De un tiempo a esta parte, China se ha convertido en un vivero arquitectónico. No sólo gracias a las gigantescas y desmesuradas infraestructuras que apenas encuentran parangón en la historia de la humanidad, sino también por los emocionantes espacios creativos abiertos por los amplios fondos del estado. Lugares donde arquitectos de toda condición pueden experimentar sin cortapisas.
Ayer vimos un ejemplo de ello de la mano de la biblioteca de Tianjin Binhai. El edificio aspiraba a reinventar nuestro concepto de "librería", arrastrándolo en formas minimalistas y preciosas a un paroxismo de tintes infinitos. Pese a que los millares de libros amontonados en sus paredes eran una ilusión, mera pintura, el efecto óptico y la estampa visual de la biblioteca son innegables. Una librería que, como tantas otras, espolea a la imaginación.
Pues bien, es posible que la de Tianjin no sea la biblioteca más bonita de China. Tan magno honor probablemente corresponda a Yangzhou Zhongshuge, una librería en Yangzhou que, al igual que su par recientemente inaugurada, se vale de otro efecto visual para maravillar a sus visitantes. Solo que en esta ocasión es más honesto: se trata de un juego de espejos que, conjugados con la forma en "arco" de la librería, dan como resultado un asombroso túnel del conocimiento.
Yangzhou Zhongshuge fue inaugurada el año pasado y desde entonces se ha convertido en un icono de los modernos y muy creativos edificios culturales repartidos por todo China. La técnica es simple: gracias a unos espejos oscurecidos colocados en el suelo y a unas estanterías curvas que escalan hasta el techo de la nave, el resultado es un túnel sideral. Sobre él, el curioso lector podrá pasear, literalmente, sobre el conocimiento guardado en la librería.
Unido a un pequeño camino (reflejo del espacio del techo no cubierto por libros), las similitudes fantásticas son evidentes: desde cualquier película futurista de ciencia ficción hasta rincones tan enigmáticos en el imaginario popular como las casas de los hobbit. Diseñado por el estudio de Shanghai XL-Muse, el diseño en zig-zag de la estancia está inspirado en la cercanía de la biblioteca al gigantesco, todopoderoso río Yangtze. Se trata, explica el estudio, de un "puente" que une ideas y lugares del mundo, redondeado por una maravillosa iluminación LED.