A menudo soterrado por cuestiones más acuciantes del debate público, hay un aspecto crucial que ayuda a comprender los numerosos problemas de desigualdad de Estados Unidos: la deuda universitaria. En el país de las oportunidades estudiar vale su peso en oro, tanto que la mayor parte de los estudiantes necesitan pedir gravosos créditos para cumplir sus estudios. Si el futuro sonríe, podrán devolverlo gracias a su trabajo. Si no, se verán atrapados en una terrible espiral acreedora.
La historia era diferente en Europa. Era.
¿Qué ha pasado? Lo hemos sabido hoy: una antigua estudiante ha sido embargada por el banco al no poder afrontar el pago de su deuda universitaria. Como relata ella misma en Cadena SER, solicitó uno de los 10.000 créditos al estudios abiertos por el gobierno de Rodríguez Zapatero a finales de la pasada década. La línea se gestionaba a través de entidades bancarias (en este caso Unicaja) que, años después y al comprobar que no se devolvía, ha procedido al embargo de su cuenta.
¿Cómo funcionaba? La naturaleza del préstamo (14.000 euros para un posgrado) es clave. El gobierno detraía el dinero del Ministerio de Educación y gestionaba su entrega a través del ICO. El ICO, a su vez, se valía de las entidades bancarias como mediadoras. Ellas abrían las líneas, se encargaban de recuperar lo prestado y se lo devolvían finalmente al ICO. A priori, si un estudiante ganaba menos de 22.000 euros al año estaba exento de su devolución. Funcionaría como una beca.
Era dinero público. Unas 10.000 personas lo solicitaron.
¿El problema? La crisis cerró el grifo y cambió gran parte de las condiciones de los préstamos, bautizados Renta Universidad. El umbral de los 22.000 euros desaparecería. Por lo que Unicaja, al no recibir lo prestado, ha procedido al embargo. Es incierto hasta qué punto es legal: el dinero era público, aunque la gestión privada, y el abogado de la asociación de afectados (miles) considera que el carácter opaco de la decisión (sin información previa a la afectada) es recurrible en el juzgado.
Marta acaba de ser madre y tenía unos 800 euros en la cuenta. Es probable que el actual gobierno se lave las manos, al considerar que eran "acuerdos" entre estudiante y banco.
¿La tendencia? En comparación con Estados Unidos, España tiene un sistema de universidades públicas barato. Sin embargo, la deuda estudiantil ha crecido durante los últimos años. El gobierno de Zapatero trató de arreglar la dinámica con créditos flexibles y accesibles que, visto el resultado, han acarreado problemas conocidos en otros países. Todos los países europeos han subido poco a poco el precio de sus tasas universitarias, obligando a sus estudiantes a recurrir a préstamos.
¿Qué pasará? Si debemos fijarnos en la experiencia de Estados Unidos, un país donde la deuda es un instrumento obligado para estudiar, que acceder a la universidad se convertirá en un quebradero de cabeza financiero. Ya lo es en Reino Unido (9.000 libras el curso) y España ha comenzado a asomarse al mismo problema. Sólo en EEUU la deuda estudiantil representa todo el PIB de México. Un negocio que mueve millones (en una dirección) y que hipoteca la vida de los alumnos para siempre.
Imagen | PromoMadrid