémicas sonadas en el pasado. En 2021, en Tokio, un ejemplar suizo acabó sacrificado tras partirse un ligamento durante una prueba. Otro montado por un irlandés empezó a sangrar por los ollares en la disciplina de salto de obstáculos. En esta edición de los Juegos, además del caso de Dujardin, la polémica ha salpicado también al austriaco Max Kuhner por supuestamente golpear en 2023 las patas de un caballero para obligarlo a saltar más alto.

La brasileño Carlos Parro también recibió un toque de atención por parte del organismo rector de la equitación por causar "molestias innecesarias" a un caballo. ¿El detonante? Unas fotos en las que supuestamente se le ve flexionando el cuello del animal en un movimiento conocido como Rollkur, prohibido porque limita de forma grave la respiración. En París se ha visto también sangre en la pata de un caballo y un jinete italiano acabó excluido porque el suyo sangraba por la boca.

Captur Click en la imagen para ir al tweet.

"Be a Guardian". Quizás la mejor prueba de que a la Federación Ecuestre Internacional (FEI) no se le escapa el debate en torno a las disciplinas equinas es que en julio lanzó una campaña sobre el cuidado de caballos: "Be a Guardian".

El plan se basa en un informe de la Comisión independiente de Ética y Bienestar Equinos y coincide con el estreno de una nueva figura en los Juegos Olímpicos: el coordinador de bienestar equino. "Cómo planteamos el problema determina cómo lo resolvemos —recoge en su comunicado—. Al adoptar el papel de 'guardianes' de los caballos, nos comprometemos a [...] tratarlos con respeto y cuidado”.

El debate está servido. No todos miran con los mismos ojos las disciplinas ecuestres. The Guardian hablaba hace unos días con Esther Fox, con experiencia en el cuidado y manejo de caballos y quien no comparte que los deportes con estos animales sean crueles. En su opinión, los métodos mostrados por Dujardin pueden no ser un "incidente aislado", pero defiende que hay profesionales que entrenan los caballos de forma "hermosa y brillante". Desde la doma y la Federación de Hípica se insiste en que se trata a los caballos como atletas y se vela por su bienestar.

"El primer punto que estableció siempre las normativas es que el caballo es el elemento principal del deporte y su protección uno de los objetivos", subrayan desde la Real Federación de Hípica de España (RFHE) a elDiario.es. La entidad va incluso más allá en su defensa: "Los caballos siempre reciben un trato exquisito".

"La protección es un objetivo". El colectivo defiende que los animales viven cuidados, se someten a pruebas y se aplican controles para garantizar que no han sufrido abusos. Los Juegos Olímpicos de París acaban de dejar un ejemplo claro de esa supervisión: tras una prueba de doma se comprobó que un caballo tenía sangre en la boca, lo que llevó automáticamente a la eliminación de su jinete.

Y eso que, recuerda la FEI, esa decisión no implica que el caballo haya sufrido un daño intencionado. Sencillamente la regla se aplica con el propósito de "garantizar que el bienestar del caballo se proteja". Incluso hay estudios que señalan que, más allá de los JJOO, en las carreras, los animales no tienen por qué dar señas de estrés si se cuida la adecuación entre el jinete y las monturas, sobre todo en el peso.

"Los caballos no eligen". En el polo opuesto están quienes insisten en que los caballos, en estado natural, no realizan ejercicios como los que se muestran en los Juegos Olímpicos. "A estos animales no les importan las medallas de oro, no eligen participar… Simplemente no hay ninguna razón para ello", recalca PETA.

"Los caballos son herbívoros de una naturaleza extremadamente sensible a cualquier estímulo", añade la veterinaria equina María Manglano a elDiario.es, "en el momento en que metemos al animal en una cuadra y le obligamos a hacer ejercicios que no son propios de su especie, hay ausencia de bienestar".

Imágenes | Craig Maccubbin (Flickr) y Jarett Lopez (Unsplash)

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