El tatuarse la piel es considerada una forma de identidad, de expresión, de intervenir nuestro cuerpo, para mostrar al mundo un aspecto diferenciado ante los demás, en donde podemos plasmar ideas, claves, homenajes, en fin, cualquier mensaje que hable, a través de una imagen o un mensaje en la piel, de lo que somos y lo que representamos.
Todos los que se han tatuado alguna parte del cuerpo lo consideran un arte, arte que se destruye junto a sus cuerpos cuando mueren. Estas obras de arte, son las únicas que no podían ser preservadas como ocurre con otro tipo de obras, bueno, hasta ahora, ya que gracias a un nuevo servicio será posible preservar la piel tatuada después de morir, sí, en serio.
Salvando la tinta
Tan sólo en los Estados Unidos, el 38% de las personas entre 18 y 29 años, poseen al menos un tatuaje, y la mayoría de estas personas han invertido horas de dolor (o de placer para algunos), quienes están de acuerdo en que exista una manera de conservar la piel tatuada y no desaparezca junto al cuerpo sin vida.
Bajo esta idea, es como surge La Asociación Nacional para la Preservación del Arte en la Piel (NAPSA), un grupo creado para que todas aquellas personas amantes de los tatuajes, ya sean tatuados o tatuadores, trabajen en preservar este arte a través de diversas actividades y convenciones, así como el programa de "Salva mi tinta", con el que se da la oportunidad de que todos los miembros puedan conservar el fragmento de piel tatuada, para obsequiarlo a sus amigos o familiares.
Charles Hamm, fundador de NAPSA, menciona:
"Yo personalmente fundé NAPSA, porque quería salvar mis tatuajes para mis seres queridos, permitiendo así que mis tatuajes declaren quien soy realmente, algo que las demás personas simplemente no pueden definir."
El servicio sólo está disponible para mayores de 18 años, y tienen que ser miembros de NAPSA, quienes a través de una cuota de suscripción y posteriores cuotas anuales, tendrán derecho de solicitar el servicio de preservación de tatuajes, siempre y cuando, éstos no estén en genitales o el rostro.
Para habilitar el servicio, deberán designar un beneficiario, quien será la persona encargada de dar aviso a NAPSA durante las 18 horas posteriores a la muerte. Es así como NAPSA enviará un kit de preservación y todos los documentos necesarios a la funeraria, para que el embalsamador retire la piel con el o los tatuajes.
Posteriormente, la piel, que se encontrará dentro de un compuesto de preservación temporal, se envía de regreso a NAPSA, quienes serán los encargados de embalsamar y enmarcar el pedazo de piel, para que un lapso de entre tres y seis meses, sea entregado al beneficiario.
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